Las drogas más consumidas por los trabajadores chilenos son la marihuana (93,8%) y la cocaína (27,8%). Así se señala en una información difundida por la Confederación Nacional de la Pequeña Industria y Artesanado de Chile (CONUPIA), citando varias fuentes.
En el texto difundido por esa entidad se mencionan declaraciones del el Jefe de Salud Mental del Hospital del Trabajador, el psiquiatra Pablo González, quien señaló que “sabemos, por un estudio realizado por la Asociación Chilena de Seguridad, que el consumo de drogas ilícitas en el último año analizado fue de 6.9%, mientras que el 28.7% de los consultados dijo haber consumido alguna vez en la vida. Los sectores Comercio/Transporte (10.7%) y Minería (9.0%) alcanzaron los mayores porcentajes de consumo. Gracias a estas cifras podemos focalizar las medidas preventivas y avanzar hacia una cultura que aborde este tema”.
Señaló también que la clave es evitar que un trabajador que consume drogas de forma esporádica u ocasional, se transforme en un adicto o dependiente a una droga. “En el segundo caso, no servirán las políticas preventivas y podríamos llegar a tener que separar al trabajador para realizar algún tratamiento específico”.
De acuerdo a la información de CONUPIA, el estrés laboral, “lejanía de factores protectores como la familia”, la realización de turnos variables y características individuales del trabajador, son factores que predisponen el consumo de drogas en el trabajo. Además, está el acceso que hay para adquirir marihuana y cocaína, incluso de mala calidad. Se sabe que quienes proveen de droga ya tienen detectado que en los rubros de comercio, transporte y minería hay potenciales consumidores. Como se requiere de capacidad económica para la compra de drogas, hay segmentos como el de la minería donde trabajadores de distintas funciones cuentan con poder adquisitivo para, por ejemplo, comprar cocaína. Según CONUPIA, además, “tanto en el rubro de minería como en el de transporte se observa la menor presencia de control familiar que es uno de los elementos protectores frente al consumo”.
El doctor Pablo González explicó que para evitar el consumo se recomienda, en primer lugar, un entorno laboral armónico; si se funciona bajo estrés, que existan de parte de la empresa instancias para compensar esto adecuadamente, como posibilidad de pausas, deporte, distracción. El texto de CONUPIA señaló que “otra medida es enfrentar el consumo de drogas como una temática que, al afectar al trabajador, también comprometa la viabilidad de la empresa, por lo tanto se debe contar con un programa para tratamiento del consumidor y es clave evitar que se convierta en adicto”.
Como sea, el consumo de drogas que es generalizado en la sociedad chilena, al nivel de aumento de consumo de marihuana entre los escolares, es una realidad que se vive entre los trabajadores. Por cierto, también entre segmentos de funcionarios y ejecutivos del sector privado. En ello hay que considerar un aspecto no siempre abordado: el alto consumo de bebidas alcohólicas, que también, en rigor, es una droga. Legalizado, el alcohol es de alto consumo entre los trabajadores en todo el país.
En la información difundida por CONUPIA, se señaló que el trabajador que consume marihuana en grandes cantidades puede desarrollar síndrome amotivacional y desconcentración influyendo en la calidad de su trabajo. En algunos empleos esto puede ser incluso considerado funcional por el trabajador (por ejemplo cuando existe estrés) pero en otros puede ser francamente un riesgo (operarios de maquinaria, técnicos, choferes).
Que en el caso de otras drogas como la cocaína y estimulantes, puede generarse irritabilidad y descontrol de impulsos con mayor tendencia al riesgo, aumentándose la posibilidad de accidentes.
El texto de CONUPIA explicó que el consumo se relaciona con mayor ausentismo laboral, tanto por las consecuencias directas de éstas, como por las enfermedades que se pueden asociar al consumo; con mayor estrés económico, ya que muchas veces se produce desequilibrio financiero frente a su consumo.
De acuerdo a la información difundida, “un trabajador que consume drogas está con un desequilibrio a nivel individual, familiar y social, que irá progresando hasta lo que los consumidores llaman ‘tocar fondo’, que es el momento en que es imposible mantener el funcionamiento y se termina pidiendo ayuda. Por lo general, pasan varios años desde que se inicia el consumo hasta que se llega a esta etapa”.-
Fuente: http://www.reporte.cl/index.php/portada/los-titulares/496-las-drogas-que-mas-consumen-los-trabajadores-chilenos