Han pasado muchos años de hacer siempre el mismo recorrido…
Ser los invitados sencillamente para estar en los últimos minutos del partido, en los segundos tiempos, vestidos de serpientes mientras los encantadores con sus flautas aceptaban convertirse en binominales por exclusión. Durante dos decenios fue un cura, un economista, una profesora primaria, un humanista…. y Jorge Arrate, se diría que eso de que Juntos Podemos fue sencillamente una mala pócima, con porciones de brujos desmemoriados para los miles y miles de los que consecuentemente…. creyeron.
La izquierda tradicional antigua logra estar/entrar en la foto que por decenios esperó. No son muchos los años pasados cuando andaba golpeando la puerta de la Alianza Democrática pidiendo un/su espacio, una silla para estar en la foto de los demócratas de esos tiempos; hay que recordar que eran esos los calendarios cuando había espacio, por ejemplo, para nueve fracciones socialistas en el bloque opositor.
La izquierda que ya no se quiere, tiene que ver con la que hace uso de la esperanza, la que coloca algunos notables trozos de la historia para autoproclamarse en ese espacio como la defensora de los más desposeídos. Hablando en lengua antigua… clase obrera
No puede negarse que en el recorrido de la izquierda tradicional antigua han estado junto a los más golpeados por el modelo, basta recordar cómo en los decenios pasados recorrían las comunidades mapuches mostrando a sus candidatos y pidiendo/prometiendo que ese voto era para que desde el parlamento se haga la defensa de la dignidad del pueblo mapuche. Pero también en esos tiempos los cercos cobraban vida por las noches y cientos de manos recuperaban lo que había sido robado por los latifundistas, con el silencio cómplice de los gobiernos y del parlamento.
La izquierda que ya no se quiere es aquella que da el paso para su abrazo con la socialdemocracia, incluso con la derecha golpista de hace cuarenta años, esa que recibió dinero americano. La izquierda tradicional antigua escribe ahora en los muros que llegarán para defender los derechos del pueblo…pero no son creíbles
La izquierda tradicional antigua es agua pasada….
Los tiempos actuales reclaman antes que nada que el enemigo fundamental es la derecha con todos sus apellidos, sus clanes económicos y padrinos, desde el FMI hasta el Departamento de Estado norteamericano.
Las nuevas generaciones entienden que un país diferente pasa por acumular fuerza para instalar bases diametralmente distintas a las actuales, para un proyecto de patria que pueda recorrer los decenios del tercer milenio entregando derechos a las grandes mayorías, repartiendo los beneficios de la explotación racional de los recursos naturales en manos de todos los chilenos. La nueva generación de libertarios, demócratas, progresistas, han trazado un recorrido donde se funde en un programa y que apura, desde la Asamblea Constituyente hasta la recuperación de todas las riquezas básicas, pasando por una reforma tributaria para hacer realidad la educación y salud publica de calidad, laica y gratuita. Es de público conocimiento que el actual sistema previsional está acabado y se hace indispensable un nuevo modelo, más justo, más digno, mejor repartido…con urgencia.
Los tiempos actuales indican que se debe avanzar para dar mayor consistencia a la denuncia de la ilegalidad del actual régimen imperante. Los chilenos saben que el actual andamiaje institucional es antidemocrático, caduco y podrido
Se instalan con pasos consistentes y potentes los que insisten en los cambios del actual modelo que impera en Chile. Se han unido en justa alianza, trabajadores, estudiantes, empleados y artistas para levantar una alternativa que dispute con razón y contenido, a los sostenedores del modelo de acumulación capitalista que por tantos años se mantiene en Chile.
No puede un país seguir sosteniendo un andamiaje institucional heredado desde los tiempos de la dictadura. Los nuevos actores no conocen la claudicación y así lo han dejado escrito de su puño y letra. Levantar propuestas de cambios fundamentales es dar pasos muy lejanos/distintos/diferentes de los que se cobijan entre las cifras milagrosas del actual modelo.
Se instala en Chile y para quedarse una nueva izquierda con capacidad para concretar su programa y pensar que una plataforma democrática es indispensable para avanzar en el asunto más importante de la política…. la acumulación de fuerza.
La guerra contra el lucro no es algunos papeles en las calles. Las batallas por la conquista de los derechos fundamentales son un programa y el ciudadano Marcel dispuesto a levantar la voz. En la memoria está marcado el momento en que un hombre levantó los ojos del suelo para mirar de frente, entonces nos acercamos ea tiempo para avanzar por las grandes alamedas.
Los tiempos por venir serán ocupados por los hombres dispuestos a superar esos momentos grises y amargos. La nueva izquierda no esconde que es la heredara de Allende y de su programa, tarea inconclusa y tarea digna a completar.
#Todosalamoneda….nada más, pero tampoco nada menos