Hace 508 años, se produjo la “Masacre de Lisboa” , también conocida como el “Pogrom de Lisboa” o “Muerte en la Pascua de 1506”. Ese día, una multitud persiguió, torturó y asesinó a cientos de Judíos, acusándolos de ser la causa de la sequía, el hambre y la peste que asoló el país.
Ocurrió antes de la Inquisición y nueve años después de la conversión forzada de los Judios en Portugal en 1497, durante el reinado del rey Manuel I.
La Masacre
Expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492, alrededor de 93.000 Judíos se refugiaron en Portugal. Manuel I, en estos años de “hospitalidad portuguesa” había sido más tolerante con la comunidad judía que los reyes de España; pero pese a ello, bajo la presión de España, y también de la Iglesia Católica de Portugal, desde 1497, los Judíos fueron obligados a convertirse, para así no ser más humillados y asesinados en las plazas públicas.
Según Yosef Kaplan la masacre de los Judíos comenzó en el Convento de Santo Domingo de Lisboa, el domingo de pascua, cuando el aparecimiento de la imagen de Cristo en un altar, fue vista como una señal milagrosa, e interpretado por el público como una advertencia, siendo esto suficiente para que los Judíos de la ciudad, que fueron previamente ya vistos con recelo, se convirtieran en el chivo expiatorio.
Tres días de masacre espoleados por los frailes dominicos que prometieron la absolución de los pecados de los últimos 100 días, a los que matan a los “herejes”. Con el apoyo de la Iglesia, se conformó un ” ejercito de purificación”, con más de medio millar de personas (incluyendo a muchos marineros de Holanda y Zelanda entonces) quienes se unieron para exterminar a los Judíos que vivían en el país.
La corte portuguesa instalada en Abrantes, cuando comenzó la masacre y el mismo rey Manuel I, fueron advertidos e incluso enviaron hombres para tratar de poner fin al derramamiento de sangre. Sin embargo, fue tanta la violencia generada, que algunos funcionarios que fueron enviados se vieron obligados a huir.
Como consecuencia de ello, hombres, mujeres y niños judíos fueron torturados, masacrados y quemados en hogueras improvisadas. Los Judíos fueron acusados, entre otros “males” de deicidio y ser la causa de la profunda sequía y la peste que asoló el país. La masacre duró tres días seguidos, y se llevó a cabo en Semana Santa de 1506, y terminó cuando fue asesinado, un nuevo cristiano (confundido con un judío) y que era el escudero del rey, por lo que las tropas reales intervinieron para restaurar el el orden.
El rey penalizó a los involucrados, ordenó la confiscación de sus bienes y a los instigadores dominicanos les condenaron a muerte en la horca. También hay indicios de que el dicho convento de Santo Domingo había sido cerrado por ocho años y se sabe que los representantes de Lisboa fueron expulsados del Consejo de la Corona (equivalente al Consejo de Estado actual), que había tenido lugar desde 1385.
Después de la masacre, hubo un creciente clima de antisemitismo en Portugal y se estableció el Tribunal del Santo Oficio (que entró en funcionamiento en 1540, y duró hasta 1821), lo que obligó a los sobrevivientes de las familias judías del país a huir, si antes no eran expulsados. Sus principales destinos de refugio fueron los Países Bajos, Francia, Turquía y Brasil.