México DF.- En entrevista con Clarín.cl Jennifer Clement (1960), novelista y actual presidenta del PEN Club México, denuncia los crímenes contra periodistas: “El PEN Club México cambió su rumbo cuando nos dimos cuenta que estábamos en guerra. La estrategia que se hace —y se seguirá haciendo— es crear mucha presión internacional con todas las grandes figuras intelectuales de nuestros tiempos. Es una fuerza sin comparación. Para el PEN Club México un bloggero, un periodista de a pie, una gran figura del periodismo televisivo o un Premio Nobel es lo mismo. Todos somos personas de la palabra”. En el contexto de la guerra: 44 periodistas y escritores fueron asesinados –de diciembre de 2006 a junio de 2012-, y han desaparecido 9 periodistas en los últimos 5 años.
MC.- ¿Cuántos escritores están afiliados al PEN Club México?, ¿cuándo abrió sus puertas en México la sociedad de escritores fundada en Londres?
JC.- El PEN Club México cuenta con 35 escritores afiliados. Entre ellos, Elena Poniatowska, Víctor Manuel Mendiola, José de la Colina, Julieta Campos, Octavio Paz, Eduardo Lizalde, Ramón Xirau, Manuel Ulacia Altolaguirre, Gabriel Zaid y Martha Lamas.
La historia del PEN Club Internacional -cuyas siglas significaban, en un principio: Poetas, Ensayistas y Novelistas, para luego sumar a dramaturgos, periodistas y editores- gira en torno a los grandes acontecimientos del mundo; de las guerras y de los sistemas políticos represivos. El PEN Internacional nació en la década de 1920 en Londres, y su principal interés fue promover la literatura y conformar un sitio que uniera a los escritores después de la barbarie causada por la I Guerra Mundial. Por eso, uno de sus primeros estatutos dispone: “La literatura no conoce fronteras y debe mantenerse como una divisa común entre los pueblos, a pesar de las convulsiones internacionales o políticas”.
En México, el 31 de mayo de 1924, Alfonso Reyes leyó la carta con la que se iniciaron las actividades del PEN en la Ciudad de México. En misión diplomática Alfonso Reyes conoció en Francia las iniciativas de la organización, la más antigua de derechos humanos en el mundo, a las que no dudó en agregarse. Su amigo —periodista y escritor— Genaro Estrada, quien pertenecía, como él, al Servicio Exterior Mexicano, tomó la batuta y se convirtió en el primer dirigente. Fue quizá la revolución mexicana, sus consecuencias, y la devastación que Reyes veía de su país, lo que animó a fundarlo en nuestro país.
A lo largo de los años, el PEN Club México ha sido presidido por personalidades como Octavio Paz, Gabriel Zaid, Elena Poniatowska, Ramón Xirau y Julieta Campos, gestiones diversas pero que siempre apelaron a la libertad de las ideas.
MC.- ¿Cuál fue la gota que derramó el vaso para que el PEN Club México decidiera defender a los periodistas y escritores?
JC.- Los estatutos del PEN Internacional son muy claros. El estatuto número 4 señala: “El PEN defiende el principio de la transmisión sin barreras del pensamiento, dentro de cada nación, así como entre las naciones. Sus miembros se comprometen a oponerse a toda forma de supresión de la libertad de expresión en su país de origen y dentro de la comunidad a la cual pertenecen, así como en el ámbito mundial dondequiera que esto sea posible. El PEN se declara partidario de una prensa libre y se opone a la censura arbitraria en tiempos de paz”. Definitivamente, el PEN Club México cambió su rumbo cuando nos dimos cuenta que estábamos en guerra.
MC.- Según el análisis del PEN Club México, ¿cómo debería proteger el Estado a los periodistas regionales y corresponsales amenazados?, ¿en qué consiste la iniciativa presentada por el PEN Club?
JC.- En meses pasados, el PEN Club de México emitió un comunicado con una serie de recomendaciones debido a la grave situación que vive nuestro país en relación con los periodistas. Las recomendaciones fueron las siguientes:
La situación es urgente y requiere una respuesta inmediata. El gobierno mexicano debe:
1. Asegurar que el llamado mecanismo para proteger y prevenir agresiones contra periodistas sea transparente y accesible, que cuente con personal con el conocimiento técnico y recursos adecuados, y que pueda adoptar e instrumentar decisiones vinculantes sobre la protección.
