” Hay que destruir los cimientos anquilosados del modelo neoliberal de la dictadura. El lucro, la selección, la discriminación y la mala calidad. Esas son las características de un modelo educacional que tenemos hoy día, y por lo tanto estos anuncios que hoy día ha planteado la Presidenta Michelle Bachelet van en la línea absolutamente contraria”.
Bastó solo esto, para que las palabras del senador, presidente del PPD y vocero de la Nueva Mayoría, Jaime Quintana, desataran la histeria de quienes defienden el modelo económico heredado de la dictadura. Son los mismos que promovieron la instalación de la dictadura de Pinochet, que han profitado del modelo económico y que se han enriquecido a costa de éste. Son los grandes responsables de las grandes desigualdades sociales existentes en el país del Cono Sur latinoamericano, que se caracteriza por una gran brecha entre unos pocos ricos y la gran mayoría (70%) que percibe salarios de sobrevivencia, y que además se encuentran altamente endeudados para poder acceder a los bienes de consumo que les impone el libre y salvaje mercado.
La histeria neoliberal se produjo luego de que se hiciera el anuncio del vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, quien afirmó que el gobierno de Bachelet decidió suspender la tramitación legislativa de los tres proyectos de la gestión de Sebastián Piñera relacionados con la educación.
Como sabemos, para la oposición al gobierno de Bachelet, representada por la Alianza por Chile (UDI-RN),además de un sector de la Concertación, la educación es una mercancía y no un derecho social adquirido, que vaya en beneficio de los educandos y un desarrollo gradual del país.
En la fase final del gobierno del especulador financiero Sebastián Piñera. Este apresuradamente envió para trámite legislativo tres proyectos relacionados con educación, y que de forma encubierta buscaban proseguir con el lucro en esta área. Se trata del sistema único de financiamiento estudiantil, la Superintendencia de Educación y la Agencia Nacional de Acreditación.
Todos ellos destinados a seguir mercantilizando la educación chilena, en donde muchos de estos señores, sus amigotes o allegados, se benefician directamente del gran negocio que es el sistema educacional chileno, que en gran parte se encuentra privatizado de forma directa u encubierta.
Ofreciéndoles a las familias chilenas una pésima educación que en diversas oportunidades han requerido llamados de atención de la Unesco,de la OCDE y de otros organismos internacionales relacionados con la problemática de la educación en el mundo, donde Chile ocupa los últimos estándares en cuanto a calidad de ésta.
Al respecto el vocero de Gobierno dijo que la suspensión de proyectos se adoptó porque “contradicen los principios y pilares de la reforma educacional propuesta por la Presidenta Bachelet” afirmó. Asimismo, dijo que las iniciativas “establecen estándares regulatorios insuficientes” y “están concebidas bajo la visión de que la educación es un bien de consumo, y no un derecho social”.
Recordemos que en el programa de gobierno de Bachelet las reformas que se producirán en esta materia serán uno de los pilares fundamentales de su gestión. De allí que el senador Quintana afirmó que “estos proyectos no se están cambiando por un tema de forma, sino porque no guardan relación con lo que hemos escuchado del movimiento estudiantil”. Además, dijo que “no tenemos matices con la derecha; tenemos ideas completamente distintas y, en mi opinión, irreconciliables”.
En declaraciones vertidas a La Tercera el diputado miembro de la Comisión de Educación del Parlamento Giorgio Jackson manifestó… “que el desafío más grande es lograr reunir a los distintos actores, escucharlos, sacar al limpio la experiencia, las propuestas que traen y lograr proponerle al país una agenda de transformaciones radicales a nuestro sistema actual que ha venido profundizando la privatización y la desregulación a un sistema que le haga sentido a las familias chilenas en post de una educación gratuita, inclusiva, de calidad, y por cierto con una predominancia pública”.
Al margen de los dichos del senador Quintana, cabe destacar al respecto que cualquier cambio trascendental que se produzca en materia de fortalecimiento de la educación pública, como en otras esferas, necesariamente hay que extenderle definitivamente el certificado de defunción al sistema económico neoliberal, heredado de la dictadura, y que ha sido el gran causante de que en Chile la redistribución de la riqueza nacional llegue a tan pocas manos, mientras que otros lucran con la entrega de educación.
En Chile la discusión acerca de lo que será el futuro de la educación chilena, no acaba más que empezar. Será muy relevante el ejercicio real de la democracia para generar una discusión nacional en la que participen todos los actores involucrados,vale decir, los estudiantes, apoderados, los profesores, consejos de rectores y el personal técnico profesional pertinente.
De lo contrario, todo se volverá una quimera más, en donde ya es el colmo que después de más 200 años de vida “republicana” y con los lapsus pertinentes en cuanto a dictaduras militares se refiere, todavía se siga hablando de que hay que desplegar esfuerzos para terminar con la extrema pobreza, en cuanto la pobreza es una consecuencia de lo mal que está redistribuido el PIB.
Eduardo Andrade Bone AIP
Comunicador Social
Corresponsal de Prensa