Diciembre 10, 2024

¿ Un Nobel de la Paz para José Mujica ?

Uruguay nunca tuvo un premio Nobel de la Paz, pero en estos días ha visto surgir una discusión sobre si uno de sus ciudadanos está haciendo méritos para ganarlo: el presidente José Mujica.

El exguerrillero tupamaro de 78 años fue postulado para esa distinción por la ONG holandesa Drug Free Institute por 115 profesores de la universidad alemana de Bremen y la bancada de diputados de la coalición de izquierda que él mismo integra.

Un argumento común de esas nominaciones es que Mujica impulsó la ley que el año pasado reguló el mercado de marihuana en Uruguay, una alternativa a la “guerra” a las drogas.

Un “ejemplo para el mundo”

Las cartas enviadas recientemente al Comité Nobel de Noruega también destacaron el respeto de Mujica por los derechos humanos tras pasar 14 años de cárcel o su estilo de vida austero y anti consumista, con el que ganó popularidad internacional.

“(Es) un ejemplo para el mundo”, sostuvo el presidente del gobernante Partido Socialista chileno, Osvaldo Andrade, al anunciar hace unos días que su grupo apoyaría las gestiones para que el uruguayo obtenga el Nobel.

El año pasado, cuando los periodistas comenzaron a preguntarle sobre el tema, Mujica solía mostrarse sorprendido por que lo considerasen para el galardón. “Están locos”, decía.

Pero al mismo tiempo comenzó a reiterar que recibir el premio sería un honor para su país y que los US$1,24 millones del mismo servirían para construir viviendas para pobres.

También ofreció mediar en el proceso de paz de Colombia o en la crisis política de Venezuela. 
Sin embargo, la mayor sorpresa ocurrió la semana pasada cuando Mujica anunció que albergaría en Uruguay a presos de Guantánamo acusados de terrorismo por Estados Unidos.

Muchos se preguntaron a qué se debe semejante decisión en un país pequeño, de apenas 3,3 millones de habitantes y lejos del problema de Guantánamo.

Y el tema del Nobel entró en el debate.

“Rey del show”

Mujica ha dicho que su intención es ayudar a su homólogo estadounidense, Barack Obama (que ganó el Nobel de la Paz en 2009), a resolver el problema de quienes están encerrados en Guantánamo hace más de una década sin juicio.

“Estuve un montón de años preso y estoy podrido de lo que se habla: ¡Derechos humanos es esto!”, dijo públicamente. Y anticipó que a cambio buscaría la liberación de “dos o tres” prisioneros cubanos en Estados Unidos.

Pero el expresidente uruguayo Jorge Batlle (2000-2005), del opositor Partido Colorado, atribuyó la movida a una estrategia personal de Mujica.

“Trabajando duramente para el Premio Nobel. Experto en espectáculo, rey del show, fotografiado en camiseta o con traje completo, el hombre quiere ser internacional y esa ha de ser la razón que fundamenta todo este mamarracho”, indicó el miércoles en su página de Facebook.

Consultado por esta crítica, el prosecretario de la presidencia uruguaya, Diego Cánepa, consideró 

“irrelevante” la opinión de Batlle y negó que Mujica esté en busca del Nobel.

“Debe ser de las pocas personas a las que no le interesa ningún premio”, dijo en diálogo con BBC Mundo. 

Difícil identificar al ganador

Gustavo Penadés, senador del opositor Partido Nacional, descartó que con decisiones como la de Guantánamo Mujica pueda buscar el Nobel de la Paz o sumar puntos para ganarlo.

“Solamente puede pensarse (eso) en la medida que creamos que Uruguay es el ombligo del mundo”, sostuvo. “Hay muchísima gente que está haciendo cosas más importantes”.

El estadounidense Jay Nordlinger, autor del libro “Paz, dicen: la historia del premio Nobel de la Paz, el más famoso y controversial premio en el mundo”, dijo que es difícil saber qué hay en la mente del Comité Nobel que elige al ganador.

“Usualmente ayuda al nominado tener más de un propósito o logro”, indicó Nordlinger, editor de la revista conservadora National Review, a BBC Mundo.

La lista de nominados al Nobel de la Paz 2014 incluye personalidades varias, desde el papa Francisco hasta el presidente ruso Vladimir Putin. El ganador será anunciado en octubre. 

“Valor de los valores”

Más allá de la polémica, la postulación de Mujica al Nobel parece ser un reflejo de la popularidad internacional del presidente uruguayo.

Mujica ha sido elogiado por figuras como el peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, y publicaciones como la revista The Economist, que nombró a Uruguay el país del año 2013 por reformas que “podrían beneficiar al mundo” como la ley de marihuana o el matrimonio homosexual.

Por el despacho del presidente uruguayo han pasado a saludarlo admiradores de la fama de los actores Sean Penn y Glenn Close, o la banda de rock Aerosmith.

Mujica ya fue indicado para el Nobel el año pasado. 

El semanario uruguayo “Búsqueda” informó en octubre que su nombre estuvo entre los finalistas para recibir el premio 2013 entre 259 postulados, y funcionarios uruguayos llevaron a Oslo información sobre su persona.

Precisó además que la nominación fue defendida por el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov, Nobel de la Paz 1990, que en una carta definió a Mujica como “ejemplo vívido del valor de los valores”.
Austeridad y autenticidad

Ignacio Zuasnabar, director de opinión pública de la encuestadora uruguaya Equipos Mori, señaló que Mujica ganó popularidad internacional porque logra transmitir valores “escasos en el liderazgo político global” como la austeridad, la autenticidad o el desprendimiento de lo material.

“Mujica es el presidente de toda la historia de Uruguay con mejor imagen exterior”, dijo y afirmó que existe una estrategia específica diseñada para cultivar esa imagen desde antes que lo postularan al Nobel.

Sin embargo, dentro de Uruguay la figura de Mujica está lejos de generar unanimidad.

La encuestadora Cifra ubicó su índice de aprobación de febrero en 47%, menos que el que tenía su antecesor Tabaré Vázquez al inicio del último año de gestión pero más que otros presidentes uruguayos desde el regreso de la democracia en 1985.

Mucho marketing

“Su gobierno no ha sido un gobierno que vaya a pasar a la historia por lograr cambios sustantivos en la vida de los uruguayos”, sostuvo el opositor Penadés. “Acá hay mucho de marketing y mucho de lo que el mundo quiere escuchar”.

En cambio, Cánepa, el prosecretario de la presidencia uruguaya, aseguró que “Mujica es un hombre absolutamente excepcional, una persona que ha dejado una huella muy profunda en Uruguay y la región”.

Nordlinger descartó que existan muchas similitudes entre los cinco latinoamericanos galardonados con el Nobel de la Paz, desde el diplomático argentino Carlos Saavedra Lamas en 1936 hasta la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú en 1992.

“La celebridad global no necesariamente importa mientras estés en el radar del Comité Nobel noruego”, señaló. “Incluso si el resto del mundo no sabe de alguien, esa persona puede ganar el premio”.

 

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