Diciembre 11, 2024

Naschla Aburman (CONFECH) es más creíble que Carlos Peña (UDP)

Carlos Peña, el rector de la Universidad Diego Portales (UDP), invoca en El Mercurio a una abstracta opinión pública —que según él “está a la base de la democracia”— para llamarle la atención a Naschla Aburman, Presidenta de la FEUC y vocera de la Confech.

 

Depende de cual sea la opinión pública que se construya para los efectos requeridos, en este caso: pontificar. 

 

Para la derecha mercurial y el ala conservadora de la Nueva Mayoría la opinión de Carlos Peña es significativa porque éste se opone a las demandas del movimiento estudiantil y defiende de manera solapada el sistema universitario de manejos lucrativos y la producción de educación privada con financiamiento estatal. Pero para la vasta opinión pública ciudadana, que apoya al movimiento estudiantil en su afán por recuperar la educación pública capturada por los empresarios del mercado educativo, de cuyos intereses el mismo Peña se insinúa como uno de sus más fieles guardianes, la opinión de Naschla Aburman expresa la exigencia del vasto movimiento ciudadano por una educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas.

 

Desde el inicio de las movilizaciones estudiantiles contra la educación privada y el lucro el rector Peña ha sido un tenaz opositor a las demandas estudiantiles (1).

 

En respuesta a N. Aburman, quien afirma que esta vez —desde marzo en adelante— la posición de los estudiantes debe ser tomada en serio y no puede ser desconsiderada por parte del Gobierno de la Nueva Mayoría, sino todo lo contrario, debe ser vinculante, Carlos Peña esgrime argumentos falaces para abrirle camino, en los cenáculos bacheletistas, a la opinión de los “expertos” por sobre la del movimiento estudiantil y ciudadano.

 

La dirigenta FEUC y de la CONFECH es clara cuando  afirma: “Nuestro mandato proviene de los miles y miles de personas que durante los últimos años se han manifestado en las calles y en las encuestas apoyando insistentemente la necesidad de establecer un nuevo sistema educacional que garantice la educación como un derecho social.”

 

No es extraño que el rector de la UDP salte a rebatirla. El abogado se ha destacado por ser un defensor del punto de vista de los expertos y tecnócratas. Desde su universidad ha tejido vínculos sólidos con la ex Concertación (hoy NM+PC). Connotados “expertos”, ex ministros concertacionistas y ex asesores de piso de La Moneda como José Joaquín Brunner y Ernesto Ottone, han sido reclutados por él para trabajar en la universidad que dirige e influir en los debates sobre el tema (2).

 

Naschla Aburman fue elegida por los estudiantes de la UC, pero la opinión pública no sabe si Carlos Peña ha sido elegido rector por la comunidad universitaria de la UDP o fue designado en el cargo por los dueños de la universidad.  En este último caso, su autoridad no es resultado de un proceso democrático participativo de todos los estamentos universitarios de su corporación. Sin embargo, Peña nunca titubea en dar lecciones de democracia y citar como ejemplo el cuestionado sistema parlamentario binominal chileno que, bien sabemos, no porque hayan sido elegidos algunos ex dirigentes estudiantiles ha dejado de ser una aberración de la democracia representativa. Y en elecciones donde votan menos de 50% del padrón. 

 

Peña derrapa a menudo cuando ha tratado de manera disfrazada de defender a las universidades privadas y su influencia. Para eso inventó la tesis que las universidades privadas han contribuido a masificar la educación universitaria en el Chile postdictadura que, según él, antes del 73, era de elite. Uno más que busca falsear la historia para defender sus opciones, pues bajo el empuje de movimientos estudiantiles y más específicamente del Movimiento Universidad para Todos, durante los tres años de Gobierno de la Unidad Popular, se lograron avances importantes en la democratización de la educación universitaria y, además, se inició un debate acerca de sus contenidos para una sociedad de bienes públicos bajo control y participación estudiantil y ciudadana. El brutal golpe de estado cívico-militar vino a truncar un proceso prometedor y se impuso así el paradigma neoliberal y guzmaniano de la empresa-universitaria, de propiedad privada, pero sedienta de subvenciones estatales, vía aportes a estudiantes caracterizados como individuos, clientes y consumidores soberanos. 

 

Una manera de mantener el control sobre la educación, la producción y  el acceso al conocimiento en manos privadas que la Concertación avaló sin más debido a la participación activa de un núcleo importante de concertacionistas de la primera hora en el lucrativo negociado universitario y sus derivados como las acreditaciones. 

