La Habana.- Casi dos mil extranjeros expresaron hoy su admiración por Cuba durante las celebraciones en esta capital del Día Internacional de los Trabajadores. Por la Plaza de la Revolución José Martí desfilaron con banderas los visitantes procedentes de América, Europa, Asia y África como muestra de respeto y respaldo de los trabajadores en esos continentes al pueblo cubano.
En medio de la algarabía de las congas y el regocijo tradicional por esta fecha en Cuba, reafirmaron su convicción de que el Primero de Mayo en la isla es una verdadera celebración de las conquistas obreras.
Para Alén Fuentes, de Chile, desfilar en la nación caribeña es una experiencia que sobrepasa las expectativas por el alto contenido humano de los festejos.
En mi país el Primero de Mayo es un día de lucha y la situación es generalmente hostil para los manifestantes; aquí, por el contrario, se respira una unidad muy grande entre todos los trabajadores y el gobierno, lo cual convierte el desfile en una fiesta, aseguró Fuentes, quien estudia en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), al oeste de La Habana.
Este es el tercer año que vengo a la Plaza de la Revolución y nunca deja de sorprenderme la participación masiva del pueblo, agregó.
A lo largo de las casi dos horas de desfile -el cual encabezó el presidente Raúl Castro- los cubanos marcharon luciendo enseñas nacionales, carteles alegóricos a la defensa de la Revolución y maquetas identificativas de los diferentes sectores laborales.
Babis Vorreas, de Grecia, subrayó que siempre viene a estas celebraciones en Cuba porque este es un país para los trabajadores y éstas son genuinas, no como en otras latitudes.
Antes del inicio del desfile algunos que participaban en él por primera vez se mostraron curiosos por la alegría, los cantos y bailes de las horas previas al comienzo de la marcha.
Otros, como Füsum Bumin, de Turquía, el francés Marthieu Villard y el surafricano Shabangu Siyabonga, insistieron en que Cuba es un símbolo para los trabajadores de todo el mundo.
El desfile inició con el paso de los trabajadores de la salud, a modo de reconocimiento del país a los logros de ese sector de los servicios durante los 55 años de la Revolución, y concluyó con un bloque de un millar de banderas cubanas conducidas por 50 mil jóvenes.