Diciembre 10, 2024

Miguel Otero, el facho más tonto de Chile

Hay personajes que muestran hasta la cara de tontos: uno de ellos es el ex senador, ex embajador en Argentina y dirigente político de Renovación Nacional, Miguel Otero; podríamos optar por silenciar el televisor y, por la sola cara de sonso que tiene nuestro prohombre, podríamos colegir que está profiriendo insensateces, dignas sólo de una derecha fascista que aún existe en este país ultrarreaccionario, al menos, en lo que concierne a un sector de la política chilena.

 

Miguel Otero se auto-define como un “liberal” dentro de su Partido; sus dichos causarían risas, pero ocurre que el llamado “sector democrático” de RN – los Piñera, los Allamand, los Espina, y otros – hoy son más reaccionarios que el mismo Carlitos Larraín en quien, a veces, asoman matices más progresistas que de los recientemente nombrados, a quienes la Concertación, insensatamente, les atribuyó conductas y actitudes democráticas que nunca han tenido.

 

Podríamos decir que la “patrulla juvenil” de antaño – Allamand, Piñera, Matthei, Espina…- en el asomo de la vejez comienzan a padecer demencia senil y adquieren la gota, al igual que los antiguos patriarcas conservadores.

 

Las estulticias del “liberal” Otero no son ninguna novedad: cuando oficiaba de embajador en Argentina declaró en el diario El Clarín de Buenos Aires que el gobierno de Augusto Pinochet había afectado a muy pocas personas en lo relativo a los derechos humanos, y que la mayoría de los chilenos había pedido su acceso al poder y que, luego, lo apoyó con entusiasmo y júbilo. Fue tanto el escándalo que desataron sus declaraciones que el Presidente Piñera se vio forzado a llamarlo a retiro, convirtiéndose así, en el embajador peor evaluado y de más corta duración en este desastroso gobierno.

 

No sé a quién se le puede haber ocurrido nombrar a Otero como ´”formador” de jóvenes de Renovación Nacional; desde que comenzó sus charlas, empezó a proclamar, a los cuatro vientos, que el gobierno de Pinochet había sido extraordinario y que no comprendía el porqué la derecha se compraba las críticas de la centro izquierda a un gobierno tan brillante y patriótico.

 

A continuación, salió con la peregrina teoría – él la llama “científica” – de un supuesto sabio, seguramente a su altura, que sostenía que los hijos de familia “bien constituidas” con matrimonio para toda la vida y con roles determinados para el padre, la madre y los hijos, alcanzaba entre 200 y 220 (¿a qué se refiere? ¿Al CI o a las oportunidades? Los hijos de padres y madres separados y/o divorciados pueden alcanzar entre “120 y 150”, y los de familia monoparental, apenas llegarían a “100”.

 

Lo más increíble es que los alumnos jóvenes de RN nunca se cuestionaron sobre lo que les enseñaba su maestro, al contrario, lo acataban como “magister dixit”, sin siquiera reflexionar y argumentar en contrario, pues estas expresiones tan discriminatorias les parecía lo más normal del mundo, como si el profesor estuviera entonando un canto gregoriano, inspirado por los ángeles.

 

Las inepcias de Miguel Otero ni siquiera merecen ser refutadas, que expresan, por una parte, el grado superlativo de racismo, clasismo y sexismo, propios de esta ala de la derecha chilena, una de las más reaccionarias del mundo que, incluso avergüenza a los representantes del partido de Le Pen, el líder del fascismo francés.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas

09/01/2014

 

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