Diciembre 6, 2024

Leningrado, la ciudad que sobrevivió a 872 días de asedio

Rusia conmemora este lunes el 70º aniversario del fin del bloqueo de Leningrado. El asedio duró casi 2,5 años y se llevó la vida de más de 1,2 millones de personas, entre víctimas de bombardeos, desnutrición y congelación.

El objetivo de las tropas fascistas era borrar a Leningrado (actualmente, San Petersburgo) de la faz de la tierra: acabar con la cuna de la revolución y el símbolo de la cultura rusa sería una solución perfecta para socavar la resistencia soviética. Había otros factores también: era un puerto marítimo estratégico y alojaba la única fábrica productora de tanques pesados, coches y trenes blindados del mundo. Los comandantes nazis analizaron la posible escalada de la resistencia y decidieron matar a la ciudad de hambre.

Durante uno de los asedios más largos de la historia de la humanidad, 872 días, la urbe tenía solo una vía de comunicación -y bastante inestable- con el resto del territorio soviético: a través del lago congelado Ládoga, llamado el ‘Camino de la Vida’. Pero los cargamentos que lograron transportar por esa vía fueron totalmente insuficientes para abastecer una ciudad con una población de millones de personas. Durante el bloqueo, los ancianos y los niños, como elementos más vulnerables, tenían derecho a 125 gramos de pan al día. En la ciudad prácticamente no había electricidad, ni calefacción y dejó de circular el transporte. Se hicieron frecuentes los casos de canibalismo.

Ser niño no te protegía de los horrores de la guerra, cuenta una de las sobrevivientes del bloqueo, Tatiana Moiséyenko. El asedio empezó cuando solo tenía 7 años de edad. “Cuando hay miedo, uno se hace mayor más rápido, nos convertimos en pequeños ancianos. Los niños nos enfrentamos a los mismos problemas que los adultos”, asegura.

“Te daban por libretas unos alimentos, al principio eran bastantes, pero empezaron a bajar y bajar y bajar, hasta caer y llegar a 125 gramos de pan negro. Bueno, se le llamaba pan, pero no era de harina, era una sustancia pastosa, de color negro. Bueno, no parecía pan”, cuenta otra sobreviviente del asedio, Nadezhda. Cuando comenzó el sitio tenía 12 años. Desde hace décadas vive en La Habana.

“Cuando empezó el invierno, empezó la tragedia… Nosotros vivíamos en la isla Yelaguin y por esa zona pasaba el camino al cementerio, el Cementerio de Serafím. La gente llevaba en los trineos infantiles a sus seres queridos envueltos en frazadas, pero al entrar en el parque Yelagin no les quedaban fuerzas para avanzar y dejaban ahí a los muertos”, recuerda Nadezhda. En el asedio de Leningrado murieron más personas de las que perdieron EE.UU. y el Reino Unido juntos a lo largo de toda la Segunda Guerra Mundial. Solo en el cementerio de Serafím fueron enterradas más de 100.000 personas.

El Ejército Rojo logró recuperar el control sobre la ciudad rusa de Leningrado asediada por las tropas de la Alemania nazi y sus aliados el 27 de enero de 1944. Con el fin de conmemorar la valentía de los lugareños, la fecha recibió el nombre de Día de la Gloria Bélica de Rusia. Este lunes por el 70 aniversario del fin del asedio, en San Petersburgo ha tenido lugar un desfile militar y se ha abierto un museo al aire libre que expone detalles de la vida cotidiana bajo el cerco.

 

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