Diciembre 26, 2024

¿Es Franco Parisi el nuevo “Fra-Fra” de la derecha?

A partir de 1965 la derecha, en el plano político, ha sufrido, al menos, tres derrotas contundentes: La primera, en 1965, el Partido Conservador logró sólo el 5,2% del total del sufragio; el Partido Liberal, el 7,3%; con un total de 12,5%, una verdadera debacle, que llevó a la disolución de ambos Partidos históricos. No siempre la muerte política de partidos tradicionales es negativa: la derecha se refundó en el Partido Nacional logrando, en las elecciones siguientes, un 20% de los votos.

 

La segunda derrota, en 1989, sucedió en las presidenciales, posterior a la dictadura de Pinochet, en que se presentó dividida entre Hernán Buchi y Francisco Javier Errázuriz (Fra-Fra); el primero, un Chicago Boy, ex ministro de Hacienda de Pinochet y que padecía de la “enfermedad de la contradicción vital” – una vez subió a la montaña tratando de imitar a Zaratustra; claro que en el llano, su prédica era estéril, vulgar y tarada, no como la del héroe de Nieztsche – y que alcanzó el 29,40% de los votos; el segundo, un empresario que se hizo famoso por la crianza de pollitos, y, en ese tiempo, era dueño de los supermercados UNIMARC; con sus postulados populistas, como suprimir la UF, logró impresionar a una amplia masa de ciudadanos anti políticos, logrando un total del 15,43% de los votos. Si sumamos la votación de ambos candidatos, llegó al 45% de los votos, casi el mismo porcentaje del SÍ en el plebiscito, que llegó al 44%, contra el 55,99% del NO.

 

La tercera derrota tuvo lugar en las elecciones de 1993: el candidato Arturo Alessandri Besa que, a pesar de su nombre, asociado a las familias presidenciales, era todo lo contrario a un personaje carismático – como lo fue su antepasado del mismo nombre y se da el caso en la historia de los “delfines” que no heredan las cualidades de sus ancestros – se midió con otro heredero del poder, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien logró la más alta votación en la historia electoral del siglo XX, el 57,98%, contra la baja votación de Alessandri, que sólo alcanzó al 24,41% de los sufragios. El otro candidato de la derecha – en estas mismas elecciones – fue José Piñera, el creador de las AFPs,, quien obtuvo un 6,18; sumados los dos candidatos de la derecha, se llegó a una cifra del 31%, lo que significa una pérdida de un 10% entre la anterior y esta última.

 

Desde inicios del siglo XXI a la derecha le ha ido bien: en 1999, en la primera vuelta se dio, prácticamente, un empate técnico entre Joaquín Lavín y Ricardo Lagos, con una diferencia ínfima de menos de un voto por mesa; en 2005, sumados los votos de Lavín y Piñera, fueron más que los de Bachelet en la primera vuelta. En 2009, Sebastián Piñera ganó en la primera y segunda vuelta al pésimo candidato Eduardo Frei Ruiz-Tagle – un personaje con pocas dotes para la política -.

 

En 2013 visualizamos en el horizonte cercano una nueva debacle de la derecha. Ya hemos comprobado históricamente que una derrota electoral no significa la muerte, (recordemos el año 1965), y todo el drama que ha vivido la derecha en estos pocos meses, con dos candidatos abortados (Golborne y Longueira), con un perdedor en las primarias, que aún está indignado, (Allamand), con Renovación Nacional, atropellada, abusada y violada por la UDI y sumado al pésimo gobierno de Sebastián Piñera, es bien evidente que el resultado va a ser muy magro. De todas maneras, menor al 30% que lograron Alessandri Besa y Piñera; a lo mejor, pronosticamos algo parecido al 20%, y no es imposible que llegue tercero en la primera vuelta.

 

Evelyn Matthei no logra convencer a un amplio sector de Renovación Nacional, que aún está inconforme por el indigno trato recibido y, sobretodo, con la derecha económica que considera que una candidata socialista es la mejor garantía para la continuidad de sus abusos y rentabilidades excesivas.

 

La entrevista de Franco Parisi con Pablo Zalaquet es sólo un anuncio de que la derecha tiene dos opciones diferentes – Matthei y Parisi – y que este último podría atraer un sector anti-partido que permitiría a la derecha contar con fuerzas frescas, que sus anquilosados partidos políticos son incapaces de atraer. Podría repetirse el caso de Hernán Buchi versus Fra-Fra.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas

20/08/2013

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