Sugata Mitra, con un Ph.D. en Física de Estados Sólidos, es un reconocido profesor de Educación, actualmente enseña en la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido. Un día se hizo esta pregunta, ¿de dónde procede el tipo de enseñanza que ofrecemos en las escuelas? Para responderla retrocedió 300 años y pudo encontrar fácilmente el origen.
La respuesta fue, el imperio Británico, uno de los grandes imperios empeñados en controlar el mundo a partir del siglo XVIII, en la era Victoriana. En aquellos años, Inglaterra sólo podía disponer de información escrita en papel que era trasladada por lentos barcos, para que las personas recibieran instrucciones que obedecieran a su mandato. Se había creado “el poder administrativo” operado a través de las personas y se dieron cuenta que necesitan una forma más eficaz de ejercer control, una que pudiera adiestrar a las personas para que actuaran de forma similar, sistémica y simultáneamente al ritmo de sus intereses, para lo cual crearon las escuelas.
Recordemos que de Inglaterra llegaron los fanáticos puritanos formando las colonias en el noreste de Norteamérica, como Massachusetts y las colonias del sureste, Virginia, Carolina y Georgia, etc., donde la población estaba compuesta por grandes y pequeños propietarios y los esclavos. Ya hemos comentado en otros artículos, la base con profundas raíces que orientó al modelo de economía neo liberal en la formación del Imperio de EE UU. Con el tiempo dio origen a conocidos e importantes miembros del Partido Republicano, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, Francis Fukuyama, Dick Cheney, G. Bush, A. Greenspan, etc., y también a prestigiosas universidades creadas con el dinero del poder monopólico de gente como Rockefeller, J.P. Morgan, A. Carnegie y otros. Empoderaron sus intereses como imperio, utilizando el conocimiento, ventaja de poder y eficacia que permitió multiplicar y controlar sus intereses en todo el mundo, aceptando estudiantes de todas partes, deslumbrados ante tanta riqueza y por el impulso propio para ser dominadores en sus respectivos países. Lo siguiente nos servirá para introducirnos al fenómeno que está destruyendo por dentro al imperio y junto con ellos a millones de personas.
Según David Wechsler (1967) “la inteligencia es la capacidad global de actuar con un propósito, de pensar racionalmente y de enfrentarse de manera efectiva con el ambiente”. La inteligencia tiene diferentes características de funcionalidad que le permite asimilar, guardar y elaborar información para utilizarla en la solución de problemas, con la expectativa de saber escoger la mejor alternativa entre varias. En EE UU., siempre han sido muy proclives a crear test para medir la inteligencia, mediciones que han permitido recoger interesantes observaciones, una de las cuales es que, a medida que aumenta el CI en los niños, se observa un efecto correlativo regresivo en la inteligencia emocional.
Para comprender mejor este punto, es útil hacer una breve mención a la inteligencia emocional, diciendo que se trata de características asociadas a la estructura de la personalidad, o sea, personas socialmente equilibradas, extrovertidas, alegres, poco predispuestas a la timidez, etc. Se considera como inteligencia social un conjunto de habilidades que permiten comprender a otros y actuar o comportarse en forma sabia en relación a otras personas, (Thorndike, 1920). La gravedad de este asunto llegan con las conclusiones que reporta el Dr. Thomas Achenbach de la Universidad de Vermont, EE UU., cuando dice que existe decrecimiento de la inteligencia emocional en todas partes, lo cual tiene como consecuencia un aumento en los jóvenes de problemas como la desesperación, alienación, abuso de drogas, crimen y violencia, depresión, desórdenes de alimentación y abandono escolar, etc.
Nosotros hemos señalado en varias oportunidades, sobre el funesto concepto de ”flexibilidad laboral”, que la derecha en todo el mundo impulsa engañosamente para convertir en norma legal, porque según ellos es la causa de la rigidez en la economía, negando los problemas de origen bancario, especulativo y de la colosal deuda que han creado. Son miles de millones de personas las que están bajo el efecto psicológico del “trabajo volátil”, ese que responde a las alzas o caídas diarias de las bolsas y del dinero que emite o no emite la FED de EE UU.
El daño psicológico que enfrenta la población en todo el mundo es enorme, porque se la somete a un duro castigo, similar a la de un campo de batalla debido a la brutal inestabilidad, dentro de la cual deben basar sus proyectos de vida que son de largo plazo, como formar familia, criar hijos, educarlos, etc. Lo grave de esta nueva realidad, es que las nuevas generaciones con preparación universitaria, utilizando sus mejores recursos logrados con la educación que recibieron, flotan en un vacio laboral, porque el aprendizaje saturado con racionalidades, elaborados procesos de pensamientos analíticos, dominio del lenguaje y control están sufriendo menor demanda y en algunos caso la obsolescencia, porque cambiaron las reglas del juego, decidieron concentrar en pocas transnacionales la producción a escala mundial con sistemas robotizados, computación, dejando fuera a los nuevos egresados.
