La cúpula fascista que tiene poder mundial fijó como meta la posesión de los recursos naturales terrestres y la capacidad de decidir sobre la vida y la extinción de los pueblos. El plan se ha aplicado en Afganistán, Irak, Libia, Siria. Se inicia en Ucrania y se arma en Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua…
El centro principal a conquistar es Rusia y China. Lo intentarán hacer ahora o después.
Las fuerzas en el poder de Occidente no pueden superar su problema económico-político y declinan. Con las reglas imperantes pierden, China puede llegar a ser la potencia económica número uno en 2014. Tienen entonces que romperlas.
En lo militar China y Rusia avanzan desde una situación de desventaja pero necesitan más tiempo para asegurar su posición geopolítica.
La posibilidad teórica de USA-OTAN es actuar antes.
El conflicto de Ucrania, en la frontera rusa, fue creado y es dirigido por el poder occidental. La opción de Moscú es ceder o enfrentarlo desencadenando un cambio enorme en la situación mundial.
Si no se llega a una guerra nuclear el funcionamiento del mundo sufrirá hambre, pobreza, inestabilidad.
La economía rusa, china, europea, norteamericana y del mundo Sur en desarrollo se contraerá.
La responsabilidad sobre los que gobiernan es enorme. Después del ataque a los ucranianos prorrusos Putin no ha hablado.
Los medios mundiales integrados al poder hegemónico diluyen lo grave del momento dando poca cabida a la información ucraniana y su análisis. Es su forma de facilitar la expansión occidental del modo más inadvertido posible.
Lo mismo hacen medios progresistas e incluso de izquierda socialista. Nadie quiere intranquilizar a un público preocupado por sus dificultades dentro del sistema.
La humanidad se mueve hacia algo nuevo y oscuro. La crisis ecológica no tiene solución en la forma de vida de hoy. Lo saben los centros de mando.
Por un Movimiento para una civilización sustentable-solidaria
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Rómulo Pardo Silva