Nueva York.- Estados Unidos sufre una de las sequías más severa en décadas, lo que está afectando las cosechas y causando preocupación en el público sobre los efectos del cambio climático.
Según un nuevo informe del Centro de Información Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) la temperatura promedio en junio del hemisferio norte fue la más alta jamás registrada.
“Los eventos de sequía probablemente se harán más frecuentes e intensos en muchas partes del mundo, sobre todo en el sudoeste de Estados Unidos”, dijo a IPS el periodista científico Andrew Freedman, de Climate Central, organización de investigación y difusión de noticias sobre ciencia.
Menos cosechas
La sequía, menos extrema, pero geográficamente más propagada que la registrada en los años 30 y que inició un periodo de severas pérdidas agrícolas en este país, ahora afecta a más de 60 por ciento del territorio y a 78 por ciento de las regiones productoras de maíz, según el U.S. Drought Monitor, que realiza un mapa de la falta de lluvias.
“En los 18 principales estados productores de maíz, 30 por ciento de las cosechas ahora están en malas o muy malas condiciones”, indicó esa oficina en su Informe Nacional de Sequías. “Además, casi la mitad de las pasturas y los campos están en malas o muy malas condiciones”.
El Departamento de Agricultura respondió a esta situación declarando oficialmente a más de 1.000 condados en 26 estados “áreas de desastre natural”, lo que permite que los agricultores allí puedan recibir préstamos de emergencia de la Agencia de Servicio Agrícola.
De todas formas, la sequía sin precedentes inevitablemente perjudicará a los productores, advirtió John Hawkins, de la Oficina Agrícola de Illinois (centro), uno de los estados más afectados.
“La pérdida de cultivos ejerce presión económica y emocional sobre las familias de agricultores”, dijo Hawkins a IPS.
“Tenemos algunos condados en las áreas más afectadas por la sequía (sur de Illinois) donde no habrá cosechas de maíz o soja este otoño (boreal) si no llueve”, alertó.
Esto podría tener también serias consecuencias para el resto del mundo, ya que Estados Unidos es el mayor productor de maíz del planeta, con 40 por ciento de la oferta.
También se verán afectados los productores ganaderos estadounidenses, que alimentan a sus animales con maíz y soja. Por efecto dominó, toda la economía de este país se verá perjudicada por los eventos climáticos extremos.
“Si el ganado y los cerdos reciben menos alimento, los precios de la carne para los consumidores probablemente aumentarán el año próximo”, añadió Hawkins.
El incremento de los precios del maíz y de la soja también afectarán en gran medida a los productores lácteos, impulsando a su vez al alza los precios de la leche y del queso, pronosticó el Departamento de Agricultura.
Las vacas de hecho están sufriendo el calor y la escasez de alimentos básicos.
En Illinois, “las vacas estaban produciendo 90 libras (40 litros) al día de leche, y ahora solo producen 60 o 70”, dijo Jim Fraley, de la Asociación de Productores Lácteos de ese estado, en conversación con IPS.
“Los agricultores están haciendo todo lo que pueden para mantener frescas a las vacas”, dijo Fraley.
Pero “habrá leche a la venta”, aseguró a IPS el economista Roger Hoskin, del Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura.
“No creo que se formen filas en los supermercados para comprar leche, pero los precios seguirán al alza”, afirmó.
<B> Señales del cambio climático</B>
Las actuales condiciones climáticas también desatarán otros eventos inusuales.
Estados Unidos experimenta un drástico incremento en los incendios desde mediados de junio, según el Informe Nacional de Sequías. Más de 1.000 hogares fueron destruidos por el fuego desde enero.
En el Ártico, el hielo se derritió en junio pasado más que el promedio anual, según un estudio realizado en Groenlandia por Jason Box, del Centro Byrd de Investigación Polar.
“Es razonable esperar 100 por ciento de área derretida con otra década de recalentamiento” planetario, alertó.
Muchos coinciden en que la inusual ola de calor es otra señal del cambio climático.
Un nuevo informe de la NOAA concluyó que, debido a este fenómeno, se redujeron a la mitad respecto de hace 50 años las probabilidades de tener diciembres fríos.
El informe también se enfocó en el sureño estado de Texas, que sufrió su temporada más seca en 2011, y concluyó que las olas de calor allí eran hoy 50 veces más probables que en los años 60.
Una encuesta divulgada el 16 de este mes por la Universidad de Texas mostró un aumento en el número de personas que creen que el recalentamiento planetario es un fenómeno causado por actividades humanas.
Solo tomó cuatro meses muy secos para que el porcentaje de tejanos que niegan el cambio climático cayera de 22 por ciento a 15 por ciento.
Freedman cree que la sequía actual es producto tanto de las actividades humanas como de la variabilidad climática.
“No se necesita ser un genio para concluir que la reducción de las emisiones de gases invernadero, que causan gran parte del recalentamiento planetario, es una buena idea si queremos frenar el proceso y evitar el peor escenario, incluyendo más sequías”, dijo a IPS.