Putin: “Rusia es un país que no le teme a nadie”. No es un Yeltsin. Enfrenta con serena firmeza a los demofascistas del capital global.
Obama con sus asociados, evitando los fracasos anteriores, dirige sin pausa el ataque a Rusia en todos los frentes, económico, comunicacional, diplomático, de desestabilización interna, militar. Es el administrador de turno del plan de dominio de todos los recursos naturales del planeta.
El blanco directo contra Moscú es Ucrania. El golpe de estado y la violencia nazi fueron financiados y manejados por Estados Unidos y la Unión Europea.
El cerco militar de Japón en rearme, Corea del Sur, Filipinas, Australia, contra China y los ataques a Siria, Palestina, Irak, Irán, Líbano, Venezuela, Bolivia, Ecuador, son partes de la misma estrategia.
El ISIS que crearon les sirve y a su vez les amenaza.
Rusia ha actuado con una decisión que quizás no esperaba Occidente. Reintegró a Crimea y su base en el Mar Negro, da apoyo humanitario y político a los independentistas prorrusos del este de Ucrania, posiblemente también militar porque no se explica la eficacia de sus golpes a las tropas de Kiev. Se une a China, Irán. Continúa su defensa de Siria. Hace alianza con Cuba, Venezuela.
Es importante entender que la defensa de último recurso de los intereses de la humanidad ante las metas expansionistas de Occidente está en Rusia y también en China. Que los países y pueblos que hoy guardan un silencio poco protagónico deben sumárseles con su presión política y económica.
Putin ha sido muy claro en sus declaraciones. “Rusia es uno de los más poderosos poderes nucleares”, “los socios de Rusia… deberían entender que es mejor no meterse con nosotros”.
Occidente las escucha en serio y modera sus pasos.
Un exasesor de Reagan afirmó que el actual poder mundial busca someter o destruir Rusia.
Moscú cuando se arma dice que puede ser necesaria la guerra.
En esas condiciones Occidente no quiere una tercera guerra mundial que le destruya pero no abandona su plan fascista genocida esperando una tecnología que garantice su impunidad.
Se debe entender que detrás de los lugares dispersos de conflicto hay una red cuya cabeza está en el Pentágono y el núcleo fáctico transnacional. Que criticar a todos lados enarbolando una falsa libertad es un error que podría ser irreparable para la civilización que viene.
Por un Movimiento para una civilización sustentable-solidaria
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Rómulo Pardo Silva
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