Diciembre 11, 2024

Washington y su descalabro

Irak se debate en una lucha que intensifica la destrucción del país, la muerte de sus ciudadanos y sobre todo el camino al despeñadero después de años de intervención estadounidense; cuyos resultados sólo han sido intensificar las divisiones en este país de Oriente Medio.

 

La ofensiva del grupo Estado Islámico de Irak y al Sham (ISIS por sus siglas en inglés) perteneciente a la corriente islámica Takfirí/Wahabista y que en sus orígenes constituyeron una fuerza mercenaria financiados con dinero saudí y estrategia política diseñada en Washington y Tel Aviv, ha puesto en el tapete el rotundo fracaso de la política exterior estadounidense y sus intervenciones militares en Oriente Medio.

 

Fiasco particularmente visible en Irak, que tras la ejecución del exdictador Saddam Hussein (otrora aliado de Estados Unidos, Inglaterra y Francia) comenzó el año 2003 una etapa de ocupación, que no cumplió ninguno de los objetivos planteados: no hay democracia, no hay unidad nacional, no existe un proyecto de país que reúna los intereses de kurdos, chiitas y sunníes. No se ha fortalecido la economía y sólo han sido favorecidos el complejo militar industrial estadounidense, las empresas que han reconstruido refinerías, puentes, carreteras, y otras obras de infraestructuras por decenas de miles de millones de dólares. Mismas que fueron destruidas tras la invasión.

 

A Irak.

 

Muerte a todos los incrédulos

 

A pesar de sus promesas como postulante presidencial, como candidato a la reelección y como Premio Nobel de la Paz, Barack Obama ha sido incapaz de concretar sus compromisos. No pudo sacudirse el pesado fardo de una política exterior errada, agresiva, militarista y también vacilante, llevada a cabo por los Bush (George padre e hijo) y que terminó convirtiendo a Irak en un hervidero de intereses económicos, luchas religiosas y políticas. A cada paso de las milicias Takfirí hacia Bagdad, Irak va en camino de convertirse en un Estado fragmentado y dominado por los mismos que Estados Unidos y sus aliados sauditas, han utilizado en su lucha contra Irán y Siria y que hoy se vuelcan contra sus padres putativos. Cría cuervos y te comerán los ojos es la máxima aplicable para la política exterior estadounidense.

 

Los Estados Unidos no parecen aprender de sus estrategias fallidas. Les pasó con Al Qaeda y hoy con el ISIS o Daash como se le conoce en árabe. Grupo nacido en las cárceles egipcias bajo el Gamal Abdel Nasser. Corriente fundamentalista en pugna contra todas las corrientes islámicas a las cuales considera incrédulas y por tanto necesarias de combatir. Grupo que tuvo su período de aprendizaje – con aval occidental y de las monarquías del Golfo – en Afganistán, Chechenia, Libia, Mali, Siria y hasta en Ucrania – y que hoy, tal como al Qaeda en su momento, parece volar con alas propias gracias a las conquistas de amplias zonas de Irak y el apoyo, hoy más soterrado pero igualmente ingente de Arabia Saudita. El nombre tras el grupo takfirista es el del jeque Abu Bark al-Baghdadi de quien se sospecha coordina sus acciones con miembros del propio gobierno de al Maliki y del cual se recela también posee buenas conexiones con el Mossad.

 

A las acciones del Daash hay que sumar la acción de los grupos kurdos que operan a través de las denominadas milicias Peshmergas cuyo objetivo es la creación de un gran Kurdistán que involucra zonas turcas y sirias y que ya ha tomado el control de ricas áreas petroleras iraquíes y que al momento de arreglar cuentas entre los distintos pueblos que habitan Irak no querrán soltar aquellos territorios que consideran históricamente suyos. Hoy, parecen aliados del gobierno chií pero…eso hasta cuándo. Difícil pronosticarlo, sobre todo, porque hasta ahora Turquía, en cuyo territorio habían 20 millones de kurdos no ven con mucha simpatía el papel que adquieren las milicias kurdas.

 

Al mismo tiempo que el terrorismo se apodera del país, que se supone sería un paraíso democrático, Irak ha develado la enorme corrupción de lo que se conoce como el complejo militar industrial estadounidense, que involucra a políticos, empresarios, organismos gubernamentales en una madeja de intereses, que también suma a sus aliados occidentales y a las corruptas monarquías del Golfo Pérsico. Ello ha demostrado el fondo de todas las intervenciones estadounidenses y sus aliados, consignando que nada bueno se puede esperar de una invasión y una ocupación cuyos frutos han sido la muerte de cientos de miles de iraquíes – principalmente población civil – 2 millones de refugiados y 7 millones de desplazados, la descomposición y destrucción del país, de las fronteras geográficas, tal como se conocen hasta ahora y la violación sistemática de los derechos humanos de una sociedad en guerra desde hace ya 34 años.

