Diciembre 4, 2024

Un programa para Chile. Marcel Claude, candidato a la presidencia

claude_marcel

claude_marcelChile como un país libre, justo y democrático. El Juntos Podemos ya es historia, jugó su largo rol que era necesario para esos tiempos; fue aprovechado para muchos intereses, finalmente se trataba de llevar agua al molino concertacionista. Ese viejo discurso del mal menor, que finalmente aquello arrojó sus frutos, le dejaron tres rinconcitos en los altares del binominal. Alguna vez un iluso dijo que había que esperar de ellos tres los gestos insurrectos, no pasó nada….puros corderos.

 

 

Es de público conocimiento que durante veinte años no se tocó el modelo, la política de los acuerdos era miel sobre hojuelas, todo funcionaba perfecto. La principal central obrera, la que dice representar a los trabajadores y la clase obrera, era administrada por dirigentes sin ninguna credibilidad y sumidos en una profunda corrupción de la cual no se ha dado ninguna explicación.

 

Durante veinte años millones de chilenos fueron espectadores de la privatización de todo lo que hay en Chile, hasta el agua. La concertación cometió en este caso un delito de Lesa Humanidad, al poner y tener en peligro de muerte a millones de personas que habitan en las zonas con escasos recursos para la vida misma. La concertación no dudó en ningún momento en convertir la educación en un negocio, el paredón debería ser el lugar de aquellos que apostaron al sistema bancario para financiar el desarrollo personal de millones de estudiantes. Toda la clase política coludida, sabía que los que ingresaban a las universidades eran primera generación con abuelos y bisabuelos analfabetos.

 

Al Chile popular, ese que vive en poblaciones, que trabaja en condiciones precarias y salarios escuálidos no se le puede condenar diciendo que su futuro tiene una fecha que llegará en algún momento. Millones son golpeados por la ideología de la limosna como si el país se trata de una gigantesca catedral. Los cuadros de la marginalidad son evidentes y las fotos de los dueños de la riqueza no causan asombro porque de alguna manera los han instalado como los responsables/salvadores del enorme desarrollo por el cual anda dando pasos la patria.

 

La derecha política, los grupos económicos tienen en el actual modelo un asunto casi único en el planeta, solo comparable con algunos modelos profundos allá cerca del Cuerno de Africa, y no es tan extraño cuando constatamos que las diferencias entre los beneficios de la clase dominante y la mano de obra tienen enormes parecidos. El duopolio insiste en instalar en el imaginario que todo está bien, que el desarrollo queda de manifiesto mientras más torres se construyen en negocios inmobiliarios nunca antes visto en Chile, y que sobrepasan con creces las normas/beneficios de los países más desarrollados.

Llegó la hora de intentar dar vuelta las páginas anteriores y de iniciar una vez más el recorrido insistente para un Chile diferente, más justo, más cercano, más a escala humana… un país de todos nosotros.

 

La historia de las últimas décadas intenta demonizar cualquier proyecto que proponga una alternativa diferente. Todo aquello que signifique una mejor distribución de la riqueza huele al pasado de los tiempos de la cortina de hierro. La historia que intenta escribir diariamente la derecha tiene la varita mágica de la crisis que está por llegar.

 

No están equivocados los pobres que no aceptan salarios miserables. No están equivocados los que se rebelan en contra del lucro en la educación. No son perdedores los que exigen un modelo de pensiones justo y digno. No son unos vendidos los que sostienen que hay que nacionalizar todas las riquezas básicas, no son unos energúmenos los que se manifiestan por ESTATIZAR el agua.

 

No son unos chilenos traidores los que sostiene que hay que buscar soluciones pactadas para el desarrollo con los países vecinos, sabiendo que lo seremos hasta que el sol se desaparezca.

 

Chile es un país con diferentes idiomas y pueblos, y así se debe reconocer en la construcción de proyecto y de futuro…o para todos o para nadie.

 

Nos acercamos a tiempos donde hay que trabajar para volver a enamorar a las grandes mayorías. La derecha saldrá con ese discurso siútico que huele a barrio alto/incienso expresado en el miedo y la mentira. Volverán los jotes/buitres concertacionistas a desplegar sus alas desde los balcones para hacer del cielo propiedad por cuatro años más.

 

Y esta convocatoria no es aun asunto menor….

 

No crean aquellos que el movimiento popular, que los sencillos, que la calle no puede gobernar, todo eso es falso. Justamente son los sectores más comprometidos con el futuro donde existe un enorme potencial y la suficiente capacidad, para instalar a la patria en la senda justa de recorrido histórico con proyectos de desarrollo de futuro.

 

Son miles los que convocan a colocarse las vestiduras de dignidad, no olvidéis las calles de todo Chile el 2011 y la de todos los tiempos anteriores. No están en el olvido las palabras de Recabarren y la de tantos gestos heroicos.

 

MARCEL CLAUDE se instala como el candidato presidencial y tras él, miles de organizaciones sociales, pobladores, miles de estudiantes con sus banderas contra el lucro. Miles de chilenos sostenedores de proyectos energéticos con producción limpia y respetuosos de las riquezas que nos pertenecen a todos.

 

Chile así privatizado/clasista/enajenante/mercantilista no es posible…. no llegará al buen puerto.

 

Las grandes alamedas hay que conquistarlas, y siempre será posible, y esa conquista es sin duda volver a ser joven cada día, aunque hayan pasado cuarenta años y más….

 

MARCEL CLAUDE candidato a la presidencia de Chile… 2014 – 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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