Con la elección de un nuevo CC. y el nombramiento de la directiva que dirigirá al PS durante los próximos dos años se ha cerrado la transición interna en el PS. El dominio en las votaciones de la fracción Nueva Izquierda y la perspectiva de un triunfo de Bachelet en las próximas presidenciales, han sido factores suficientes para congelar los cambios que el PS. podría haber impulsado en el presente. La disidencia no ha prendido ni dentro ni fuera del PS. La evolución ideológica, la necesidad de plantear grandes cambios políticos, incluso el llamar a una nueva Asamblea Constituyente, han quedado postergadas por lo menos por 4 años.
Además no se ha abierto paso la formación de un nuevo partido o movimiento de izquierda que plantee abiertamente el cambio del modelo económico-social. Más bien se ha reforzado el apoyo al modelo, sólo con los pequeños retoques a disminuir la “desigualdad”. A este “congelamiento” se ha sumado el pragmatismo del Partido Comunista que ha decidido conseguir resultados inmediatos con el 5% de su votación que le permite negociar cuotas parlamentarias. ¡Adiós a los cambios que atenten contra el modelo!
De lo que se sabe, la candidata ha manifestado que si bien en su anterior mandato ella se lo debió a los partidos de la concertación quienes le impusieron las líneas principales del gobierno, ahora es ella la que viene al rescate de los partidos de la Concertación y piensa hacer un gobierno diferente.
¿Qué se entenderá por ello?
La ex presidenta dio un rol fundamental en su anterior gobierno al grupo Expansiva, grupo que le propuso metas macroeconómicas estrictas y limitar sus programas sociales a un modesto “estado benefactor” que no tocó ni a las AFP , ni a las Isapres ni al sistema privado de educación superior. Mucho menos planteó la recuperación de empresas estatales privatizadas o la formación de otras nuevas. Hoy día parte de Expansiva se ubica detrás de Andrés Velasco quien se plantea como candidato independiente seguramente mirando hacia el 2017.
El estilo de la ex presidenta es conocido, y no será en su forma de tomar decisiones donde pueden surgir los cambios. Durante su paso por el Ministerio de Salud , son de recordarse sus innumerables comisiones , muy abiertas y participativas, pero que nunca se concretaron. Por diversas razones, algunas más bien imaginarias, se opuso al Plan Auge, que finalmente se aprobó meses después de dejar ella ese Ministerio. Finalmente el plan AGE ha sido uno de los grandes logros de la Concertación.
Pero después ya en su Gobierno, mantuvo el estilo de cercanía con la gente y también la dificultad para tomar decisiones.
Tal vez lo más grave fue la puesta en marcha del llamado Transantiago. En esa oportunidad se despreció la opinión de todos los entendidos y la mínima prudencia de postergar su puesta en marcha, provocó el trauma ciudadano más grave de las últimas décadas.
A continuación enfrentó el movimiento de los pingüinos, que hoy día se ha transformado en el sector más crítico a su candidatura. Ellos son todavía estudiantes o recién egresados y se consideran engañados por su gobierno. Hay declaraciones explícitas de los líderes estudiantiles de esa época, ahora dirigentes políticos, que se opondrán a su candidatura. Sin embargo todas estas carencia y oposiciones parecen minúsculas comparadas con los factores positivos de su personalidad, que se refleja en cada encuesta de opinión.
¿Con qué equipo va a gobernar y qué programa se propondrá cumplir?
Hay dos escenarios posibles para su gobierno.
El primero que gane en primera vuelta y consiga con ello una mayoría de 3/5 o 2/3 en la Cámara de diputados. Mayorías que son posibles de conquistar. Bastaría doblar en 12 distritos de los 60 para que la composición de la Cámara fuera de 48 a 72 =2/3.
Este es solo un cálculo matemático, porque la gran duda es si esa mayoría sería homogénea y estaría disponible para cambios en los artículos fundamentales de la Constitución del 80.Además en el Senado será mucho más difícil alcanzar los quórums. Pero con la mayoría absoluta también se pueden hacer cambios relevantes. Mantener una mayoría homogénea que vaya desde los 4 partidos de la Concertación más el PC., e incluya el MAS , el PRI y los eventuales parlamentarios independientes que puedan ser elegidos en la primera vuelta , será lo determinante en el futuro gobierno.
En el segundo escenario, no se gana en la primera vuelta y no hay mayoría parlamentaria para grandes cambios. Hay que negociar el apoyo para la segunda vuelta con cada partido, grupo o subgrupo, que quieren obtener cuotas de poder, sea ministerios, servicios o asignaciones presupuestarias garantizadas. Un escenario muy parecido al que se vivió en el 2005.
En aquella a alternativa la candidata a presidenta, llamó a los partidos y movimientos para estructurar un Programa y definir las bases de su gobierno. Su elección finalmente fue la moderación ofrecida por el grupo Expansiva. Y eso determinó el curso del gobierno.
¿Qué nuevos factores podrían influir en un nuevo enfoque y en un nuevo estilo de gobernar?
¿Su experiencia en un cargo internacional?
¿La existencia de países latinoamericanos que liberándose de la tutela norteamericana y de los organismos internacionales, tienden a formar una coalición con rumbo propio?
Y finalmente ¿su auténtico sentimiento de izquierda la llevará a impulsar cambios al modelo heredado de la dictadura que acentúa la desigualdad y la concentración económica?
Son alternativas abiertas y que llevarán a Chile a un agitado proceso durante 2013 .Proceso que será solo un tímido prólogo de otros cuatro años en los que seguramente se demostrará que los movimientos sociales en Chile, desde el de los estudiantes ,el de los mapuches ,el de los trabajadores precarios, el de los regionalistas , el de los medioambientalistas y el de la clase media emergente son diferentes a todo lo que se conoció anteriormente. ¡Buen desafío para la misma Bachelet de hace 8 años!.