Diciembre 8, 2024

El gobierno transita desde el arte de dorar la píldora a la obsesión de jugar con fuego

Hace un par de semanas, Clarín publicó un artículo de mi autoría con el título “El arte de dorar la píldora”, en que explicaba que las reformas que estaba enviando el ejecutivo al Congreso para su tramitación, constituían sólo una serie de parches que, en el fondo, no iban a cambiar absolutamente nada del modelo ultra neoliberal.

 

Sin embargo, con sólo recorrer un par de días, ese modesto artículo había sufrido la total obsolescencia, dada por el devenir rápido y furioso de nuevos acontecimientos que, por desgracia, no son más que pájaros de mal agüero. 

 

Me explico: todos los nuevos anuncios comunicados por la presidenta Bachelet, además de ciertos actos de una imprudencia tal, que uno podría llegar a pensar que se están realizando conscientemente, con el objetivo de que se produzca una crisis de gran magnitud, que obligaría al gobierno a una carrera represiva, pretexto y condicionante para impedir el proceso de reformas y, especialmente, la convocatoria a una Asamblea Constituyente:

 

1.- A los pocos días Michelle Bachelet anuncia que se ha constituido la Comisión que estudiará la creación de una AFP estatal, entre cuyos miembros no ha sido incluido el nombre de Manuel Riesco, el economista que ha realizado los mejores estudios sobre el tema. La razón: Riesco ha llegado a la conclusión que el sistema no da para más, por lo tanto hay que cambiarlo de cuajo y volver al sistema de reparto. Pero no, el ejecutivo insiste en una AFP estatal que no va a resolver el problema de fondo. Si hasta el senador Eugenio Tuma, militante del PPD, les ha explicado que la comisión del Senado llegó a la conclusión que “el sistema AFP fracasó”.

 

2. Desecha totalmente la posibilidad de cambiar la Constitución ilegal e ilegítima de 1980 a través de una Asamblea Constituyente, al anunciar que el mecanismo será discutido en el Congreso, con todo lo ilegítimo e inmoral que este acto conlleva. Si incluso se ha conversado al respecto con personeros de Renovación Nacional, entre ellos el senador Alberto Espina. Les recuerdo a la señora presidenta, a su ministro del interior y a su ministra de la Secretaría General de la Presidencia, que el señor Espina no está de acuerdo, por ningún motivo, que pudiera convocarse a una Asamblea Constituyente. En el mes de agosto de 2012, espetó en unas destempladas declaraciones: “una asamblea constituyente se hace sólo después de un golpe de Estado o cuando el Congreso se autodisuelve”. Y es aquí donde el honorable deja traslucir su concepción sobre la democracia: un golpe de Estado es en sí, el acto más antidemocrático; ¿entonces para qué un régimen de facto va a convocar a una Asamblea Constituyente? Ahora bien, en cuanto a la otra posibilidad que es “cuando el Congreso se autodisuelve”, creo que sería bueno que lo fueran pensando, pues ese gesto le haría un gran favor a la patria; por lo demás, es una institución que está tan desprestigiada, que nadie se daría cuenta y sería un gran ahorro para el erario nacional.

 

3.- Los estudiantes han venido manifestando, cada vez con mayor fuerza, que las reformas sobre educación que el ejecutivo ha enviado a su tramitación al Congreso, no reflejan los cambios que ellos han demandado. Es así que el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (FEUSACH), Takuri Tapia, declarara que: “no es casualidad que hasta el día de ayer, Eyzaguirre se hubiera reunido con Mariana Aylwin para avanzar en acuerdos, mientras que por otra parte insiste en prometer diálogo a los estudiantes, pero sobre hechos consumados, con proyectos de ley ya enviados al Congreso”.

 

Por su parte, Lorenza Soto, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), en este mismo sentido explica: “a los estudiantes secundarios ya los dejó fuera de la discusión sobre copago, lucro y selección, y se persiste en privilegiar la participación de quienes le han hecho mucho daño a nuestra educación, como Brünner y Aylwin”.

