El próximo 25 de marzo se iniciarán los interrogatorios a los familiares de 23 chilenos que fueron víctimas del llamado Plan Cóndor. Se estima que en este juicio, que se cree tendrá una duración de dos años, van a pasar cerca de 400 personas para presentar su testimonio en el juicio oral y público en la que se juzgará a 25 imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el último gobierno militar argentino. Entre los imputados se encuentran el ya fallecido Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone.
El año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 -integrado por Adrián Federico Grünberg, Oscar Ricardo Amirante, Pablo G. Laufer y Ricardo Angel Basílico (éste último como juez sustituto)- dispuso la unificación de cuatro causas (Plan Cóndor I,II, III y Automores Orletti II).
En concreto, se indagará sobre el secuestro y desaparición de 106 víctimas del Plan Cóndor, con mayoría de uruguayos, pero que también se incluyeron a argentinos, paraguayos, chilenos, bolivianos y un peruano. Se prevé el paso de unos 450 testigos y una duración estimada de dos años.
Declaración de chilenos
De estas víctimas, 23 son ciudadanos chilenos que fueron secuestrados y hechos desaparecer en Argentina siendo, en su mayoría, refugiados en el país trasandino luego del golpe militar chileno de 1973.
El año pasado, el fiscal general del caso Plan Cóndor, Pablo Enrique Ouviña realizó una visita que tuvo como propósito sostener reuniones con las familias de las víctimas chilenas que son partes del juicio para explicarles el alcance y desarrollo de éste.
El próximo martes 25, las familias podrán declarar a través de videoconferencia desde la Embajada Argentina en Santiago o se trasladarán a Buenos Aires.
Es el caso de Odette Magnet Ferreiro y Laura Elgueta Díaz, familiares de Cecilia Magnet y de Luis Enrique Elgueta, respectivamente, quienes viajarán a Buenos Aires para declarar ante el tribunal sobre la desaparición de sus familiares en la capital argentina.
Cecilia Magnet Ferreiro se había casado con Guillermo Tamburini, médico argentino, en enero de 1974.
El 16 de julio de 1976 cerca de treinta agentes de civil, que se presume eran de la policía secreta y del Ejército, irrumpieron en su departamento, ubicado en la calle Córdova de la capital argentina.
Previamente, habían vigilado a la pareja y esa noche obligaron al conserje del edificio a identificar a Guillermo Tamburini al ingresar a su domicilio. Luego, irrumpieron en el departamento, los tomaron presos y en la calle, él grita su nombre y es asesinado de un disparo, dejando su cadáver en la acera por varias horas. Luego, los agentes regresaron y obligaron al mismo conserje a lavar la calle para borrar todo rastro del crimen cometido.
Cecilia estando viva, es introducida en un auto en el cual se la llevaron con destino desconocido, ignorándose, hasta ahora, cual fue su paradero.
Para Odette Magnet “el propósito de mi comparecencia, más que aportar información, es indagar sobre la verdad en una decisión que expresa la voluntad de saber, de no olvidar y de honrar a nuestros muertos porque no existe otra forma de llegar a la verdad y a la justicia absoluta. Esta es una búsqueda de la cual, yo no voy a desistir aunque nadie me garantice que salga victoriosa de esto y para ello, pondré lo mejor de mi memoria y de mi voluntad”.
“Es muy doloroso lo que hemos pasado; es muy doloroso lo que nos espera pero nada comparado con lo que ellos vivieron y por ello, es que sigo adelante a lo mejor sin verdad, sin justicia pero siempre voy a saber que hice todo lo que estuvo a mi alcance para averiguar que sucedió con mi hermana, porque no tengo ningún problema ni con el dolor ni con la verdad, quienes han sido mis compañeros de ruta todos estos años”, añadió la periodista.
En cuanto al respaldo institucional chileno a esta búsqueda, Odette Magnet dijo que “soplan aires nuevos que nos pueden dar esperanzas fundadas de que podremos caminar más acompañados en esta búsqueda”.
Ante la incertidumbre de los interrogatorios, Odette afirma que “no tengo idea lo que va a pasar, nadie se prepara para esto y nunca he estado en un juicio, nunca he declarado, lo que más he hecho ha sido pararme frente a un micrófono contando esta historia pero otra cosa es participar de un interrogatorio judicial”.
El Plan Cóndor fue una eficiente red del terrorismo de Estado tejida por las policías secretas de Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay, destinada a eliminar a todos los opositores de los regímenes dictatoriales, a sus familias y a sus amigos.