Todas las encuestas y consultas ciudadanas indican que Andrés Velasco Brañes no tiene ninguna posibilidad de ser elegido presidente de la República en las elecciones de noviembre del próximo año.
No obstante, el ex ministro de Hacienda de Michelle Bachelet ha levantado una vigorosa precandidatura, invirtiendo suculentos recursos en propaganda y desplegando una creciente actividad proselitista que ya comienza a enervar a algunos de sus competidores y, en particular, al círculo más cercano a la ex mandataria, que se apronta a viajar a Chile para anunciar su repostulación a La Moneda.
La irritación de los partidarios de Bachelet se acrecentó luego de la aparición en la prensa de grandes avisos donde Velasco anunció “Voy” y luego, “Voy Aunque Venga”, en clara alusión a Bachelet.
Francisco Vidal, ex ministro de la actual secretaria de ONU Mujer y uno de los más enconados adversarios del ex titular de Hacienda, afirmó que la actitud de Velasco le hacía recordar aquel refrán que sentencia “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, aludiendo al apoyo que le dio la ex mandataria cuando Velasco inició su carrera política en 2006.
Calificado como el “hombre fuerte” del anterior gobierno, Velasco no duda hoy en criticar algunos aspectos de la administración de su ex jefa, afirmando que ahora se debe avanzar de manera más resuelta en los cambios que el país necesita. “Yo no estoy empezando mi campaña en un aeropuerto rodeado de políticos que piden cargos, rodeado de políticos que piden embajadas, ministerios o intendencias”, señaló en el inicio de su campaña en clara referencia a Bachelet y sus partidarios.
Parece evidente que la aventura política de Velasco pretende aglutinar a los denominados “liberales modernos” que militan o colaboran principalmente en el PDC, el PPD, el PS y RN, muchos de los cuales adquirieron notoriedad a través de la corporación Expansiva, cuyos impulsores iniciales, además del propio Velasco, fueron en marzo de 2001 Jorge Rosenblut, Jorge Marshall, Vivianne Blanlot, Eduardo Bitrán, Pablo Halpern, José Luis Ramasciotti, Pilar Armanet, Marcelo Tokman, José Joaquín Brunner, Daniel Fernández y Patricio Navia, entre otros. En el verano de 2006, con Velasco en Hacienda; Blanlot en Defensa; Bitrán en Obras Públicas y, Karen Poniachik en Minería y Energía, celebraron en casa de Daniel Fernández su llegada al gabinete de Bachelet, hito considerado como el gran debut de Expansiva en el nuevo gobierno. Rosenblut, en particular, se había destacado en el comando de Bachelet como recaudador de fondos y puente para establecer contactos entre la candidata socialista e importantes sectores del empresariado que veían a Bachelet con alguna desconfianza.
Por diversas vías, muchos de esos “liberales modernos” o “liberales progresistas” han tenido participación directa o indirecta en los gobiernos de la Concertación y en el de Sebastián Piñera, o han cumplido papeles significativos en las definiciones de políticas públicas. También, a través de centros de estudios y/o universidades, han desarrollado relaciones que son la base para la creación y mantención de un “círculo de poder” que pretende mediar entre la Concertación y los ámbitos empresariales de derecha.
LOS INICIOS DE VELASCO
En 1995, cuando Velasco cumplía 35 años de edad, la revista Time lo eligió como uno de los 100 líderes del futuro y parece que él se lo creyó. En enero de 2000, en el diario La Tercera ya emitía juicios categóricos: “Pienso en una reforma del Estado mucho más agresiva. El Estado sigue siendo ineficiente y grande en algunas áreas. Soy partidario de abolir el Ministerio de Economía y el de Planificación. También de privatizar Codelco y Enap”.
A fines de marzo de 2001, en el vespertino La Segunda agregó: “En Chile tuvimos un periodo de sindicalización muy fuerte en los 60 y veamos qué pasó: la tasa de crecimiento promedio de la economía fue de 4,5%. La tasa de crecimiento en los 90, con condiciones laborales menos rígidas, fue de un 7%”.
