Febrero 13, 2025

Telescopio: “Más / Menos…”

Más / menos…” la muletilla se la escuché a reporteros televisivos, invitados en la televisión, y hasta a personajes de la política. ¿Qué fue de la expresión correcta: “más o menos”?

 

Posiblemente perdida en ese afán, que bien revela la siutiquería de algunos, de adoptar términos que suenen como sofisticados, aunque en realidad terminan sonando como barbaridades lingüísticas.

 

Quizás al decir “más / menos” se quiere evitar la connotación ligeramente negativa que la forma correcta “más o menos” puede tener, ya que ésta deja abierta la puerta a que lo que se cataloga así, en verdad tenga más de “menos” que de “más”, como cuando a uno le preguntan ¿cómo te fue (en el examen, en la entrevista para la pega, con la mujer que te gusta, etc.)? y responde: “más o menos”. La siútica expresión “más / menos” en cambio deja todo ahí en una indefinición, una suerte de limbo idiomático que al final no significa cosa alguna.

 

Por otra parte, si la proliferación de estos neologismos refleja también un estado de cosas más profundo, a lo mejor allí vamos llegando a algo. Después de un mes de visita en Chile y de haber escuchado muchos “más / menos” a lo mejor hay que concluir que la expresión es en realidad un retrato idiomático del país mismo, de las propias indefiniciones que uno encuentra en la sociedad chilena. A lo mejor Chile es un país “más / menos”.

 

Veamos algunas cosas para ilustrar lo dicho: es “más / menos” democrático, en el sentido que uno podría gritar a todo pulmón en pleno Paseo Ahumada, “¡Abajo el gobierno!” y por cierto no le va a pasar nada, otra cosa es si más que vociferar uno quisiera levantar una plataforma más formal y permanente para plantear sus opiniones y críticas, por ejemplo tratando de sacar un periódico o revista. Lo más probable es que a ese momento los que monopolizan la prensa escrita, los que manejan el avisaje tanto fiscal como privado, así como no pocos en la clase política de manera transversal, traten de convencerlo que, con los medios que hay, se sirve adecuadamente el consumo de información, que el mercado es muy difícil y que mejor invierta su dinero en otra cosa más segura.

 

Los indicadores económicos son “más / menos” satisfactorios, hay crecimiento y estabilidad. Y por cierto se repetirá eso de que se alienta la igualdad de oportunidades, que resulta ser una elegante manera de ocultar la desigualdad en los ingresos. “Más / menos” las cifras de empleo parecen alentadoras, aunque poco se diga de las formas de empleo que muchos tienen: desde trabajos ocasionales a empleos que en verdad no lo son ya que proveen sólo una mínima supervivencia como es el caso de gran parte del comercio ambulante. La misma expresión puede aplicarse en relación a las cifras de pobreza ya que en su indefinición permite que se la minimice o se la reformule con nuevas terminologías que las dejan sanitizadas, los vagabundos de antaño ahora son “gente en situación de calle”, las prostitutas son “trabajadoras sexuales” (los cafiches me imagino que ahora son “administradores de negocios sexuales”). Decir que hay “más / menos” pleno empleo permite ocultar que entre la gente a la que se considera como trabajando se va a contar a los que en los buses venden helados y calugas (toffees, se las llama ahora porque seguramente suenan más sofisticadas en inglés), hasta probablemente los cantantes en esos mismos medios de transporte (con todo respeto para ellos, porque algunos son muy buenos, pero estiraríamos mucho el concepto si a eso lo llamáramos “empleo”).

 

Decir “más / menos” aparte de ser una siutiquería, deja todo en una indefinición semántica que posibilita cualquier tipo de interpretaciones. Chile “¿más / menos” un lindo país? Más allá de la sentimentalidad patriótica que irá por la afirmativa, habrá que decir que si hay belleza es probablemente a pesar de los chilenos mismos, o más bien califico esta afirmación: a pesar de algunos chilenos. Como admirador de Valparaíso cada vez que viajo a Chile no pierdo la ocasión de recorrer sus calles y cerros. Al mismo tiempo tengo que lamentarme de la suciedad, el descuido y lo que pareciera el deliberado afán de hacer que la belleza de la ciudad ceda el paso a la fealdad del vandalismo, de los graffiti que invaden muros, monumentos y las señales camineras. En suma, mirando el mal estado de una ciudad como Valparaíso, Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco, uno termina por creer que en Chile hay un culto por lo feo, una suerte de “feísmo” que intenta destruir la belleza intrínseca de los lugares emblemáticos del país. En este caso no es entonces “más / menos” sino derechamente “menos”. La belleza de la ciudad está siendo sepultada por esos elementos del lumpen que marcan territorio—del mismo modo como algunos animales lo hacen orinando—en este caso poniendo sus “tags” sobre cuanto espacio queda disponible. Y por favor no se me diga que eso es “expresión popular” ¿quién ha dicho que afear las cosas sea una manifestación de lo popular? Eso es ofender el sentido natural que la gente humilde pueda tener y que por modesto que sea su espacio lo trata de embellecer. El graffiti de estas pandillas en cambio hace todo lo contrario, trata de hacer la vida de la gente, principalmente de la más humilde, más desprovista de belleza. Los graffiteros que por lo demás son esencialmente lumpen, son de algún modo asaltantes contra la belleza de la ciudad y deben ser denunciados como tales.

 

Por último, la política. ¿Tiene la designada futura Subsecretaria de Educación Claudia Peirano “más / menos” conflicto de intereses? La ambigüedad que subyace en la expresión que comento viene como anillo al dedo para calificar esta situación: la persona designada tiene experiencia en la materia, se ha dicho. Sí, eso es así, pero por cierto no el tipo de experiencia coherente con lo ofrecido por el programa electoral de la Nueva Mayoría, como ya lo han advertido muchos que han criticado el nombramiento. Lo único que el nombramiento de la Sra. Peirano logró hacer fue hacer pasar a segundo plano las críticas que se hacían al nombramiento de su jefe, el Ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre, sin experiencia alguna en el tema educacional, pero sí, como economista, la persona adecuada para aplicar un criterio contable a la educación, que es lo único que él, “más / menos”, podrá hacer.

 

En el país del “más / menos”, deliberadamente lo bueno y lo malo parecen indistinguibles. “Más / menos” me recuerda el inmortal tango de Santos Discépolo: “Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches / se ha mezclado la vida…”

 

 

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