Diciembre 7, 2024

Rodolfo Mendoza: “Los vasos comunicantes en Latinoamérica son débiles y solubles”

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 rodolfomendozaGuadalajara.- En entrevista con Clarín.cl Rodolfo Mendoza (1973), habla del libro Bogotá 39: “Resulta difícil retratarse por escrito, verás que el libro no tiene desperdicio, hay varias joyas de estilo literario, es un libro que ha quedado muy bien visualmente, el trabajo de Alejandro Magallanes es insuperable, se puso a trabajar en la parte tipográfica, hace algo que me gusta mucho: juega con los colores de las fotografías de Daniel Mordzinski, Magallanes hacía su paleta con los colores de las fotos para la tipografía de los 39 autorretratos, resultó una maravilla visual, es un trabajo de artesano, eso sólo lo puede hacer un diseñador que ama los libros, que sabe cómo hacerlo, que gusta de los colores en la tipografía, de las pastas duras, de las guardas impresas, de los troqueles que ya no se usaban, es un libro muy bonito”.

 

 

 

El editor mexicano convocó, 5 años después, a los escritores de Bogotá 39: “Desde hace años tengo la intención de fundar una colección de literatura latinoamericana, porque me resulta alarmante y preocupante que un lector en Costa Rica sepa más de literatura inglesa o francesa que de literatura mexicana, o que un lector peruano sepa más de literatura española que de literatura chilena, los vasos comunicantes en Latinoamérica son débiles y solubles, es sorprendente que no sepamos tanto de nosotros mismos, en cuanto a literatura, si lo que nos une es la lengua española. Por eso hacemos el Hay Festival, para promover la literatura, en Bogotá 39 hay autores impresionantes e imprescindibles que lo han demostrado: Santiago Roncangliolo tiene grandes obras, igual Rodrigo Hasbún, Eduardo Halfon ha sido traducido a varios idiomas, Karla Suárez es un hit en Francia, podríamos ir nombre por nombre”.

 

MC.- La idea de “Bogotá 39” es muy conocida: 39 escritores menores de 39 años reunidos en Colombia. ¿Cuándo decidieron aterrizar el proyecto editorial de los retratos y autorretratos?

RM.- Precisamente algo que nos importaba era celebrar los 5 años de la reunión de Bogotá 39 –que se dio en 2007, cuando Bogotá fue declarada Capital Mundial del Libro-, además queríamos hacer un recuento de los autores, porque esperábamos ver la obra posterior de los 39, en 2007 Juan Gabriel Vásquez todavía no ganaba el Premio Alfaguara

 

MC.- Ni Andrés Neuman…

RM.- Tampoco Antonio Ungar había recibido el Premio Herralde, ni Alejandro Zambra es el Zambra de ahora, en fin; me importaba hacer el recuento y ponerlos a escribir algo que nunca se había intentado: hacer un autorretrato por escritor; ya estaban las fotografías que Daniel Mordzinski les había tomado desde hace años, entonces se me ocurrió publicar los retratos de Daniel y los autorretratos de los 39 escritores. Presenté la idea a Cristina Fuentes –directora del Hay Festival Latinoamérica- y encontré el respaldo de la Editorial Almadía, te digo algo: este libro no sería lo que es sin la intervención de Almadía, y sobre todo de Alejandro Magallanes, un diseñador al que admiro desde hace mucho tiempo, y la verdad cuando pensaba: ¿con quién hago el libro? -como editor he trabajado con muchos diseñadores en libros y revistas- me dije: el único que va a dar el sentido que quiero para este libro es Magallanes, entonces le hablé a Guillermo Quijas, el director de Almadía, y le pregunté: “Memo, tengo este proyecto, lo necesito hacer con Magallanes, ¿le entras?”. El libro quedó ni mandado hacer, las fotografías, el diseño gráfico y los textos de Fabricio Mejía Madrid, Guadalupe Nettel, Wendy Guerra, Daniel Alarcón, Andrés Neuman, Jorge Volpi, Álvaro Enrigue, Iván Thays, Álvaro Bisama, etcétera, etcétera. Le pedimos el prólogo a Mario Vargas Llosa, coincidió que Álvaro Enrigue estaba en el Hay Festival con Vargas Llosa, enseguida le hizo llegar el cuestionario, editamos la entrevista, Vargas Llosa pidió revisarla, le metió mano y es quien abre el libro, Vargas Llosa representa mucho para la lengua española y para los 39 escritores, como lo representan otros autores que todos admiramos: Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Sergio Pitol.