En 2005 Velasco llegó al comando de campaña de Bachelet de la mano del socialista Ricardo Solari y de su amigo de la adolescencia Pablo Halpern, compañero en el colegio The Grange en La Reina, quien había dirigido las comunicaciones del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Allí se hizo fuerte, llegando a cumplir un rol clave en la redacción del programa de gobierno de Bachelet.
Luego, ya designado ministro de Hacienda, apuró la puesta en marcha del Transantiago, pese a las dudas de la presidenta y del entonces ministro del Interior, Belisario Velasco. La proximidad intelectual e ideológica de Andrés Velasco al Transantiago era muy anterior a su nombramiento a cargo de las finanzas del Estado. Cuatro años antes, el 28 de febrero de 2002, Velasco, entonces profesor de la Universidad de Harvard, el director de la Conama en esa época y futuro subsecretario de Transportes en el gobierno de Bachelet, Guillermo Díaz y el profesor asistente de Economía en la Universidad de Chile, Andrés Gómez-Lobo habían publicado un estudio de la corporación Expansiva sobre las deficiencias de la locomoción colectiva de Santiago y los cambios que deberían implementarse en el futuro plan Transantiago, con el objetivo de conseguir un mínimo impacto político frente al poderoso gremio de los transportistas. Aquella cercanía intelectual explicaba en parte la porfía de Andrés Velasco para poner en marcha el Transantiago en febrero de 2006, pese a los temores de Bachelet y de varios de sus consejeros políticos.
Más tarde, en abril de 2007, Andrés Velasco sufrió un grave revés político al rechazar el Senado su plan estrella Chile Invierte, apoyado sin disimulo por los grandes conglomerados empresariales, los más contentos con el paquete de medidas anunciadas. Horas antes a su comparecencia ante la Cámara Alta y en una maniobra casi desesperada, Velasco solicitó al ministro de Economía, Alejandro Ferreiro, que le entregase los borradores de los estudios realizados en esa cartera para ir en ayuda de las pymes. Velasco incorporó algunas de esas ideas como un complemento a su plan de reactivación. No obstante, la derecha y los senadores concertacionistas Adolfo Zaldívar, Carlos Ominami y Nelson Avila votaron en contra su iniciativa y criticaron severamente su desempeño en el Ministerio de Hacienda.
Los tres senadores recibieron en días previos a la votación numerosas observaciones de los pequeños y medianos empresarios, quienes les insistieron en que Corfo, la entidad encargada de ayudar a las pymes, no había fijado entre sus prioridades ninguna medida de auxilio real a ese sector productivo.
AVANCE DE LOS LIBERALES
Andrés Velasco fue cuestionado por su escaso manejo político, por evitar involucrarse en los problemas reales de la gente y por representar, en gran medida, a una nueva generación de técnicos formados en Estados Unidos que se sienten poseedores de verdades irrefutables y que trataban, en ese momento, de imponerlas en muchas esferas del gobierno de Michelle Bachelet.
Desde marzo de 2006, Expansiva se instaló no sólo en lugares estratégicos del gobierno, sino que también en los medios de comunicación, trinchera preferida en estos tiempos por quienes practican la política. Patricio Navia, Eduardo Engel y Andrés Zahler, en La Tercera; Jorge Navarrete, en La Nación y La Segunda; Pablo Halpern y Tomás Chuaqui, en La Segunda; Daniel Fernández, en Televisión Nacional; y así sucesivamente ocuparon sitiales de privilegio para difundir su pensamiento y proteger a los seguidores de Velasco.
En tanto, Bachelet trataba de capear el vendaval al que fue sometida desde el inicio de su administración. Las manifestaciones de los “pingüinos”, el primer cambio de gabinete, los roces por Venezuela, los casos de corrupción, las disputas internas en el PPD y en el PDC, los desaciertos en Chiledeportes y finalmente el Transantiago, mantendrán a la presidenta de tumbo en tumbo tratando de superar los descriterios y errores de sus ministros y colaboradores.
