La canciller federal Angela Merkel, demócrata cristiana de 59 años, alcanzó hoy el cénit del poder político en Alemania al conseguir su tercera elección continua desde 2005, pero perdió a su aliado en la actual coalición de gobierno, el Democrático Liberal, que no recibió la suficiente votación para estar representado en el Parlamento, por primera vez desde 1949, cuando se constituyó la República Federal Alemana.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) alcanzó 41.5 por ciento de votos, ocho puntos más que en 2009, según los resultados oficiales, pero los candidatos liberales obtuvieron 4.8 de los votos, tres décimas de punto por debajo de los requeridos por la ley para acceder al Parlamento (Bundestag) por cuatro años.
La votación dejó al partido de Merkel muy cerca de la mayoría absoluta; le faltó un parlamentario más para lograrlo.
Con base en los votos obtenidos, CDU contará con 299 de las 598 curules del Bundestag. El Partido Socialdemócrata (SPD) tendrá 183 asientos, mientras Los Verdes ocuparán 58 sillas, misma cantidad de La Izquierda.
En Alemania, como en todos los sistemas parlamentarios, el jefe de gobierno –llamado canciller– es elegido indirectamente. Los ciudadanos votan por sus representantes en el Parlamento y el partido dominante en este órgano del Estado es llamado a formar gobierno. Cuando no hay una formación política con la mayoría absoluta, la organización con la mayoría relativa debe buscar aliados.
Hoy podemos celebrar un resultado extraordinario. Trabajaremos con responsabilidad para tener otros cuatro años exitosos en Alemania, afirmó Merkel ante sus partidarios, cuando las encuestas de salida de los electores confirmaron su triunfo electoral, anticipado por sondeos en este país con 61 millones 800 mil votantes.
Merkel lamentó el revés de los demócratas liberales, al que se considera en Alemania su aliado ideológico natural, y al parecer estará obligada a formar una coalición de gobierno con el SPD, que consiguió 25.7 por ciento de los sufragios.
Esta sería la tercera ocasión en que socialdemócratas y demócratas cristianos se coaliguen. Las anteriores experiencias ocurrieron en 1966 y 2005, cuando el SPD todavía alcanzaba índices de votación que le acercaban a la mayoría absoluta, con 34 por ciento de las boletas electorales, hace ocho años.
La canciller declinó hacer comentarios sobre la posibilidad de formar una coalición de gobierno porque, dijo, es muy temprano para saber exactamente cómo procederemos, mientras no estén los resultados definitivos este lunes.
Tampoco el líder del SPD, Peer Steinbrueck, quiso especular sobre el tema. El balón está en la cancha de Merkel. Ella tiene que conseguirse una mayoría, dijo el político socialdemócrata, ministro de Finanzas de 2005 a 2009, cuando gobernó la gran coalición.
En una perspectiva general, las elecciones dejaron un saldo favorable para la derecha, pese al tropiezo de los demócrata liberales. CDU recibió la mayor votación desde la reunificación alemana en 1990 y el partido euroescéptico Alternativa para Alemania, con 4.7 por ciento, quedó a tres décimas de punto de constituirse en fuerza parlamentaria.
En contraste, los partidos de izquierda se estancaron en la cosecha de votos. Los Verdes perdieron dos puntos porcentuales respecto de 2009 para quedar en 8.3 por ciento; los anticapitalistas de La Izquierda cedieron tres puntos con relación a la elección anterior, al recibir 8.6 por ciento.
Los socialdemócratas avanzaron casi tres puntos respecto del resultado de hace cuatro años (23 por ciento), aunque el resultado de hoy es el segundo peor de su historia y su porcentaje de votos quedó dos puntos abajo de las expectativas marcadas por las encuestas previas a los comicios.
El SPD se alió para las elecciones generales de hoy con Los Verdes con la declarada intención de acabar con la era Merkel.
Ni el insistente llamado de los socialdemócratas a los electores, ni la crisis económica financiera padecida en Europa desde 2008, fueron suficientes motivos para vencer a la físico-química, cuya carrera fue impulsada por el ex jefe de gobierno Helmut Kohl, reunificador de Alemania.
Con este resultado, Merkel es la única jefa de gobierno que sobrevive a la crisis, de lo que no fueron capaces los gobernantes de Reino Unido, Francia, España, Portugal e Italia, en los últimos cinco años.