En los últimos meses se ha producido un cambio en los planteamientos de la oposición venezolana. Ya no ponen el acento en el supuesto fraude electoral como lo hacian después de las elecciones presidenciales.
Que se sepa, no se ha dado a conocer ningún cambio al respecto en las revisiones que han hecho las autoridades electorales, por lo tanto cabe preguntarse qué es lo que ha determinado esta nueva actitud y desde cuando.
Y al buscar la respuesta, nos encontramos con que esta nueva actitud coincide con el viaje que hizo el derrotado candidato Enrique Capriles a Chile, donde se reunió con dirigentes de algunos partidos políticos con los que tiene cierta afinidad.
No se dió mucha información al respecto y el visitante tampoco fue recibido por el presidente Sebastián Piñera porque se estimó que no correspondía hacerlo puesto que Chile tiene relaciones con el gobierno que preside Nicolás Maduro.
Por lo tanto, el encuentro entre ambos tuvo carácter informal y consistió en una cena a la que los dos fueron invitados.Las informaciones sobre la estadía de Capriles en el país sudamericano no fueron muy abundantes, sin embargo hay hechos posteriores que indican que no fue un simple paseo.
COINCIDENCIAS
Cuando Capriles llegó a Chile, en Venezuela ya se estaba produciendo escasez de artículos de primera necesidad, tal como había sucedido en Chile cuando el gobierno del Presidente Allende ya había cumplido dos años y se aproximaban las elecciones parlamentarias.
Los partidos de derecha y la democracia cristiana habían hecho un pacto en la perspectiva no sólo de ganar esos comicios, sino de elegir entre todos ellos al 65 por ciento de los parlamentarios y poder destituir al presidente Allende.
En esa perspectiva, la escasez de todo, desde leche, huevos, carne, alimentos para bebés, mamilas incluso, aceite, azúcar, cigarrillos y hasta papel higiénico, se convertía en un arma electoral, al menos así lo estimaban.
La repetición de estos hechos en Venezuela no es, por lo tanto, algo sorprendente.Resulta obvio que todo está entrelazado, sin embargo, los que aspiraban a destituir al presidente Allende se llevaron un gran chasco: no eligieron al 65 por ciento de los parlamentarios.
La razón fundamental estuvo en que se impulsó, con la participación voluntaria de los maestros, que en ese tiempo estaban de vacaciones, y con la de radios, periódicos y periodistas, una campaña destinada a demostrar que esos productos no escaseaban sino que eran escondidos y vendidos a precios más altos a las capas más adineradas.
En Venezuela se está registrando una situación similar, pero según los sondeos de opinión conocidos en las últimas semanas eso no parece disminuir el apoyo al gobierno que encabeza el presidente Nicolás Maduro.
Se le asigna al gobierno un 43 por ciento de respaldo, lo que se asemeja a los resultados de la elección presidencial, de ahí que ahora se esté poniendo el acento en otro aspecto, la disponibilidad de divisas.
LOS DÓLARES
La acción antigubernamental de la oposición venezolana parece estar centrada ahora en dejar al paìs sin divisas y aquí encontramos otra semejanza con lo ocurrido en Chile cuando Salvador Allende ganó las elecciones presidenciales de 1970.
Fracasada la campaña del miedo contra la candidatura allendista, la elección presidencial debía dirimirse en el parlamento, donde se tenía que elegir entre las dos primeras mayorías, como lo señalaba la constitución.
Gobernaba la democracia cristiana, pero su candidato sólo habìa logrado el tercer lugar y en ese partido había un sector partidario de llegar a un acuerdo con el allendismo, lo que no era del gusto del equipo gobernante ni de Estados Unidos.
Se produjo entonces un hecho poco frecuente, el ministro de hacienda pronunció un discurso al país , el que dio origen a una nueva campaña del miedo, esta vez por la posibilidad de que no se pudieran adquirir divisas en el futuro.
Eso determinò que los sectores que contaban con recursos para hacerlo, planificaran costosos viajes al extranjero con el fin de obtener la mayor cantidad de dólares posible porque habìa control de cambios, establecido por el gobierno anterior al dela democracia cristiana.
Ese control fue necesario a raíz de que el mismo empresariado que apoyaba al gobierno conservador había realizado una serie de maniobras financieras que dejaron sin divisas al gobierno del que formaban parte. El discurso de Andrés Zaldìvar, ministro de hacienda del gobierno de Eduardo Frei, se tradujo en una compra desesperada de dólares a través de una fórmula no muy complicada.
Los que proyectaban viajar fuera del país podían adquirir una determinada cantidad, dependiendo del lugar al que irían.Entonces, cientos de familias adineradas planificaron viajes fantásticos a los que generosamente llevarían a sus mucamas, niñeras, cocineras y chóferes.
La compra de dólares era más grande mientras más lejanos fueran los paises a los que todos ellos supuestamente irían, pero en la práctica, tenìan acuerdos con las líneas aéreas o empresas de turismo y llegaban hasta el país más próximo, donde los patrones recuperaban hasta el valor de los pasajes no utilizados.
Esto mismo está sucediendo ahora en Venezuela ¿curioso, no? El relato lo hace un corresponsal, al parecer de la BBC y se publicò en el diario Ultima Hora de Caracas el 2 de octubre recién pasado
El corresponsal tenìa que ir a Bogotà, Colombia, a tramitar la visa venezolana, pero en todas las agencias de viaje que recorriòen busca de boletos la respuesta fue la misma “no hay”.Pero no sólo eso,le dijeron que los vuelos a Perú, Ecuador o Miami estàn vendido para los próximos cuatro meses.
Otros hacen lo mismo que hemos relatado que sucedía en Chile, incluso invitan amigos a ir a Europa,les pagan todo, los dejan en el lugar elegido con una candidad determinada y se guardan sumas considerables, comprar los dólares en Venezuela resulta más engorroso.
El gobierno del presidente Maduro ha anunciado cambios en estas disposiciones, pero también parecería necesario que se investigara más a fondo el asunto, asì como lo que hay detrás de tanta coincidencia con lo sucedido en Chile y que llevò al golpe militar.