La iglesia católica sumó hoy dos nuevos santos a sus altares con la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII en una ceremonia inédita en los más de dos mil años de existencia de esa institución.
El papa Francisco declaró santos a los dos pontífices en la Plaza de San Pedro del Vaticano con la participación también del papa emérito Benedicto XVI, hecho sin precedentes y difícilmente repetible.
Cientos de miles de feligreses llegados de todo el mundo desbordaron la plaza para presenciar la ceremonia, al inicio de la cual el papa Francisco declaró santos a los dos pontífices.
Los declaramos santos y los inscribimos en el libro de los santos y pedimos sean honrados en toda la iglesia con la dignidad de santos, expresó Francisco.
San Juan XXIII y San Juan Pablo II quedaron así inscriptos como santos en un acto histórico que se estima pudo ser visto por más de dos mil millones de personas en todo el mundo.
Desde horas tempranas la multitud llenó el espacio apenas una hora después de que se permitiera la entrada a la plaza, en la cual estuvieron presentes también 98 delegaciones oficiales y 24 jefes de Estado, junto a unos 150 cardenales y un millar de obispos.
El fervor religioso convirtió a Roma en una ciudad multicolor con profusión de banderas de las naciones desde las cuales llegaron peregrinos de todas las latitudes.