 

MC.- Coeditaron el libro con Almadía, la Universidad Veracruzana y el Hay Festival, ¿qué posibilidades hay para exportar “Bogotá 39” al resto de Latinoamérica?

RM.- Los derechos de autor del libro Bogotá 39 le pertenecen a la Universidad Veracruzana (UV) y a la Editorial Almadía, sin embargo tenemos un aliado: el Fondo de Cultura Económica, el Fondo distribuye los libros de la UV, en especial la colección que dirijo: Sergio Pitol, traductor (UV/CONACULTA), este año lanzamos la colección en Madrid, fue un éxito, se agotaron 5 títulos, son 19 obras de la literatura universal traducidas por Sergio Pitol, con tirajes de 7 mil ejemplares, son títulos no del todo conocidos en lengua española.

 

El FCE tendrá en sus filiales de Latinoamérica y España el libro Bogotá 39. Eso es fundamental para mí, desde hace años tengo la intención de fundar una colección de literatura latinoamericana, porque me resulta alarmante y preocupante que un lector en Costa Rica sepa más de literatura inglesa o francesa que de literatura mexicana, o que un lector peruano sepa más de literatura española que de literatura chilena, los vasos comunicantes en Latinoamérica son débiles y solubles, es sorprendente que no sepamos tanto de nosotros mismos, en cuanto a literatura, si lo que nos une es la lengua española. Por eso hacemos el Hay Festival, para promover la literatura, en Bogotá 39 hay autores impresionantes e imprescindibles que lo han demostrado: Santiago Roncangliolo tiene grandes obras, igual Rodrigo Hasbún, Eduardo Halfon ha sido traducido a varios idiomas, Karla Suárez es un hit en Francia, podríamos ir nombre por nombre…

 

MC.- ¿Todos los escritores ya tienen su ejemplar de Bogotá 39?, ¿qué comentarios han recibido una vez editados sus autorretratos?

RM.- La verdad es que los 39 estaban sorprendidos desde la petición misma, creo que prácticamente no se había dado –salvo proyectos aislados- eso de pedirle a un escritor que haga su autorretrato, es algo que cuesta trabajo, escribir sobre sí mismo puede resultar no tan difícil, contar una anécdota propia, hablar de tu infancia o tus primeros amores.

 

MC.- Hay algunas biografías precoces…

RM.- Sí, eso no es lo complicado. Resulta difícil retratarse por escrito, verás que el libro no tiene desperdicio, hay varias joyas de estilo literario, algunos ejercicios narrativos son maravillosos, es un libro que ha quedado muy bien visualmente, el trabajo de Alejandro Magallanes es insuperable, se puso a trabajar en la parte tipográfica, hace algo que me gusta mucho: juega con los colores de las fotografías de Daniel Mordzinski, Magallanes hacía su paleta con los colores de las fotos para la tipografía de los 39 autorretratos, resultó una maravilla visual, es un trabajo de artesano, eso sólo lo puede hacer un diseñador que ama los libros, que sabe cómo hacerlo, que gusta de los colores en la tipografía, de las pastas duras, de las guardas impresas, de los troqueles que ya no se usaban, es un libro muy bonito.

 

MC.- Es un juego de espejos, el retrato de Mordzinski y los 39 autorretratos; los colores de las fotografías trasladados a la tipografía

RM.- Lo describiste muy bien.

 

MC.- ¿Quién pensó en los juegos de espejos, en los colores y el concepto visual de Bogotá 39?