 

El intercambio de cartas iniciado en las páginas de El Mercurio entre la dirigente estudiantil y el rector de la UDP es un preámbulo del debate que vendrá cuando asuma Bachelet y forme sus comisiones de tecnócratas que, como ya lo vimos repetidas veces en el pasado, nada resolvieron sobre los medios para obtener una educación pública e igualitaria, ni tampoco abrieron debates serios, amplios e informados acerca de los fines de ésta en un mundo sometido al imperio de la tecnociencia y a la lógica de los mercados, del capital y de sus dueños (3). 

 

Todo lo contrario, no hicieron más que profundizar la crisis del sistema educativo chileno.     

 

La opinión mayoritaria del movimiento estudiantil considera que los expertos como Peña y sus empleados de la UDP como Joaquín Brunner y Ernesto Ottone no son parte de la solución sino que han sido un factor decisivo del problema. Escoger el experto implica escoger la “mirada” del susodicho y también la “solución” (o putrefacción) del problema.  Y si estos individuos asoman la nariz en una comisión de educación bacheletista, como “expertos”, el escenario con ellos augura uno de confrontación social y un flujo de conflictos que tensionarán la sociedad. Algo así como una provocación al movimiento estudiantil.

 

Los exabruptos de Peña a las intervenciones de la dirigente estudiantil se deben a las expectativas del rector de seguir siendo él mismo y su camarilla de asesores actores influyentes en alguna reforma educativa salida de un comité de esos que Bachelet promueve para intentar ahogar el pez en el agua. 

 

Bien sabemos que los intereses económicos e ideológicos —como dirigir una universidad privada— tienen sus razones de los cuales la razón democrática y educativa debe desconfiar (4). Es lo que hace Naschla Aburman con su emplazamiento a Peña cuando le dice que no habrá solución sin satisfacer las exigencias de los primeros involucrados ni menos sin un gran debate acerca de la educación. Para eso, la solución democrática no es invocar la esmirriada democracia chilena y darle crédito al poder del duopolio, como lo hace el rector de la UDP, sino que poner en práctica la única solución democrática posible (la utilizada por otras naciones que han democratizado su sistema educativo): convocar a Estados Generales de la Educación con participación de todos los estamentos involucrados (estudiantes, académicos, funcionarios y trabajadores) e incluso llamar a un referéndum con deliberación democrática sobre el tema. 

 

La incapacidad de Carlos Peña de matizar y hacer distinciones sólo tiene parangón con su defensa irrestricta del duopolio político y del método binominal que organizan la vida política chilena desde hace 24 años y que la ha sumido en un desprestigio irreversible, a menos de cambios profundos. 

   

El debate entre Naschla Aburman  y Carlos Peña en El Mercurio es precursor del posicionamiento conflictivo de los actores políticos y sociales que vendrá después de marzo. 

 

————

 

 (1) Leer columna sobre el tema del 2008-06-17: Carlos Peña, el movimiento estudiantil y las masas de El Mercurio: 

 

 

(3) UDP Fundadores: Manuel Montt Balmaceda, a través del instituto Promoción y Ventas (Ipeve), que dio paso a la fundación Universidad Diego Portales, instancia que da origen a la institución. Miembros destacados de la actual Junta Directiva
Roberto de Andraca: presidente de la Compañía de Acero del Pacífico (CAP).
Eduardo Rodríguez Guarachi: ex embajador de Chile en Argentina durante el gobierno de Eduardo Frei, militante DC. En la actualidad promueve el corredor bioceánico que uniría Los Andes con Mendoza.
Agustín Squella: abogado, ex rector de la Universidad de Valparaíso y ex miembro del directorio del Consejo de Rectores.
Jorge Desormeaux: ex consejero y vicepresidente del Banco Central. Participa en el directorio de Viña Concha y Toro, firma ligada a las familias Guilisasti y Larraín. Casado con la actual ministra del Trabajo, Evelyn Matthei.
José Joaquín Brunner: ex ministro Secretario General de Gobierno en la presidencia de Esduardo Frei Ruiz-Tagle. Militante PPD y ex presidente del Consejo Nacional de Televisión y ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación de Programas de Pregrado, entre otras.
Juan Pablo Illanes, el ex director responsable de El Mercurio es consejero asesor de la casa de estudios. (citado de eldinamo.cl)

(4) Ver a los directivos y proprietarios de la Ues privadas en: http://www.eldinamo.cl/2011/07/18/quien-es-quien-en-el-manejo-de-las-universidades-privadas/

 

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *