Diciembre 9, 2024

Sismo electoral en la Unión Europea por avance de la ultraderecha

La Unión Europea se creó para evitar que los nacionalismos ensangrentaran una vez más un continente que habían dejado dos veces como un páramo de cenizas.

Pero el sueño de la unión del continente, resquebrajado en los últimos años por el declive económico de las clases medias y el aumento de la xenofobia y el racismo, sufrió ayer otra extensa grieta a manera de terremoto político: el avance de una heterogénea amalgama de partidos euroescépticos y ultraderechistas, con una sacudida brutal en Francia y fuertes réplicas en el Reino Unido e Italia.

 

Los franceses colocaron como primera fuerza política al Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen (25 por ciento), que superó en 5 puntos a la oposición conservadora y en más de 10 puntos al gobernante Partido Socialista. Francia se encamina hacia una grave crisis política. Le Pen, que ya anoche reclamó elecciones anticipadas, lo tendrá difícil para conseguir socios con los que formar un grupo propio en la Eurocámara, pero sale de estas elecciones como la cara visible de la ultraderecha europea.

 

Y esto sucede un día después de un ataque terrorista antisemita en la capital de Europa que dejó cuatro muertos. Contabilizados los votos de 172 millones de europeos, la centroderecha ganó los comicios, pero con su peor resultado en dos décadas, seguido muy de cerca por la socialdemocracia.

 

Juntos apenas superan 400 eurodiputados de los 751 que tendrá la Eurocámara. Será casi imposible sacar adelante cualquier votación sin un acuerdo entre los dos grandes grupos, un remedo de la ‘gran coalición’ que gobierna Alemania desde finales del año pasado. Los partidos proeuropeos siguen teniendo una mayoría clara en la Eurocámara.

 

Pero, la ultraderecha y los partidos euroescépticos populistas caen apenas en Holanda y Bélgica, pero suben en la mitad del bloque. Al cierre de las urnas, habían ganado en Francia (25 por ciento), Dinamarca (23) y Reino Unido (30) y habían logrado fuertes avances en Italia (26), Austria (20), Hungría (15), Finlandia (13), Grecia (12).

 

Los resultados muestran la división del bloque, con un norte que entiende que se le obliga a pagar por el sur, y un sur que se ve como un experimento económico que genera graves daños sociales. A eso se le añade el rechazo a la inmigración que también fomenta la xenofobia.

 

Lo sucedido en Francia es quizás lo más inquietante. Las encuestas vaticinaban un buen resultado de la extrema derecha. No se descartaba, incluso, un primer puesto del FN. Pero lo que no se esperaba era la victoria espectacular que obtuvo este partido. El FN pasará de 3 a unos 20 eurodiputados.

 

Los socialistas obtienen el peor resultado de su historia en estas elecciones. Hollande, el presidente más impopular que ha tenido Francia, recibe una nueva paliza electoral después de las municipales de marzo, lo que lo obligó a cambiar de gabinete.

 

Para la derecha también es una gran decepción porque la UMP no logró canalizar el descontento que inspiran tanto la Unión Europea como Hollande.

 

La UMP se halla inmersa en varios escándalos y la posibilidad de elecciones tras una eventual disolución de la Asamblea Nacional, como pidió Marine Le Pen, no es un escenario que entusiasme a ese partido. Francia está viviendo una “erupción volcánica”, dijo el ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon.

 

Es una imagen muy apropiada para describir el clima político que está viviendo el país tras estas elecciones. Una victoria apabullante del FN en una elección nacional era inconcebible hace un par de años. Este partido xenófobo que preconiza la salida de Francia de la Unión Europea se convierte en el primer partido francés. La imagen de Francia, motor de la UE, sale muy maltrecha.

Algunos achacan este resultado a los errores en la construcción europea y al inquietante aumento del racismo y el populismo por la crisis económica. Quizá. Pero no hay que olvidar la gran angustia que suscita el declive histórico del continente europeo. Los europeos sienten que ya no pilotan la mundialización y que sus hijos serán menos prósperos que ellos. La UE se convierte en su chivo expiatorio.

 

Los resultados fueron cayendo poco a poco. Horas después saltó la otra bomba. El populista y xenófobo UKIP, que exige la retirada del Reino Unido de la UE, proclamó su victoria, aunque anoche aún no se conocían los resultados oficiales.

 

En Italia, los socialdemócratas del primer ministro Mateo Renzi ganaron con un 33 por ciento, seguidos por los populistas euroescépticos del payaso Beppe Grillo (26 por ciento ) y por el grupo de Berlusconi (18 por ciento).

 

Angela Merkel ganó en Alemania (36 %) pero perdió 7 eurodiputados con respecto a 2009. Los socialdemócratas avanzaron (27%), se hundieron los liberales y entró AfD, un partido que pide la retirada alemana del euro. Además, por primera vez, el Parlamento Europeo tendrá un eurodiputado neonazi alemán, Udo Voigt, del NPD.

 

En España, el gobernante conservador PP ganó con un 26 por ciento, seguido por los socialistas (23 %). Y subieron pequeñas fuerzas de izquierdas y los nacionalistas catalanes.

 

En Grecia, la cobaya del modelo económico y social impuesto desde Bruselas y Berlín, la izquierda radical de Syryza ganó las elecciones (26%), seguida del gobernante Nueva Democracia (23%) y de Aurora Dorada (12%), un grupo abiertamente neonazi.

 

En Portugal, otro de los países más castigados por la crisis, los socialdemócratas ganaron a los conservadores gobernantes con un fuerte avance de la ultraizquierda.

 

Idafe Martín Pérez
Ásbel López

 

 

bruselas-parís.

 

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