Diciembre 9, 2024

A 40 años. Velos y disfraces I

El aniversario 40 del golpe cívico-militar, que dio origen a la dictadura de Pinochet apoyada por las FFAA junto a la derecha política y económica, corrió velos y disfraces de instituciones y personas que disimulaban conductas comprometedoras. La Corte Suprema decide transparentar su verdad y la derecha política persiste en su disfraz que oculta la propia.

 

tras acciones y omisiones, más justicia

Lo más asombroso fue la coral de los 14 ministros de la Corte Suprema que reconoció la gravedad “de acciones y omisiones” de la Corte Suprema durante la dictadura. Los ministros  afirman que el Poder Judicial no garantizó los derechos fundamentales de los chilenos “lo que derivó en la muerte de muchos de ellos, su desaparición forzosa, detenciones irregulares y torturas, entre otros atropellos”.

 

Los ministros no sólo admiten la colaboración de sus antecesores con la dictadura de Pinochet, sino también la definen como un régimen que “violentó las garantías fundamentales de los ciudadanos”. 

 

A 40 años, la voz unánime de la Corte Suprema converge con el pensamiento de la mayoría de los chilenos expresado hace 25 años -el 5 de octubre de 1988- y con la comunidad internacional que condenó siempre la dictadura por las transgresiones sistemáticas de los derechos humanos de los chilenos. 

 

La Corte Suprema confiesa haber incurrido en denegación de justicia (7.000 recursos de amparo rechazó hasta 1978, señala el abogado Roberto Garretón en La Conjura (2013), de Mónica González, p.487) y se compromete a acelerar las causas abiertas (1.100, según Amnistía Internacional) con la dedicación exclusiva de 7 ministros a partir del 1 de octubre.

 

tras complicidad de UDI y RN, impunidad  

La opción del Poder Judicial de reconocimiento y corrección es cualitativamente diferente a la de “cómplices civiles”, expresión del Presidente Piñera en alusión, entre otros a políticos de la UDI y RN que apoyaron y participaron en la dictadura.

 

A 40 años, algunos de éstos -los menos- modelan perdones genéricos, vacíos de compromiso, intentando así “pasar página”, en vez de jugárselas por participar en iniciativas concretas que conduzcan  a conseguir más verdad y más justicia.

 

Otros, -los más- rechazan responsabilidades políticas con los crímenes, sea intentando empatar lo acontecido durante la dictadura con lo ocurrido durante la Unidad Popular e incluso con el periodo democratacristiano, o diciendo que los crímenes fueron producto de excesos de individuos y no de una política de Estado.

 

Los políticos de la UDI y RN no sólo se desentienden de los crímenes  de la dictadura, cometidos por mandos de las fuerzas armadas y carabineros, por una parte, y por civiles y militares de la DINA, la CNI y Comandos especiales, por otra, sino que apoyaron sin reservas su ideario votando a favor de Pinochet en 1988.

 

De acuerdo a los informes Rettig y Valech y  especialmente a los antecedentes contenidos en procesos y sentencias judiciales de los Tribunales, ¿la UDI y RN estarían en condiciones de promover la derogación de la ley de Amnistía de 1978 y así sintonizar con la voluntad de la Corte Suprema de hacer justicia y de la ciudadanía que demanda más verdad y más justicia?

 

El Poder Judicial ha saldado su deuda con los ciudadanos y promete hacer justicia. El poder político de la derecha  persiste en gesticular, no demuestra cualidad democrática ni acaba en condenar la política de la dictadura de violaciones de derechos humanos y de comprometerse con los mismos procurando más verdad sobre los crímenes y más justicia sobre los responsables de haberlos cometido.

 

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