Existen dos dimensiones que ya están en confrontación en la humanidad y que ponen una interrogante al modo en que se está resolviendo el problema del hombre para subsistir en la tierra. Sin duda se trata de factores que cada vez más irán influyendo negativamente en el cumplimiento de expectativas de las personas.
La primera dimensión dice relación con el crecimiento exponencial de la población, cuyo efecto se está incorporando lentamente en infinidad de situaciones que nos afectan cotidianamente, como viajar apretujados en el tren subterráneo, soportar la excesiva congestión vehicular en las calles, sufrir el atochamiento para acceder a un servicio de urgencia, vivir la discriminación selectiva por precio, de aquellos bienes y servicios que ya no podemos pagar, etc.
La segunda dimensión tiene que ver con las limitaciones que enfrentará el mundo para seguir creciendo, de lo cual los economistas llenan páginas y hacen apasionados discursos diciendo que es la solución para resolver el problema de la pobreza. A la luz de los sucesos que están ocurriendo a nivel global, vemos como la política del chorreo a través del tiempo se ha demostrado como absolutamente ineficaz y que ya nadie discute que los recursos naturales son finitos, algunos ya traspasaron el limite (la media) superior de la campana de Gauss, como el petróleo en su descenso inexorable hacia el agotamiento. Podemos auto engañarnos todo lo que queramos, redoblar los esfuerzos por comprar grandes vehículos y negar que existe el problema, sin embargo, inexorablemente se notará la falta o falla en la cadena de abastecimientos, lo que hará más oneroso disponer y usufructuar ese tipo de bienes.
Existe una proyección que surgió por allá por el año 1972, a raíz de un informe solicitado al MIT (Massachusetts Institute of Technology ) por el Club de Roma, entidad formada en el año 1968 como una asociación informal de altas personalidades independientes de la política, los negocios y la ciencia. Hombres y mujeres pensadores a largo plazo que se interesaron por contribuir de una manera interdisciplinaria y holística a identificar los problemas más cruciales del mundo para proyectar el futuro de la humanidad a través del análisis integrado y visión de futuro. Para no caer en la eterna discusión sobre si estos informes son demasiados ecologistas o alarmista, solo mencionaré unos pocos datos para ilustrar el tema.
Antes, dos ejemplos de cómo opera el mercado. De acuerdo a la teoría neo liberal, el mercado es el que mejor asigna los recursos, pero hace precisamente aquello que no debiéramos estar haciendo. El fabricante de automóviles Dodge de Estados Unidos, (entre otros fabricantes) prepara la producción para el año 2015, del modelo Dodge Challenger SRT Hellcat, un automóvil con un motor V8 (ocho cilindros) de 6.4 litros y 707 Hp (Caballos de fuerza – Para un vehículo normal bastan 180 Hp), con un precio que fluctuará en US$ 60.000. Muy distante, en los Emiratos Árabes Unidos, en Dubái, se construirá el Mall más grande del mundo con 743.000 metros cuadrados con calles con aire acondicionado en toda su extensión, en una ciudad ya privilegiada por la existencia de hoteles de lujo como el Burj Al Arab y el Burj Khalifa, este último con 828 metros de altura, el más grande del mundo.
Sería extraordinariamente ilustrativo tener todas las referencias para calcular la cantidad colosal de recursos que demandarán estos dos proyectos en materiales, energía, consumo de combustibles, edificios, plantas fabriles, la contaminación atmosférica y la contribución al calentamiento global, etc., que implica toda la vida útil de ellos (que están destinados al segmento de entretención de mayores ingresos). En el caso del Mall de Dubái, será gigantesco el consumo en cemento, acero, energía, minerales, maquinaria, etc., recursos que se extraerán naturalmente de la tierra, para uso exclusivo de la elite con más ingresos.
Entre otros tantos informes, el Club de Roma publicó el último informe actualizado al año 2012, con conclusiones que son interesante de conocer, porque corresponden al trabajo realizado por hombres y mujeres científicos de alto nivel, en diversas disciplinas, que hoy vemos cumple con las tendencias que están presentes en el mundo de hoy. En palabras de Jorgen Randers, en su informe de situación 2052 presentado por el Club de Roma en mayo 2012, entrega una previsión para los próximos 40 años, en concordancia con otros científicos, futurólogos e intelectuales para explicar lo que sigue. La población mundial se estabilizará antes de lo esperado, porque la natalidad se reducirá drásticamente entre un población cada vez más urbanizada. La población alcanzará un pico de 8.100 millones justo antes de 2040, a partir de lo cual comenzará a declinar. (Recomiendo leer una entrevista, aquí)
“El PIB global crecerá más lentamente de lo esperado a causa de la ralentización del crecimiento de la población y del descenso de las tasas de productividad (bruta del trabajo). Hacia 2050, el PBI global se situará en torno a 2,2 veces los niveles actuales.
• El crecimiento de la productividad será más lento que en el pasado debido a que las economías están madurando,
y al aumento de la conflictividad social, más el impacto de episodios climáticos extremos.
• La tasa de crecimiento del consumo global será más lenta porque será preciso destinar un porcentaje más elevado del PIB a inversiones para resolver los problemas resultantes del agotamiento de recursos, la contaminación, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad.