 

Nunca el Irak de Saddam Hussein constituyó una amenaza al manido argumento de Washington respecto a su seguridad nacional, como si parece serlo el ISIS y su esencia yihadista antinorteamericana y anti-todo lo que no sea, sencillamente, su visión de mundo mesiánico y de lucha incluso contra sus hermanos de creencia. Así lo han reconocido políticos republicanos norteamericanos como el presidente de la comisión de seguridad interior de la Cámara de Representantes, Michael McCaulk quien sostuvo que los terroristas del ISIS “representan la mayor amenaza para el territorio estadounidense desde el 11 de septiembre del año 2001. Es un grupo que posee cerca de mil millones de dólares y armas sofisticadas tras la toma de Mosul”

 

En el mismo tenor se pronunció el primer ministro británico, David Cameron, quien advirtió que “el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) en Irak representa una amenaza directa para el Reino Unido ya que los miembros de ese régimen, además de intentar conquistar territorio, están planeando atacarnos a nosotros aquí, en casa, en el Reino Unido y la solución a ello no está en atacarlos, pues atraería más problemas sino que la soluciones a largo plazo: perseverante, paciente e inteligente para restablecer la seguridad en el país árabe. ” recordemos que el propio gobierno británico ha admitido que medio millar de británicos combate como mercenarios en las filas del ISIS.

 

A pesar de las palabras de temor, no existe autocrítica. Hoy, Estados Unidos, sus aliados, las Monarquías del Golfo Pérsico, Turquía entre otros son los principales responsables del auge del fundamentalismo en Oriente Medio. La irresponsabilidad de estos gobiernos, la ineptitud demostrada en sus relaciones internacionales, la irracionalidad de una política destinada a dividir aún más a los pueblos con el fin de obtener réditos en las riquezas hidrocarburíferas de la zona y aprovecharse de la importante ubicación geoestratégica en aras de la división del mundo, todo ello ha terminado por demostrar que la política de gendarme del mundo y su visión imperial ya no asusta a nadie.

 

Irak hoy, está más dividido que nunca. Entre sunníes, chiítas y kurdos. Entre los defensores el gobierno chiita de Nuri al Maliki y la oposición sunnita, cuyo brazo armado fundamentalista -el ISIS- avanza a pasos agigantados a la capital, tras conquistar importantes territorios en el norte Iraquí. Conquista que le ha significado consolidar posiciones en aras de concretar su objetivo político de crear un califato que vaya de Irak al oeste, lo que incluye a Siria.

 

Obama está en una difícil encrucijada. Si bien sacó a las tropas estadounidenses (tras perder 4.500 militares en los 9 años de ocupación) no ha salido totalmente de Oriente Medio, donde sigue moviendo sus hilos y donde la situación de al Maliki sólo le ofrece dos soluciones: o conforma una fuerza militar destinada a apoyar al debilitado gobierno chií – lo que socavaría su ya alicaída imagen política y convirtiéndolo en Bush III – o consolida su definitivo retiro, teniendo claro que al cabo de pocas semanas Irak será un país perdido y en mano de grupos Yihadistas. Ello significa la posibilidad de incrementar las tensiones con el gobierno de Irán, que no aceptará fuerzas antichiies al otro lado de la frontera.

 

Estados Unidos está sopesando todas las opciones de lucha contra el ISIS, incluso una impensada hasta hace algunas semanas “cooperar con Irán en apoyo del gobierno de al Maliki”, El secretario de Estado John Kerry sostuvo que “estamos abierto a discusiones con Teherán si los iraníes pueden ayudar a poner fin a la violencia y restaurar la confianza en el gobierno iraquí. No descartamos nada que pueda ser constructivo pero, cualquier gestión con Irán se concretaría paso a paso”.

 

Irán ha sido enfático en declarar que está dispuesto a apoyar al gobierno de al Maliki contra el ISIS si el gobierno iraquí pide la colaboración de Irán para afrontar la ofensiva armada del grupo terrorista. “El gobierno de Teherán estudiará el tema de acuerdo a los convenios internacionales. Es un asunto bilateral y en ello no podrían intervenir terceros países” declaró el Secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de la república islámica de Irán, Alí Shamjani, en clara alusión a la responsabilidad de Estados Unidos y sus aliados, que hoy con su política del leading from behind, entrega el apoyo a través de terceros países como Turquía, Arabia Saudita, Qatar u otros, tratando de superar la época de intervención directa.

