Diciembre 13, 2024

Multimillonarios chilenos: cada día más ricos

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 piera_enero13_puertoLa lista Forbes de los multimillonarios del mundo, los que tienen una fortuna líquida de más de mil millones de dólares (en pesos, 472.000.000.000.000), alcanzó su nivel más alto el 2013. Ahora son 1.426 personas, con un total de 5,4 billones de dólares (una cifra con 12 ceros), en una economía mundial, según estimación del Fondo Monetario Internacional, de 71,4 billones.

 

 

En esa lista, los multimillonarios chilenos siguen batiendo marcas. Teniendo como base el año precrisis, el 2007, el 2011 habían incrementado sus fortunas en un 102,47 %, y su participación en el PIB nacional de 12,33 % a 16,46 %, es decir, su riqueza creció un tercio más que la economía chilena. Y su número pasó de cuatro a cinco, Paulmann se sumó a los Luksic, Matte, Piñera y Angelini.


El 2012 les volvió a ir excelente. Sus fortunas aumentaron, en solo un año, de 40,70 mil millones de dólares a 51,35 mil millones, es decir, 26,17 %, mientras que la economía chilena solo lo hizo en un 5,7%. Y su participación en el PIB se elevó de 16,46 % al 19,28 %, acercándose al récord mundial en este punto, solo superado por paraiso fiscales, Hong Kong, Mónaco y el Líbano, llegando al nivel de quienes inmediatamente siguen a esos paraísos, Rusia y Ucrania, y desplazando a Israel. Recordemos que la suma de las fortunas de la lista Forbes solo equivale al 7,6 % del PIB mundial, porcentaje bastante inferior al nuestro.


Nuestro número de multimillonarios también subió, ahora son 14 en vez de cinco. Ese aumento se debe a que las fortunas de los Matte y de los Angelini se dividieron entre tres y dos hermanos, respectivamente; que los Solari ingresaron a la lista divididos en cuatro, y que hay además otros dos participantes, Alvaro Sahied y Luis Yarur Rey. Si nos atuviéramos a la calificación de los grupos económicos chilenos de la Universidad del Desarrollo, tendríamos que agregar a los Cueto.


La explicación de esa concentración económica es el carácter oligopólico de nuestra economía, en la que el 3 % de las empresas hace el 87 % de las ventas, como lo denunció el 2007 el entonces Senador Adolfo Zaldívar. Y como lo describe con detalle un documento de Hernán Boselin y Ramón y Cristián Briones, “Modelo económico-social y competencia en los mercados: Chile un caso de oligopolio y asistencialismo”, publicado en El Mostrador el 6 de enero de 2012. El crédito, por ejemplo, va el 85 % a las grandes empresas y el 15 % a las pymes, en proporción inversa a la oferta de trabajo.


Los gobiernos concertacionistas poco hicieron para cambiar esa estructura que nos legó la dictadura. Recientemente, han habido algunas críticas en la derecha, incluso de dirigentes de la actual administración, a esa característica de nuestra economía. Mas le salió gente al camino, entre ellos, el influyente senador de la UDI, Jovino Novoa, con un libro titulado “Con la Fuerza de la Libertad: la batalla por las ideas de la centroderecha en el Chile de hoy”, curioso título de un autor que tuvo un alto cargo en un régimen liberticida. Y su partido lleva como candidato presidencial a Laurence Golborne, quien fuera gerente general de Cencosud, la gran empresa del segundo multimillonario chileno.


Tal vez por ello, a pesar de ese crecimiento considerable de las fortunas y que la de nuestro presidente sea la octava entre los jefes de Estado, tras las de cinco emires, la del príncipe de Liechtenstein y el presidente de Georgia (una república en el Cáucaso, que fue soviética y tierra natal de Stalin), todavía no tenemos en Chile una organización como los millonarios patriotas de EE.UU. Para ser miembro se requiere tener un ingreso anual de más de un millón de dólares. Y su fin es presionar al Congreso para que apruebe la proposición del presidente Obama de aumentarles los impuestos a la renta al nivel, a lo menos, de sus empleados. En otras palabras, como mínimo, igualar los tributos del capital a los del trabajo.

 

Como tampoco tenemos un movimiento de multimillonarios de la lista Forbes, que nació en EE.UU. y se ha extendido a otros países, pero que todavía no llega a América Latina ni a Chile, que se han comprometido a donar por lo menos la mitad de sus fortunas para luchar contra la pobreza en el mundo y, a la vez, evitar que sus descendientes sean malcriados por un dinero que no ganaron.


Es de esperar que finalmente en nuestro pais los millonarios sean también patriotas, y pidan que les aumenten los impuestos, y que los multimillonarios se transformen en filántropos.

 

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