• El consumo global de bienes y servicios alcanzará su pico en el 2045.
Sin embargo, piensa que los problemas de recursos y climáticos no llegarán a ser catastróficos antes de 2052 gracias al incremento de la inversión social en las décadas venideras (si bien ésta será a menudo obligada y como reacción a la crisis), pero el cambio climático continuado ocasionará mucho sufrimiento innecesario hacia mediados de siglo.
• La lentitud del crecimiento en el consumo per cápita en gran parte del mundo (y su estancamiento en el mundo desarrollado) generará tensiones y conflictos sociales que tendrán, a su vez, consecuencias negativas sobre el crecimiento ordenado de la productividad y que en 2052 seguirá habiendo 3.000 millones de pobres.
• El cortoplacismo de los países capitalistas y democráticos será responsable de que no se adopten a tiempo las decisiones inteligentes necesarias para garantizar el bienestar a largo plazo de la humanidad.
• El impacto será diferente en las cinco regiones analizadas en el libro: los Estados Unidos; el resto de las naciones de la OCDE (que incluye la Unión Europea, Japón y Canadá y la mayor parte del resto de los países industrializados); China; BRISE (Brasil, Rusia, India, Sudáfrica y otras diez grandes economías emergentes); y el resto del mundo (los 2,100 millones de personas más desfavorecidas).
• Sorprendentemente, quienes más van a perder serán las élites económicas mundiales actuales, en particular los Estados Unidos (que experimentará un estancamiento del consumo per cápita durante la próxima generación). China saldrá ganando. El grupo de naciones BRISE progresará. El resto del mundo permanecerá sumido en la pobreza. Todos, pero especialmente los pobres, viviremos en un mundo cada vez más conflictivo y más afectado por el cambio climático”
Las concentraciones de CO2 en la atmósfera seguirán creciendo y ocasionarán un incremento de la temperatura de 2 °C en 2052; en 2080, el incremento alcanzaría los 2,8 °C y podría desencadenar la retroalimentación del cambio climático a lo cual se deberá agregar, la deforestación y la destrucción del hábitat, los problemas de suelo (erosión, salinización y pérdidas de fertilidad del suelo). Problema de manejo de agua, (escasez de agua, contaminación hídrica y tratamiento de aguas residuales. La caza excesiva, igualmente la pesca, las consecuencias de introducir especies que suelen ser espacies invasoras, el crecimiento de la población y el impacto per cápita del medio ambiente (huella ecológica).
Con los pies bien puestos en la tierra, la economía neo liberal no tiene como sustentarse en el tiempo, menos con su teoría del crecimiento infinito que se irá arrinconando cada vez más, por la presión de los conflictos sociales y su insistencia del chorreo como solución a los problemas del mundo. Los japoneses tienen un proverbio muy interesante que se aplica muy bien al neo liberalismo, dice: “Si tu única herramienta consiste en un martillo, todo se va a parecer a un clavo”. Es lo que han pregonado por décadas, haciendo caso omiso de los problemas estructurales de un modelo económico que entró en agonía, y del cual se espera una gran caída. Por su parte, los neo liberales chilenos, podrían ser acusados de “crímenes de lesa humanidad” en el futuro, si intervienen en Alto del Maipo o la expansión Andina 244, con efectos sobre seis glaciares, y pueden ser 26 glaciares, con agua para Santiago.
El panorama no es prometedor, sin embargo, quizás nos queda un “as” bajo la manga, aunque no sabemos si lo podremos usar como as, el fenómeno de la singularidad. “Un acontecimiento futuro en el que se predice que el progreso tecnológico y el cambio social se acelerarán debido al desarrollo de inteligencia sobrehumana. Existe un punto en el que las reglas de la física dejan de ser válidas y la divergencia hacia valores infinitos hace imposible definir una función. Surgimiento de una superinteligencia artificial superior a la inteligencia humana”.
Estamos hablando de que los humanos sean capaces de construir una inteligencia artificial que los iguale y que después, esta inteligencia no humana, sea capaz de superarse a sí misma. La tesis central es que esa superinteligencia, una vez que se iguale a la humana, crecerá de forma autónoma su propio progreso tecnológico, con o sin los humanos. Vinge Vernor define una máquina ultra inteligente como “una máquina capaz de superar en mucho todas las actividades intelectuales de cualquier humano independientemente de la inteligencia de éste y está convencido de que esa inteligencia superior será la que impulsará el progreso, el cual será mucho más rápido e incluso superará a la actual evolución natural”.
Quizás nunca Marx imaginó que un siglo y medio después, la planificación central de la economía pueda ser una opción en la humanidad para racionar lo que vaya quedando en recursos naturales. Quizás el fenómeno de la singularidad alcance su cometido, antes que el hombre apriete el botón y se autodestruya, producto del salvajismo, los exterminios y la ferocidad con que agrede a otros, defendiendo a muerte y para sí mismo, la exclusividad en la posesión de recursos y espacios. Somos una parte tan ínfima, tan pequeña de la composición del universo, que probablemente nadie extra terrestre note nuestra ausencia, como encender un fósforo, arde por unos instantes y luego se apaga para siempre.
Mario Briones R.