Hoy se encuentra hospitalizado un poblador de Freirina, golpeado con brutalidad por los guardias de Agrosuper.
La acción de dos guardias en contra del vocero principal de la comunidad de Freirina, Yahir Rojas, no es más que una vieja práctica de los poderes económicos cuando temen que sus industrias o sus bienes de producción se vean entorpecidos por los requerimientos legítimos de las personas que han visto conculcados a su vez sus derechos por estas empresas o empresarios.
Los hermanos mapuche que se enfrentan a la competencia territorial y económica con las forestales conocen bien este tipo de situaciones.
El poder de los industriales es inmenso. Hace poco pudimos ver alrededor de la sede del congreso en Valparaíso cómo los empresarios pesqueros llevaron a cientos de personas a realizar, conciente o inconcientemente, manifestaciones por la aprobación de la ley de pesca que, para escándalo de los que luchan por lo justo, dejó en manos de 7 familias la riqueza pesquera de nuestro país.
Son las mismas familias que hoy esperan con ansias el resultado del juicio de la Haya. Son quizás los únicos que saben lo que realmente se juega en el conflicto entre Chile y Perú, puesto que se trata de los peces que sólo ellos ahora pueden pescar.
La golpiza que sufrió Yahir Rojas que lo tiene en estado grave en la unidad de tratamientos intensivos del Hospital de Vallenar y, que insistimos en esto, fue realizada por los guardias de la Empresa Agrosuper tras la retención ilegal del dirigente practicada por estos mismos sujetos (que además se encuentra grabada), es muestra de que esta empresa está dispuesta a todo por seguir adelante con el funcionamiento de la planta de procesamiento de cerdos y señal evidente de que Agrosuper sabe que la gente de Freirina no se conformará con la decisión -injusta y arbitraria- de la autoridad que, sin mediar consulta a la comunidad, reabre la planta.
Lo que la empresa olvida es que el pueblo de Freirina no está solo. Somos muchos los que observamos lo que sucede y estamos dispuestos a marchar con ellos. Esperamos que Yahir se recupere completamente para que pueda seguir, con su ejemplo y energía, buscando conseguir lo que todo su pueblo quiere: un lugar digno, limpio y sano donde vivir.
Eleonor Concha