 

Sin embargo, no son sólo estos “cabros jodidos y rebeldes” quienes no han sido tomados en cuenta a la hora de concebir las reformas a la educación por parte del ejecutivo (tengo entendido que Eyzaguirre no se manda solo). El rector de la Universidad de Valparaíso y Presidente del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), Aldo Valle, también manifestaba su molestia: “Nosotros queremos hablar desde ya y no sólo respecto de las universidades estatales, sino de los cambios estructurales de la educación superior. Queremos ser parte de una deliberación que necesita el país y los actores del sistema educativo. La reforma educacional no puede ser simplemente la respuesta de algunos tecnócratas ni tampoco de una decisión burocrática. Creo que la transformación sería mucho más eficaz y democratizadora si en ese punto inicial de preparación de los proyectos de ley, los propios actores pueden intervenir”.

 

4.- Las organizaciones sociales que se oponen a la construcción de las represas en Aysén, han declarado que están en estado de alerta ante la resolución del consejo de ministros que será comunicada el próximo martes 10 de junio. ¿Han pensado los señores ministros sobre las consecuencias que acarrearía un fallo a favor de la construcción de Hydroaysén?

 

5.- Representantes de las Organizaciones del Valle del Huasco, en entrevista con el ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, le han manifestado su indignación frente al escandaloso apoyo que el gobierno le ha dado a Barrick para llevar adelante su proyecto Pascua Lama, pese a las evidencias de los incumplimientos a la RCA.

 

6.- Pareciera ser que el gobierno, con la excepción de la ministra de salud, está más preocupado de las declaraciones de la Iglesia Católica que de los ciudadanos de nuestro país. Respecto del aborto terapéutico, el cardenal Ricardo Ezzati no tiene ninguna facultad para tratar de incidir en la opinión del Estado. Él está consciente de la separación de la Iglesia y el Estado, pues así lo aseveró para no declarar en el caso sobre de las irregularidades cometidas en el SENAME.

 

En síntesis, ¿qué pretenderá la presidenta Bachelet y su gobierno con esta obsesión de jugar con fuego y seguir engañando de esta forma, especialmente a los ciudadanos que, creyendo en sus promesas de campaña, le entregaron su adhesión manifestada en el voto? Es que todas estas imprudencias (por llamarlas de forma suave), no hacen más que llamar a la desobediencia civil, que de acuerdo a Norberto Bobbio: “es una forma particular de desobediencia, en cuanto a que es llevada a cabo con el fin inmediato de demostrar públicamente la injusticia de la ley y con el fin mediato de inducir al legislador a cambiarla… la desobediencia civil es un acto que apunta, en última instancia, a cambiar el ordenamiento; es, en resumen, un acto no destructivo, sino innovativo”. (*)

 

Por último, no me cabe ninguna duda que la indignación de la sociedad civil irá en aumento, pues es cierto que el chileno tiene mucha paciencia, pero ésta ya ha llegado a su límite. En este sentido, si no se resuelven los conflictos a favor de la ciudadanía -en Aysén (Hydroaysén), en el Valle del Huasco (Pascua Lama), en Caimanes (Minera Los Pelambres), en Petorca (robo del agua), en Valparaíso (damnificados del incendio), en todo el país, con una verdadera reforma a la educación, y con la convocatoria a una Asamblea Constituyente, única forma democrática de concebir una Constitución- las manifestaciones se harán cada vez más multitudinarias y más aguerridas. Y es aquí, donde deseo dejar una constancia clara y categórica: desde esta tribuna y de manera totalmente personal, hago responsable a la señora presidenta Michelle Bachelet y a su gobierno, si las manifestaciones de la sociedad civil son reprimidas con la brutalidad y violencia que nos tiene acostumbrados Fuerzas Especiales de Carabineros y sus burdos montajes.

 

(*) Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, Diccionario de política, Siglo XXI, México, 1981.

 

Breviario: “Poder es la capacidad de hacer cosas, política es la capacidad de decidir qué cosas hacer, de elegir. Los gobiernos tienen políticas, programas, pero no tienen poder para aplicarlas. La política no tiene poder y el poder no tiene control político”.

Zygmunt Bauman

 

 

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