En la puerta de su casa, dos pistoleros mataron a tiros al periodista brasileño Eduardo Carvalho, de 52 años, el 22 de noviembre, en Campo Grande, capital del estado Mato Grosso do Sul, frontera con Paraguay y Bolivia. El propietario y editor del periódico electrónico Última Hora News (UHNews), de Campo Grande, recibía amenazas de muerte desde el año pasado por las denuncias que publicaba.
Carvalho, que también era un policía jubilado, ejercía el cargo de editor jefe de la publicación en Internet. Fue tiroteado de noche por dos pistoleros que se desplazaban en motocicleta y lo esperaban frente a su residencia en Campo Grande cuando arribaba con su esposa.
El informador, que murió de tres heridas de bala en diferentes partes del cuerpo, ya había sufrido otro atentado, mientras dirigía el diario electrónico que publicaba frecuentes denuncias contra políticos y policías corruptos del estado Mato Grosso do Sul.
Las informaciones publicadas por el portal UH News eran basadas en revelaciones de fuentes institucionales que preferían guardar su identidad. Por amenazas anteriores, el periodista tenía licencia para portar arma y usar un chaleco antibalas que no portaba en el momento del atentado.
El crimen tiene toda la apariencia de una ejecución por encargo, pero la policía dice que aún no tiene pistas sobre sospechosos ni sobre los motivos del crimen. El periodista asesinado publicó el martes en su página en Facebook un comentario que decía “Preparado para lo que venga”, declarando estar dispuesto a “traer al público muchas cosas en este final de año”. Dijo tener “un baúl lleno de novedades, cada una más escabrosa que la otra”.
El asesinato de Carvalho fue el tercero de un periodista ocurrido este año en Mato Grosso do Sul. En febrero fue asesinado el periodista Paulo Rocaro, del Jornal da Praça de la ciudad de Ponta Pora, quien era famosos por sus denuncias contra narcotraficantes, y en octubre la víctima fue el propietario de ese mismo periódico, Luis Henrique Georges. Con la muerte de Carvalho suman 9 los periodistas asesinados este año en Brasil, la tasa más alta después de México y mayor que Honduras.
Ernesto Carmona
Presidente Ciap (Felap)