RM.- De repente te levantas de un sueño y se hace la luz, tienes una epifanía, entonces comienzas a cuadrar e imaginar tu libro, desde con quién lo trabajarás, a qué imprenta se lo darás, en qué papel, con qué tipografía, o quién te hará el diseño gráfico. Cada libro tiene su particularidad, no estoy casado con la idea de un tipo de libro, por eso me gusta probar a varios diseñadores, por ejemplo: edité una revista literaria con Sergio Pitol, hacíamos La Nave con otra diseñadora porque ella era la única que nos podía dar el tono para la revista. Para Bogotá 39 no podía ser otro que Magallanes, él es muy “rompedor”, le gusta romper géneros y colores, hay que buscar lo mejor de cada uno de los diseñadores en Latinoamérica.

 

MC.- El terror de un editor son las fechas de cierre, ¿los 39 escritores entregaron sus inéditos en tiempo y forma?

RM.- Soy muy ñoño y neuras, me levanto a las 4 de la madrugada, no doy tregua, puede suceder que alguien tenga un problema insoslayable, pero no más allá de un día o dos, porque soy muy cuadrado en el calendario y los esquemas. Es por respeto al trabajo y al tiempo de los otros, Bogotá 39 era un trabajo en equipo –dos editores, un fotógrafo, 39 escritores y una imprenta-, Mario tú lo sabes, el trabajo del editor es más complicado si lo haces en equipo, pero debes aceptar ambos retos: editar solo o acompañado. Me impresionó una de las últimas frases de Carlos Fuentes, cuando le preguntaron: “no está un poco cansado, tiene 83 años y sigue trabajando todos los días, estuvo en Buenos Aires, en el Hay Festival en Cartagena, después en Veracruz, y pronto saldrá su nueva novela, ¿no le cansa trabajar desde joven?” y Carlos dijo: “El día que no trabajo me siento un miserable huevón” (risas).

 

MC.- Regresando a “Bogotá 39”, ¿te gustó algún texto en particular?

RM.- Me gustan todos los textos evidentemente, leer cada detalle es un trabajo del editor que se ha perdido, por eso me resultan tan importantes las editoriales como Almadía, porque sí leen a sus autores, es una editorial que sabe elegir y trabaja con sus autores; hay otras editoriales que cuando abres el libro te das cuenta que no lo leyeron, ni el autor, ni el editor, ni el corrector de estilo, esto no lo leyó nadie. Para mí es fundamental que si no están bien escritos los textos el editor debe regresarlos, decirle al autor que no está a la altura, eso es una puya al ego del escritor y lo que te entregará la segunda vez será un hit. El editor mexicano es muy condescendiente, en general en toda Latinoamérica, le da pena molestar a sus autores, pero yo no funciono así.

 

MC.- La FIL Guadalajara entrega tres grandes premios: Literatura, “La Catrina” a los caricaturistas y el Premio al Mérito Editorial, en la última categoría han recibido el reconocimiento: Daniel Divinsky, Neus Espresate, Jorge Herralde y otros. ¿Cuándo crees que el jurado de la FIL reconocerá a Almadía con el Premio al Mérito Editorial?

RM.- Yo hago votos para que sea lo antes posible. Almadía ya está en la historia de la literatura, ya está en la historia de las ediciones, el trabajo que hace Guillermo Quijas, a pesar de ser tan joven, es un trabajo excepcional: las portadas de Almadía, sus colecciones de poesía y narrativa, los libros del periodismo gonzo, todos son diseños excepcionales, abres cada libro y dices: aquí hubo un trabajo de edición, cada página está escrita en un español pulcro, es el trabajo al que debe aspirar todo editor.

 

MC.- Finalmente, ¿cómo organizarán el calendario para presentar “Bogotá 39” en Latinoamérica?

RM.- Vamos a ponernos de acuerdo para organizar una presentación en cada país de los 39 escritores; lanzaremos el libro en el Hay Festival de Cartagena, después en México, en la Feria del Libro del Palacio de Minería. En la FIL Gudalajara hicimos la segunda presentación formal del libro.

 

MC.- ¿Dónde fue la primera?

RM.- En Xalapa, Veracruz, en el Hay Festival de octubre.

 

MC.- ¿Y Oaxaca?

RM.- Perdón, casi lo olvido, también lo presentamos en la Feria del Libro de Oaxaca, era un libro de casa, Almadía organiza la FIL de Oaxaca. Veremos cómo pinta el calendario para llevar a otros países el libro Bogotá 39.

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