Las nuevas reglas imponen, además de la inestabilidad laboral, sobresalir en una triple calificación para tener éxito. Ser hábil en el aprendizaje racional que entrega la universidad, superar la barrera de lo aprendido capacitándose en los nuevos conocimientos después de egresar para adecuarse a la innovación tecnológica que intenta resolver los graves problemas mundiales, y además tener una excelente competencia en inteligencia emocional, que ahora es considerada indispensable, como habilidad para escuchar, ser experto orador, tener capacidad de adaptación, creatividad para enfrentar obstáculos y conflictos, capacidad de negociación, habilidad para trabajar en equipo, etc., lo que precisamente se ha ido perdiendo, según la investigación del Dr. Achenbach.
La obsesión ideológica, la soberbia de focalizar todo priorizando primero en el industrialismo y luego en el poder financiero del imperio empresarial, rentabilizando hasta el arte, desembocó en funcionalidades contradictorias imposibles de resolver en pocos años. Cambiar las generaciones tomará varias décadas para que el mundo haga un giro y coloque las vocaciones dentro de una expresión natural, porque no solo están destruyendo su propio imperio, sino que destruyeron el espíritu del hombre libre y su expresión de acuerdo a la naturaleza humana.
Los simplistas neo liberales ven solo un problema de “flexibilidad laboral” con el cual pretenden resolver la crisis de fondo que arrastra un modelo que alteró errónea y artificialmente la genética humana, produciendo y lucrando con una educación orientada al negocio empresarial que ya no necesitan, fenómeno que hoy se observa también a escala mundial en los mercados. No son solo los viejos y sus antiguas profesiones los que se van quedando en el camino, sino jóvenes recién egresados de las universidades. La gratuidad de la educación universitaria promovida por J. Lavín a quienes ingresen a estudiar pedagogías, estimula el ingreso de jóvenes a estudiar porque no tienen otra opción para pagar la carrera universitaria que ellos desean. Aquello es otro paso ineficaz y forzado para hacer más de lo mismo. No llegarán los verdaderos jóvenes con vocación para enseñar. Son las personas quienes deben definir lo que harán con sus vidas y la economía debe adecuarse a las necesidades y características del hombre
Hoy la discusión en Washington para elevar temporalmente el nivel de la deuda, no resuelve nada. No sirve para que EE UU., crezca constantemente durante varios años a un 5% para revertir la desocupación de más de 12 millones de cesantes y aborde la pobreza de más de 45 millones de norteamericanos. El factor nuevo en la ecuación es encontrar cómo ocupar a los nuevos egresados universitarios, a los cuales el modelo de economía rechaza como excedentarios. La enconada oposición de los republicanos frente a los demócratas obedece a un sesgo de extrema derecha que amenaza al mundo, intentando salvar sus grandes negocios y para revocar el gasto social. No les interesa un ápice si más gente del aparato gubernamental queda cesante o desocupada.
La ciudad de Richmond, en California se ha puesto a la vanguardia en soluciones novedosas frente al drama de los desahucios de las propiedades. Producto de la crisis 2008/2009, el valor de mercado de las casas en el 50% de los casos en dicha localidad, apenas alcanza a la mitad del valor de la hipoteca en poder del banco. Cuando las personas quedaron sin trabajo, fueron desalojadas de sus casas, lo que significó barrios completos abandonados. El Ayuntamiento de Richmond decidió hacer una oferta a los bancos que no podían rechazar, comprar las hipotecas basado en una tasación independiente. Si no se llega a un acuerdo con el Banco, el Ayuntamiento utiliza el derecho de expropiación sobre la hipoteca y pacta un justo precio, como cuando se expropia un terreno para uso fiscal. El objetivo final es que la gente reduzca sensiblemente los pagos, se quede en sus casas y no ocurra lo que sucede en Detroit, donde el crimen, la ocupación ilegal de casas y los vagabundos asolan la periferia de la ciudad. Claro, ahora Richmond arriesga a que Wall Street le niegue financiamiento bancario para su funcionamiento normal.
El daño producido en la economía real es tan profundo, que lo señalado muestra la desesperación de las medidas adoptadas para enfrentar la cruda realidad que vive la gente en EE UU y ahora en gran parte de Europa. Cuando nos preguntamos ¿Porqué no ocurren fuertes estallidos sociales en estos países desarrollados? La respuesta se orienta a la relación de fuerza que se ejerce sobre los ciudadanos. En Springfield, una mujer fue detenida por la policía por un incidente con otras personas, y pese a que advirtió que estaba embarazada, le aplicaron un shock eléctrico mediante una pistola eléctrica llamadas táser que genera 400 voltios. Su nombre, Lucinda White de 29 años de edad y con ocho meses de embarazo. Como explicación de lo sucedido, el subjefe de Policía de Springfield, Cliff Buscher, justificó la acción de los policías sosteniendo en su informe que, ”todo lo que hicieron está dentro de nuestras normas” como cuerpo policial.
Sugata Mitra y su equipo, citado al inicio, llegaron a la firme conclusión de que los niños son capaces de organizar su propio aprendizaje en torno a un computador, “aprenden lo que quieren aprender por lo que la información perdura”. Su larga experiencia le permite decir frases notables como esta, “En la senda de la sociedad industrial hacia la del conocimiento, el papel y los procedimientos de la amistad toman más fuerza que el papel de la violencia o la agresión. Los niños ya han entendido que la colaboración es la manera de avanzar”, mientras otros avanzan con soberbia en la destrucción del conocimiento y la frustración de miles de millones de vidas.
Mario Briones R.