Miles de inmigrantes africanos, muchos de ellos con letreros que exigían la liberación de sus compatriotas encarcelados por Israel, protestaron el domingo en una plaza de Tel Aviv contra una nueva ley que permite la detención indefinida de los inmigrantes y su envío a una prisión en el desierto.
Las protestas motivaron un inusual comunicado de la agencia de refugiados de Naciones Unidas que fue redactado en duros términos.
El comunicado afirma que el encarcelamiento de inmigrantes por parte de Israel, incluidos quienes son el sostén de las familias, ha provocado “penurias y sufrimiento” y no está en línea con un tratado mundial de 1951 sobre el tratamiento a los refugiados.
Grupos de derechos humanos dicen que más de 300 personas han sido arrestadas desde que hace tres semanas se aprobó la ley, que permite a las autoridades detener a los inmigrantes sin visas válidas por tiempo indefinido.
Decenas más han sido llamados para ser detenidos, entre ellos hombres que tienen esposas e hijos, dijeron activistas por los derechos humanos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Unos 60.000 inmigrantes, principalmente de Eritrea y Sudán, han cruzado hacia Israel a través de la frontera con Egipto desde el 2006, dijeron autoridades israelíes.
Muchos viven en zonas pobres de Tel Aviv y dicen que quieren asilo y refugio. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha dicho que considera la presencia de muchos de los africanos como una amenaza al tejido social judío de Israel.
Una valla fronteriza israelí ha cortado el ingreso de africanos desde Egipto desde el 2012, pero los inmigrantes que ya entraron al país pueden ser enviados a lo que el Gobierno describe como una prisión abierta en el desierto del sur de Israel.
La nueva instalación fue el centro de las protestas de unas 10.000 personas en Tel Aviv. Los detenidos pueden salir durante el día, pero deben regresar al anochecer. Los inmigrantes pueden permanecer en ella por un tiempo ilimitado a la espera de una repatriación voluntaria, la aplicación de órdenes de deportación o la resolución de sus solicitudes de asilo.
En un comunicado escrito, Walpurga Englbrecht, representante de ACNUR en Israel, dijo que está “especialmente intranquila” por la nueva instalación israelí que “parecería operar como un centro de detención desde el que no hay liberación. Eso significa, en efecto, detención indefinida”.
Ella instó a Israel a buscar nuevas soluciones, diciendo que “almacenar” a los refugiados no está “en línea con la Convención de Refugiados de 1951”.