Esta semana se empezó a votar la Ley de Pesca, que, apoyada por algunos sectores de la DC y el PS, va a aprobarse en sus principales puntos: el de cuotas, sistemas y años de concesión. En la práctica se re-entrega con mayor fuerza, un recurso que está sobrexplotado, y que gracias a Lagos ya hace años está en manos de privados.
Esta votación, sin embargo, ha provocado roces en los socios Concertacionistas: Rincón y Gómez han rechazado el lineamiento de sus amigos con el proyecto del Gobierno, pensando en la popularidad de sus propias candidaturas y en los compromisos dados anteriormente a los medios.
Se sabe que internamente han sido presionados por sus bancadas. A ello se une la rabia contenida de un pequeño sector de la población al enterarse (parcial y desinformadamente) que sólo un puñado de familias disfrutarán las regalías del ex- mar de todos.
Guillermo Teillier ha manifestado su desazón por los votos DC y PS, toda vez que seguramente le habrían manifestado la idea de rechazar el Proyecto de Ley.
Ahora, afirma que los ojos del PC están puestos en la discusión del Presupuesto, para ver si obtienen algo más.
Esta votación va correr la misma suerte que la Ley Longueira: mucho ruido, para finalmente llegar a un consenso con la derecha. Tónica ésta de los últimos 20 años, que al PC no le debiera extrañar.
Por otro lado, en entrevista a La Segunda, Osvaldo Andrade, (el Carlos Larraín de Concertación) llama al PC a aceptar lo que le ofrece la candidata ausente. “No sé que quieren, en sus dos intervenciones Bachelet ya ha dado lineamientos claros de su programa, incluso ha superado lo realizado hasta hoy por los otros presidenciables de la Coalicíón opositora, que solo se dedican a victimizarse” remata en su tono sarcático que cae en lo chabacano, nada de agradable para los que recordamos la seriedad e ideales del desaparecido Partido de Allende. Es el mismo tono del otro humorista de la política, Vidal, intragable espadachín de la socarronería, sobando el lomo para que más sectores de izquierda se agreguen a “la coalición que ahora sí escuchará al país”.
Teillier debe estar enojado, ya que se van cayendo los pilares que irían configurando la táctica de “gobierno de nuevo tipo”. Incluso se ve peligrando la situación del radical Gómez. su cuasi-carta, frente a la arremetida Velasquina, con señora y todo.
Max Colodro, en su blog mercurial, se refiere a esta participación del PC en la Concertación, apostando que el Partido de Recabarren optará por retirarse de las mesas si sus ideas-programa no van a ser tomadas por sus socios DC, y Socios Listos de la estirpe Bachelet, Rossi y Andrade.
Ojalá que Colodro tenga razón y la tienda amaranta, al contrastar las ambiciones programáticas de sus socios, tan lejanas de lo que su militancia y la ciudadanía sueña, recorra su camino natural de alianzas con los movimientos ciudadanos.
Hoy más que nunca se abre la posibilidad que un Proyecto Ciudadano se levante, basado en los puntos de todos conocidos y aspirados por los antineoliberales de esta aporreada franja de tierra.
La situación para el PC se tornaría aún más compleja si la candidata en ausencia (más afín a la militancia) no aparece. Es muy probable que en ese escenario, Velasco, con campaña millonaria mediante y con el amén del empresariado que lo financia, se haga de la “primaria” Concertacionista. El PC sólo tomaría las migajas de apoyo para sus cartas Parlamentarias…
El Programa que Velasco levanta se basa en una premisa soñada por la Concertación y nada de irreal (hasta ahora): la gran mayoría del país apoyaría el Modelo de Desarrollo.
Por cierto, nada dice de las demandas más sentidas, principalmente por los estudiantes y trabajadores más lúcidos.
Sin el Comunismo chileno, la ruta de los que esperan que surja la Alternativa Ciudadana al Duopolio Concertación- Derecha, definido por Gladys Marín como Co-Gobierno Neoliberal, es aún más difícil.
A las otras fuerzas dispersas y aún emergentes de izquierda le espera un duro camino de organización. Superadas las desconfianzas, con Programa y Candidato Ciudadano adelante, recién podrían disputar el poder a los mismos de siempre. Para ello se debe obtener gigantescos recursos económicos, cobertura mediática del sistema, comunicación interna…, temas no menores y todos decisivos, en la débil situación de la Izquierda Chilena.
Víctor González
Comunicador