Diciembre 10, 2024

El Gran Robo y la Reforma Tributaria

No soy economista, ni ingeniero, ni contador auditor, ni experto en macroeconomía. Ni siquiera me considero un buen administrador de la microeconomía casera. Sin embargo me aventuro a opinar sobre la tan bullada reforma tributaria ofrecida por la Nueva Mayoría, desde el sentido común y la información procesada en mi calidad de busquilla internauta. Ahí le entro mis cabrones.

Lo primero. En buena hora nuestra clase política “descubrió” el normado robo a mano armada del FUT. El Fondo de Utilidades Tributarias fue una “oportunidad” que Pinochet otorgó a los “emprendedores” de la época para “motivar” la inversión y actividad productiva. Dicho en buen chileno no técnico: el FUT fue creado para legalizar la evasión de impuestos de las grandes empresas, cuyos dueños eran amigos y familiares de la dictadura.

 

El FUT beneficia a las grandes empresas y a quienes quieran evadir impuestos. Este fondo trucho no ha servido en nada a las Pymes, por lo que a estas, su eliminación les resulta inocua. Los panfletos anti reforma tributaria de la UDI deberían destacar esto último.

 

El SII estima que desde su creación en la década milica, hay unos 247 mil millones de DOLARES acumulados por concepto FUT, o sea, de impuestos NO pagados por grandes empresas al Estado. De seguro con esa cantidad de dinero hoy Chile tendría una educación gratuita y de calidad, muchos chilenos no habrían muerto por no tener cobertura óptima en salud y hasta quizás seríamos un país desarrollado. Con la eliminación gradual del FUT contemplada en la actual reforma tributaria (se estima que su eliminación real se concretará en 6 años) el Estado obtendría parte importante del dinero para financiar las grandes reformas ofrecidas por Bachelet.

 

¿Y que pasará con los 247 mil millones de dólares de impuestos evadidos por grandes empresas desde la creación del FUT? Sepa Moya. Propongo que como cruel acto simbólico otorguemos a ese dinero la calidad de detenido desaparecido y realicemos una ceremonia por su recuerdo en el frontis de La Moneda.

 

Lo segundo. La reforma tributaria de la Nueva Mayoría no considera aumentar impuestos a las mineras. El cobre es un recurso que no durará para siempre y Chile no lo está aprovechando lo suficiente. Las grandes 11 mineras privadas en los últimos 12 años han tenido una tasa promedio de retorno sobre su capital de 85 % por año. En menos de un año y medio ya recuperan su capital y el resto es pura ganancia que luego termina en otros países. El Estado no ha sabido aprovechar la bonanza del cobre y ha dejado de percibir millones de dólares provenientes de nuestro no renovable recurso.

 

En entrevistas, discursos y columnas, los defensores de la reforma tributaria no han sabido argumentar el por qué no incluir aumento de impuestos a mineras en la reforma a la que ellos mismos otorgan el carácter de “histórica”.

 

Tercero. En esta reforma el IVA no se toca. Ningún país del nivel de desarrollo de Chile tiene un IVA tan elevado. Es uno de los más elevados del mundo. El Estado no discrimina y hace que, por ejemplo, pan, verduras y cultura paguen 19% en un país donde más del 50 % de la población vive con sueldos que no llegan a los $300.000 mensuales. El alto IVA contribuye a empeorar la distribución del ingreso en Chile.

 

Sin embargo la reforma tributaria considera una rebaja en la tasa máxima del impuesto personal. O sea, otorga rebaja de impuestos a los 20 mil contribuyentes más ricos de Chile.

 

Por último. Al indagar, explorar y rastrear los herméticos pasillos de la economía chilena, con sus pulcros eufemismo y prepotentes discursos, puede usted desenredar la madeja tejida por Jaime Guzmán y bien administrada durante 20 años por la concertación.

 

Una madeja mercantilista que usó al Estado como plataforma única de emprendimiento y ganancia. Grandes empresarios que sin FUT, ni empresas regaladas por la dictadura, ni capital de pensiones, ni código laboral que restringe sindicalización, no serían más que medianos y mediocres comerciantes a perdida en un mundo que exige emprendimientos autónomos, competitivos y creativos.

 

Raya para la suma. La reforma tributaria de la Nueva Mayoría viene a corregir en parte un sistema en el que el robo de cuello y corbata fue legalizado. Un sistema surgido desde una constitución que incluye hasta salidas de emergencia para bribones en apuro (véase los dueños de universidades que lucran y a quienes la justicia no podrá procesar, pues el lucro en educación no está tipificado en la legislación)

 

No hay que ser economista ni experto para reconocer el descarado saqueo perpetrado a Chile durante los últimos 40 años. Quién sea indiferente o defienda ese modelo económico, ya sea con pretextos, teorías o proyecciones, estará avalando el robo más grande y descarado hecho al Chile post colonial.

 

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