Diciembre 13, 2024

¡2013! El año que cambió el mundo

Como siempre, cada año se acumulan una cantidad de hechos, entre elecciones, muertes, conflictos, que se destacan periodísticamente pero que dificultan la comprensión de los cambios en las relaciones del poder político a nivel mundial, las que efectivamente cuentan en la evolución de la historia.

 

En la compleja trama de acontecimientos, lo más importante fue el cambio de clima, y no me refiero al tiempo, como suelen decir los meteorólogos, sino que me refiero al clima que se mueve en el escenario político internacional.

 

Desde que Estados Unidos triunfó en la guerra fría en los finales de los noventa, ha adoptado la postura, frente a los conflictos internacionales, de imponer su visión, es decir la militarización, la invasión, la tortura, el terrorismo y últimamente el espionaje masivo  Transferir el enfrentamiento al  campo militar, donde su superioridad  es manifiesta, ha sido la característica principal de la acción estadounidense. Así ocurrió en Afganistán, en Irak, y en Libia,  por medio de fuerzas intermedias invasoras y mercenarias.  Y todo hacía pensar que este mismo guión se repetiría en Siria e Irán.

 

Pero, de repente, tomando la palabra al Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, algo cambió para la hegemonía mundial del país norteamericano. El gobierno ruso propuso un acuerdo para Siria, que desconcertó al gobierno de Obama, el que finalmente no tuvo más que aceptar. Esto fue posible porque el gobierno de Estados Unidos no logró crear las condiciones políticas para una nueva ofensiva militar norteamericana. Primero,  el Parlamento británico negó, por primera vez en su historia, el apoyo a Washington para un ataque a Siria. Después fue evidenciándose que ni la opinión pública, ni el Congreso norteamericano, ni tampoco los militares de Estados Unidos estaban a favor de  la ofensiva anunciada o de un nuevo tipo de ataque propuesto por el gobierno de Obama.

 

El resultado es que los Estados Unidos fueron conducidos a aceptar la propuesta rusa, lo que abrió las puertas a otras posibilidades, entre ellas, coincidiendo con las elecciones en Irán, hacia negociaciones políticas también con ese país, de parte de Estados Unidos,  confirmando el vínculo estrecho entre el conflicto sirio y el iraní.

 

Otro de los desenlaces ha sido que Israel, Arabia Saudita y  Kuwait, han quedado aislados en sus posiciones favorables a acciones militares directas contra Siria e Irán. Se fue instalando un clima hostil en países aliados de EEUU hacia acciones militares en contraposición de negociaciones pacíficas de los conflictos, convocándose una nueva Conferencia de paz para la segunda quincena de enero, en Ginebra, para discutir un acuerdo de paz sobre Siria. Una Conferencia que no plantea como condición la salida de Bashar Assad del gobierno, como intentaba hacer anteriormente Estados Unidos.

 

La oposición moderada en Siria tuvo que aceptar su participación, incluso en estas condiciones. Y aún más, tuvo la sorpresa de que Estados Unidos y Gran Bretaña suspendieron su apoyo militar, dada la hegemonía en el frente opositor de los grupos fundamentalistas, apoyados por Arabia Saudita y Kuwait.

 

Como dos puntos determinan un plan, las negociaciones sobre Siria abrieron espacio para una negociación por primera vez desde 1979 entre Estados Unidos e Irán. Se ha dibujado así, en pocas semanas, un escenario totalmente diverso de aquel que había imperado a lo largo de los años anteriores. Los Estados Unidos pasaron de la ofensiva a la defensiva, en tanto que Rusia, pasó de actor marginal a actor central en las negociaciones de paz, al punto que la revista  Forbes, por primera vez, ha elegido a Vladimir Putin como el hombre más influyente del mundo, por encima de Obama. Eso se debe, no al poderío militar o económico de Rusia, sino a su capacidad de iniciativa política o de persuasión en favor de la paz mundial.

 

Así, junto a la capacidad de países del Sur del mundo de resistir a la recesión del centro del capitalismo, por sus intercambios mutuos y por la expansión de sus mercados internos hacia el consumo popular, sin duda la mayor novedad, la mayor novedad política internacional del 2013 ha sido un cambio en el orden mundial. Esto lleva y proyecta el año 2014 las negociaciones políticas sobre Siria e Irán como los temas más importantes en la consolidación de ese nuevo clima en las relaciones internacionales.

 

Hugo Farias Moya

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