 

Por su parte, como corroboración de lo sostenido por Irán, a través de un comunicado, la oficina del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, acusó a Arabia Saudita de estar “del lado del terrorismo. Lo consideramos responsable de la ayuda financiera y moral que reciben los terroristas del grupo el Estado Islámico de Irak y del Levante”, señala el texto que sale en oposición a la declaración saudí que el pasado lunes acusó al premier iraquí de haber conducido a Irak al borde del abismo con su política de exclusión de los sunníes y pidió la formación de un gobierno de unión nacional.

 

Irán está dispuesto a apoyar la lucha contra el grupo Takfirí teniendo claro que tuvo su origen en el apoyo estadounidense y de Arabia Saudita. Por ello y a juicio de altos cargos iraníes, como el propio Shamjani es Estados Unidos quien ha creado las oportunidades, ha dado el aval y el sostén para la formación de grupos terroristas como el que combate al gobierno de al Maliki “la actual crisis de Irak se enraíza en la intervención y la conspiración de los enemigos occidentales y regionales de Irak, que va en contra de la voluntad de los iraquíes”. Para mayor abundamiento sobre la posición iraní, El Viceministro de Exteriores para Asuntos Árabes y africanos de Irán, Hussein Amir Abdolahian declaró que “nuestro gobierno no considera necesario ningún diálogo directo con Estados Unidos en torno a los acontecimientos en Irak”

 

Las acciones del ISIS ha dado pie para las más disimiles referencias a su origen, financiamiento y desarrollo. Así, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Hasan Firuzabadi señaló a Hispantv que “el grupo takfirí ISIS es un truco del régimen israelí, que busca la creación de un refugio para los sionistas destinado a alejar a las fuerzas revolucionarias de sus fronteras y crear un lugar seguro para los sionistas, hecho que han confesado también los medios de comunicación sionistas”

 

Para Tom Engelhardt, fundador de American Empire Proyect Irak, existen hechos irrefutables del fracaso de la política intervencionista estadounidense. “Primero, el modelo estadounidense de guerra no funciona y tras trece años de combate a los grupos terroristas, el fracaso es una realidad: un Irak dividido por luchas intestinas, asediado, ruinoso, cuyo gobierno es amigo de Irán y cuyas zonas dominadas por los sunníes están controladas por un grupo aún más extremista que Al-Qaeda? En segundo lugar, las guerras modelo estadounidense no han resuelto ningún problema, más bien han aumentado los problemas mundiales. En tercer lugar el modelo estadounidense de guerra es desestabilizador. En cuarto lugar las fuerzas armadas de EEUU no pueden ganar las guerras que emprenden. Ninguna confrontación importante desde Corea, Vietnam, Afganistán e Iraq ha sido positiva, van desde las tablas hasta la derrota y el desastre. Salvo un par de campañas en las que se combatió contra un enemigo inexistente (Granada y Panamá), nada –incluyendo la Guerra global contra el terror– podría ser calificado de éxito. En quinto lugar las fuerzas armadas estadounidenses no son “la mejor fuerza de combate que el mundo ha conocido” o “la mayor fuerza de liberación humana que el mundo ha conocido”, o cualquier descripción similar que el presidente de EEUU se siente regularmente obligado a emplear”

 

Para el analista político y experto en Finanzas islámicas, el inglés Rodney Shakespeare el avance Yihadista es una muestra que Estados Unidos y Gran Bretaña han creado un monstruo que se ha vuelto contra ellos “y lo siguen alimentando con un modelo fracasado, en parte porque les gustan y, en parte, porque justifican las acciones para más espionaje, más armas y más guerras. La creación del monstruo del 11S fue particularmente exitosa, ya que les permitió tener una excusa para atacar a las naciones islámicas…sin embargo, en Europa, e incluso en los EEUU, cada vez hay más conciencia de que el monstruo takfirí/wahabí pronto podría irrumpir por la puerta trasera… Sin embargo, incluso mientras se quejan, los EEUU, el Reino Unido y otros más están animando, financiando y armando a los takfiríes y wahabíes! Esto, por supuesto, es contradictorio, incluso demencial, pero ¿qué más da un poco de esquizofrenia cuando estás entre amigos?”

 

Tal como pasó en Afganistán, como ha pasado en Libia, como sucede en cada rincón del mundo donde Estados Unidos interviene directa o indirectamente, Washington y esa nube negra de fracasos que lo acompaña suele soltar las fieras de la destrucción y después de la hecatombe suele asombrase de los resultados y de la devastación ocasionada. En el caso de Irak, el proyecto hegemónico estadounidense se desató a golpe de muerte y caos. La apertura de las puertas del infierno anunciado por Amr Moussa –Secretario general de la Liga Árabe– con relación a la invasión y ocupación de Irak y hoy el desarrollo sostenido del ISIS en suelo iraquí es una realidad con resultados a la vista: muerte y sufrimiento. Mucho sufrimiento.

 

 

(Adital)

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