Combatientes yihadistas avanzaban este viernes desde tres puntos hacia Bagdad, luego de tomar el control de otras dos ciudades, ahora en la provincia oriental de Diyala, ofensiva en la que se denuncian ejecuciones sumarias y la huida de cientos de iraquíes.
Los insurgentes del grupo radical sunita del Estado Islámico en Irak y el Levante (conocido como Isil), a menos de 100 kilómetros de Bagdad, avanzan desde las provincias de Al Anbar, en el oeste del país; Saladino, al norte, y Diyala, en el noreste, luego de que en esta última localidad lograron conquistar las ciudades de Yalawla y Saadiya, además de otros pueblos en torno de las montañas Himreen.
Los kurdos, quienes controlan su región autónoma en el norte, aprovecharon el caos para expandir su territorio y tomar el control de Kirkuk, ciudad rica en petróleo, y otras zonas fuera de los límites formales de su enclave. Las fuerzas kurdas también desplegaron más hombres para mantener seguras sus oficinas políticas en Jalawla, antes de que los combatientes sunitas llegaran a la ciudad.
Por otro lado, fuerzas de seguridad iraquíes lograron recuperar la ciudad de Samarra, en Saladino, según medios locales citados por Dpa, en momentos en que el primer ministro iraquí, Nuri Maliki, se encontraba de visita en la ciudad para mantener reuniones orientadas a recuperar la seguridad en la zona.
El gobernante iraquí declaró que las fuerzas de seguridad han empezado a limpiar las ciudades de terroristas, mientras en Bagdad, tanto autoridades como ciudadanos, se preparan para enfrentar ataques de los yihadistas. Testigos hablaron de enormes medidas de seguridad de la policía y el ejército en las calles, mientras en las tiendas la gente hace fila para comprar provisiones y medicamentos.
Más tarde, unas 34 personas murieron y 46 resultaron heridas después de que helicópteros militares iraquíes dispararon misiles contra milicianos de Isil que se escondían en dos mezquitas en la ciudad de Baiji, en el centro de Irak, señalaron testigos, mientras en Tikrit los helicópteros erraron el objetivo y los proyectiles cayeron fuera de la mezquita, matando a tres civiles. Dicha urbe,tomada hace días por combatientes sunitas, aloja una importante refinería que provee de energía a Bagdad.
Ante la escalada, la máxima autoridad de los musulmanes chiítas en Irak, el gran ayatola Alí Sistani, pidió a los iraquíes tomar las armas contra la insurgencia que busca derrocar al gobierno chiíta de Maliki.
Los ciudadanos que puedan llevar armas y luchar contra los terroristas en defensa de su pueblo y país son requeridos como voluntarios a unirse a las fuerzas de seguridad, dijo el portavoz de Alí Sistani, Abdel Mahdi Karbalani, durante el sermón del viernes en la ciudad de Kerbala.
Durante el asedio de los últimos días del Isil, cientos de personas han muerto, muchas en ejecuciones sumarias, informó en Ginebra el portavoz de la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Rupert Colville.
Explicó que la cantidad total de muertos civiles y efectivos no se conoce, pero los informes recibidos por UNAMI –misión de la ONU en Irak– sugieren que llegaría a cientos y la cifra de heridos a mil.
El grupo cuenta con una red de contactos y entrevistó a unas 500 mil personas que huyeron de Mosul, añadió Colville, quien señaló que se recibieron reportes de la ejecución sumaria de soldados del ejército durante la captura de Mosul y de 29 miembros de las fuerzas de seguridad, entre ellos un empleado judicial.
Colville añadió que cuentan con informes que sugieren que las fuerzas del gobierno también han cometido excesos, particularmente en el bombardeo de zonas civiles el 6 y el 8 de junio pasados, lo que causó el fallecimiento de unos 30 civiles.
Además, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados informó que el número de desplazados por el conflicto en Irak pasó de 500 mil a 800 mil en días recientes.