2. Asegurar investigaciones y juicios expeditos, sólidos e imparciales de todo perpetrador, que se lleven a cabo en el orden federal, y destinar los recursos necesarios que permitan lo anterior.
3. Reformar las normas y políticas que aseguren que periodistas y medios con orientación diversa puedan operar sin amenaza de una sanción legal.
4. Reformar las normas para asegurar que todos los delitos cometidos presuntamente por miembros de las fuerzas de seguridad sean investigadas y juzgadas por autoridades civiles.
El gobierno de Canadá, de Estados Unidos y la Unión Europea deben:
5. Colocar esta situación en la agenda de política exterior, insistiendo en que se instrumenten las recomendaciones antes citadas.
6. Condicionar el futuro apoyo en materia de lucha antinarcóticos a que el gobierno tome acciones genuinas y efectivas para atender violaciones graves a derechos humanos cometidas contra periodistas.
7. Enfrentar el consumo de drogas en sus propios países y combatir el trafico internacional de narcóticos y armas.
MC.- ¿Qué cifras maneja el PEN Club en relación a los crímenes contra periodistas durante el gobierno de Felipe Calderón?, ¿coinciden las cifras del PEN con los datos de Amnistía Internacional, Artículo 19 y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?
JC.- Las cifras que maneja el PEN Club de México son las mismas que maneja la organización para la libertad de expresión Artículo 19. A continuación, comparto con los lectores la muestra del conteo que llevamos hasta el momento de periodistas asesinados y desaparecidos.
Periodistas y escritores asesinados, entre el 1 diciembre de 2006 y el 28 de junio de 2012:
Asesinatos por año
Año Número
2006 1
2007 2
2008 7
2009 7
2010 9
2011 10
2012 8
Total: 44
Desapariciones de periodistas y escritores, entre el 1 diciembre de 2006 y el 28 de junio de 2012:
Desapariciones por año
Año Número
2006 0
2007 1
2008 1
2009 1
2010 3
2011 2
2012 1
Total: 9
MC.- ¿Es suficiente la firma del decreto de Ley de protección a defensores de derechos humanos y periodistas?
JC.- No es suficiente. Urge acabar con los asesinatos y la impunidad. Matar a un periodista tiene que ser un crimen perseguido por la Ley Federal.
MC.- ¿Por qué los crímenes contra periodistas fue un tema invisible durante el proceso electoral?
JC.- El PEN Club de México y el PEN Internacional no lo entiende, y nos parece grave.
MC.- Ante la próxima elección del directorio en el PEN Club México y en el PEN Club Internacional, ¿cómo darle continuidad al proyecto en defensa de la libertad de expresión?
JC.- El PEN Club de México, como cualquier centro del mundo, está comprometido con los estatutos e ideales con los que se fundó la organización. No está al servicio de la mesa directiva o el presidente del momento.
MC.- Este año, el PEN Club México coordinó una Mesa de Diálogo entre 60 escritores y periodistas, junto al PEN Club Internacional, ¿buscarán entregar un informe al nuevo gobierno de México?
JC.- El PEN club de México y el PEN Internacional estarán muy atentos a lo que haga el nuevo Presidente de México. No vamos a parar de presionar.
MC.- Leí que los presentadores de noticias de las televisoras no asistieron a la reunión del PEN Club México, a pesar de la emergencia nacional y los atentados contra periodistas de los mass media, ¿hace falta más solidaridad en el gremio periodístico?
JC.- Esta pregunta es muy interesante. Sí, creo que hace falta una unión y una solidaridad más profunda. Para el PEN Club México un bloggero, un periodista de a pie, una gran figura del periodismo televisivo o un Premio Nobel es lo mismo. Todos somos personas de la palabra. No hay celebridades.
MC.- Finalmente, ¿participarían en un comité gubernamental para la protección de los periodistas?, ¿qué estrategias implementará el PEN Club para denunciar la crisis humanitaria de México?
JC.- El PEN no puede ser parte de ninguna organización, porque parte de su poder está en su independencia. La estrategia que se hace —y se seguirá haciendo— es crear mucha presión internacional con todas las grandes figuras intelectuales de nuestros tiempos. Es una fuerza sin comparación.