El Gobierno de Grecia solicitó este martes a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un nuevo crédito de tres mil 100 millones de euros (tres mil 800 millones de dólares) para cubrir el vencimiento de un bono cuyo acreedor es el Banco Central Europeo.
La administración griega pide que esta suma de dinero se incluya dentro del préstamo de 31 mil millones de euros (38 mil millones de dólares) que debe ser entregado en septiembre, y que, a su vez, forma parte del rescate de 130 mil millones (160 mil millones de dólares) ofrecido al país.
El Ministerio de Finanzas griego aseguró que debido a que la nueva partida de la asistencia europea a Grecia se retrasará hasta septiembre, es necesario el crédito para amortizar el bono que vence en agosto.
Mientras el nuevo Gobierno de coalición realiza esta solicitud, suma esfuerzos para recaudar 11 mil 700 millones de Euros en recortes de gastos sociales -contemplados en el paquete de austeridad- y así cumplir con las exigencias del plan de rescate y tranquilizar a los acreedores internacionales.
La aprobación de esta parte del rescate depende de los técnicos de la Unión Europea y del FMI, que visitarán Atenas el próximo 26 de julio para “evaluar el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos a cambio de la ayuda financiera”.
El Gobierno griego analiza la implementación de los recortes de gastos y este miércoles presentará una propuesta que deberá ser aprobada por los tres partidos que integran la coalición en el poder.
Los recortes, que equivalen a un 5,5 por ciento del Producto Interno Bruto, deben entrar en vigor dentro de los próximos dos años, para que el déficit presupuestario de Grecia se reduzca a tres por ciento al final de 2014, frente a un 9,3 por ciento en el 2011.
Entre las medidas destacan la reducción de los cupos de las pensiones, el cierre de baches impositivos, la disminución de los gastos operativos, recortes a los costos en hospitales públicos e iniciativas contra el fraude para limitar el gasto social.
También se contempla extender el servicio militar para reducir la necesidad de soldados profesionales y hacer que la iglesia pague la mitad de los salarios del clero, miles de los cuales están bajo el presupuesto gubernamental.