Entre el 30 de marzo y el 5 de abril se realizaran diversas acciones en Estados Unidos, en la ciudad de Washington DC -donde radica el poder- para seguir pidiendo al Congreso, al Presidente Barack Obama, el cierre de la Escuela de las Américas y el fin del intervencionismo de EEUU en América Latina.
En la Escuela de las Américas, academia militar, hoy llamada oficialmente Instituto de Cooperación y Seguridad de Hemisferio Occidental (WHINSEC, en sus siglas en ingles), se siguen entrenando soldados latinoamericanos bajo las orientaciones del ejército de los EEUU.
La Escuela de las Américas no desapareció como muchos creyeron cuando fue expulsada de Panamá en 1984. Fue trasladada al Fuerte Benning, en Georgia, Atlanta, a los mismos Estados Unidos.
Tampoco desapareció el 2001 cuando “estratégicamente” el Pentágono le cambio el nombre, por WHINSEC, haciendo creer a la opinión publica, a los mismos congresistas de EEUU, que la Escuela de las Américas había cerrado como si un cambio de titulo enterrara para siempre una historia.
Lo cierto, es que cada año un promedio de 1500 soldados de América Latina, siguen viajando a los EEUU ha recibir entrenamiento. Desde el año 1946, hasta hoy se han graduado ahí 77.000 soldados de nuestro continente.
Las víctimas de los graduados de la Escuela de las Américas, y de la política intervencionista de los EEUU, son muchas. Los torturados, asesinados, desaparecidos suman miles y miles en todo nuestro continente y algún día EEUU tendrá que hacerse responsable por estos crímenes.
En la última década, en el intento de golpe de Estado en Venezuela, el 2002, y en el golpe de Estado en Honduras, el 2009, sus principales cabecillas eran graduados de la Escuela de las Américas.
Actualmente, en Colombia y Honduras, los principales “clientes” de la Escuela de las Américas, como de “cooperación militar” estadounidense, se siguen registrando graves violaciones a los derechos humanos.
Afortunadamente, Argentina, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Ecuador ya no siguen enviando soldados a la Escuela de las Américas. Todos los demás países, con excepción de Cuba, lamentablemente siguen enviando sus tropas a la tambien apodada “Escuela de Asesinos”.