REDES EN LOS MEDIOS
Andrés Velasco -con magíster y doctorados en Yale, Columbia, Harvard y el MIT-, intentaba mientras mejorar su evaluación pública. A los consejos de sus amigos Pablo Halpern, en ese momento jefe de Comunicaciones y Asuntos Externos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y del ex director de prensa de Canal 13, Nicolás Vergara, se sumó la contratación de la empresa de comunicación estratégica De La Guarda & Asociados, de la periodista y a la vez subgerenta de Comunicaciones de Canal 13, Margarita de la Guarda Onetto, quien conoció al ex ministro de Hacienda en un viaje al extranjero cuando era encargada de prensa del excanciller Alejandro Foxley, en 2006.
La empresa de Margarita de la Guarda había centrado su labor en la política, aprovechando la experiencia conseguida en Canal 13, donde en 2003 fue editora de política, y en su paso por Tironi y Asociados. A la asesoría al ministro de Hacienda sumaba clientes como el vicepresidente del Senado, Baldo Prokurica (RN) y el ex presidente de la UDI y senador Hernán Larraín. En el PS asumió las comunicaciones de los entonces diputados Marcelo Díaz y Fulvio Rossi. También se desempeñó en el sector público como encargada de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Para Velasco, según un cercano que trabajó con él en el comando de Bachelet, la proyección comunicacional ha sido y sigue siendo una de sus mayores preocupaciones. En la revista Paula concedió una extensa entrevista para mostrar su lado humano y contar su “exilio” en Estados Unidos. En la oportunidad, se fotografió junto a una de sus hijas en el elegante despacho que ocupaba en Teatinos 120. Casi al mismo tiempo, su esposa, la periodista Consuelo Saavedra, hizo lo propio en la portada de la publicación de Copesa, revelando entretelones de su segundo embarazo.
Velasco inició algunas visitas a terreno para estrechar sus contactos con la gente. Mientras, Bachelet aprovechaba cada oportunidad pública para pedir aplausos para su ministro de Hacienda, a quien -decía- no se le reconocían sus méritos. El jefe de las finanzas estatales solicitaba sus salidas a terreno a la encargada de protocolo de Hacienda, Amelia Huerta, quien trabajaba con Ximena Aldana, encargada de sus viajes y recorridos, ex secretaria de Sergio Bitar durante 16 años y esposa de Juan Carvajal, a cargo de las comunicaciones de Bachelet y pieza clave en el segundo piso de La Moneda, donde ejerció su influencia para conseguir nuevos aliados para Velasco.
El ministro de Hacienda recurrió, además, a la enfermera Claudia Berger, esposa del actor Héctor Noguera, experta en oratoria, quien también había entrenado a Bachelet durante la campaña presidencial. Berger, con amplios contactos en los canales de televisión, fue incorporada con honorarios mensuales al equipo de asesores de Velasco en su gabinete.
RED DE FINANCISTAS
Así, junto con ampliar su red de influencia en los medios de comunicación, Velasco asumió paralelamente diversas tareas para mejorar su dicción y su presencia ante las cámaras y la gente. Todo ello era parte de su preparación para el futuro, cuando se sintiera en condiciones para lanzar su carrera política.
Ello quedó en evidencia cuando Michelle Bachelet le pidió que se sumara a la campaña de Eduardo Frei en 2009 y Velasco se negó. A esa altura, el ministro de Hacienda ya se encontraba tejiendo una nueva red de contactos empresariales que, a partir de 2012, le permitiera financiar su actual plataforma política. Esa red es transversal y hasta ahora se conocen los nombres de Rafael Guilisasti, ex presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio; Juan José Santa Cruz, vinculado al PDC y, Jorge Errázuriz Grez, uno de los dueños de Celfin, banco de inversiones que guarda en fideicomiso gran parte de las acciones de Sebastián Piñera. Además, claro está, de los liberales de la ex Expansiva.
MANUEL SALAZAR SALVO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 772, 7 de diciembre, 2012