Septiembre 20, 2024

Nacionalización del cobre y el derecho a ser feliz

piera_larrain_longueira

piera_larrain_longueiraTodos los regalos heredados desde los tiempos de la dictadura se hicieron viejos…

 

Las Fuerzas Armadas junto a la actual clase política empresarial que habita La Moneda, y que es también muy relevante en el Congreso Nacional UDI/RN, construyeron un andamiaje de leyes para favorecer al sector más pequeño de la sociedad, y por cuyas manos pasan parte muy significativa de grandes cantidades de millones de dólares.


El Chile que se diseñó durante la dictadura tiene el expreso mensaje de hacerlo excluyente para impedir se vuelva a instalar en el país un proyecto que represente a los sectores más pobres, los más necesitados, junto a todo el movimiento popular. A la derecha nunca le han interesado todos los chilenos, ellos apuestan siempre por favorecer a su sector social y para eso trabajan.


Nada más detestable para la derecha que una justa repartición de los panes y los peces. El modelo instaurado por los militares junto a los grupos económicos, son una verdadera arma institucional para la defensa de sus intereses.


No es verdad que Chile crece a pasos agigantados como dice el presidente. El presidente miente. Si el crecimiento fuera verdadero los salarios serían muy diferentes a los escuálidos actuales, Chile no tendría cifras de vergüenza y precariedad en la salud pública de todos los chilenos, y de los millones de beneficios a los administradores de las Isapres. Un modelo educativo sentado en las bases del lucro y perpetuación del modelo económico en todos sus aspectos.


La derecha chilena, la que es dueña de casi todo el país, se niega de manera sistemática para aceptar una realidad que se cae a pedazos, Chile es un país donde se perpetua la dictadura militar en sus componentes más profundos, como son la marginación de millones de personas bajo la forma de un modelo de representación sectario, denominado sistema binominal.


Sabido es que la derecha no aportará absolutamente nada para cambiarlo, y si es asٕi, llegó el momento entonces de dar pasos más fuertes y prolongados, para que sencillamente se cambie verdaderamente, y hay que hacerlo desde abajo, desde la calle. No puede este país continuar caminando de puntillas para no herir sentimientos, de clase y de…. uniformados.


La derecha chilena ha sido desde siempre dura y violenta en la defensa de sus intereses, no ha tenido piedad haciendo uso de la balas, para imponer sus condiciones que son las que finalmente les permiten tener al país entre sus manos, y a su voluntad política, con adherentes opositores beneficiados incluidos.


No podemos olvidar la imagen de La Moneda en llamas, con aquel mensaje de que nunca más llegaríamos a ese lugar, de que ese sitio quedaría vedado para las grandes mayorías, y también para todo el movimiento popular que trabajó para un modelo diferente, pero están equivocados.


El actual movimiento popular chileno conoce todos los pasos que se han dado en todos los tiempos. Sabe perfectamente de su capacidad y sus necesidades, es por ello que la calle y los cientos y cientos de manifestaciones dan muestra que existe una voluntad mayoritaria en la sociedad para cambiar las estructuras, y que el Chile actual en estas condiciones sencillamente no puede continuar.


El movimiento popular es el que deja al descubierto al país real, este que reparte de manera desequilibrada los recursos del Estado, recursos que son aportados de forma mayoritaria por los ciudadanos, el empresariado, los grupos económicos que no llegan a diez, y son los que menos aportan pero son también los que más beneficios tienen.


Chile con el actual modelo constitucional y la herencia de leyes heredadas de la dictadura con un  modelo de acumulación de la riqueza tan violento, está dejando abiertas las puertas para que sean las grandes mayorías las que desborden la institucionalidad.


Cuando las calles de muchos lugares de Chile comienzan a sentir los pasos de los ciudadanos indignados y que piden respeto para una vida digna, para detener abusos o para denunciar la agresividad del empresariado, está quedando claro cual es el sentido del proyecto a levantar, cuales son las grandes medidas que no pueden seguir siendo postergadas.


Cada día que pasa se reafirma la necesidad de un país diferente….


Los ciudadanos que no se equivocan, cuando manifiestan que las urgentes necesidades son para ahora, están enviando un mensaje muy potente a la clase política, especialmente a los que se sienten y se definen opositores, se les pide actos de dignidad patriótica…


Seria posible pensar/sostener que todos los partidos opositores al actual gobierno hicieran abandono del Congreso Nacional por tiempo indefinido, para provocar un quiebre en la actual institucionalidad. Los opositores no tienen reparos en saludar a los movimientos sociales y sus movilizaciones, pero no son capaces ellos de dar pasos más significativos.


Todos los tiempos no son iguales en política y tampoco los hombres que los habitan. Los días calendarios están más arropados de dinero y prebendas que de una verdadera preocupación del bienestar de todos los chilenos, pero especialmente de los derechos conculcados.


Desde el primer día que los militares abandonaron La Moneda, hemos visto a una clase política subyugada y también los veinte años que gobernaron. Tuvieron muchas oportunidades para hacer algún forado en el modelo dictatorial heredado y no lo hicieron, lo postergaron, mencionaban los fantasmas de la realidad política, cuando sencillamente era la aceptación de los beneficios que se les permitía y de los cuales hacían aprovechamiento… la concertación pactó.


No está en condiciones la actual clase política para sentirse los intérpretes de las demandas de la calle, porque sencillamente la calle los considera responsables del actual estado en que se encuentra Chile. La calle lo que pide es un país nuevo, diferente, y eso no lo han entendido, los estudiantes claman un urgente cambio en las estructuras de Chile, asunto no menor, y eso está muy lejos de los binominales.


No son creíbles los cantos de izquierdismo en algunos binominales, eso se llama acomodo, hacerse pasar por progresista cuando en la realidad su pasado demuestra lo que harán mañana, y de estos actores encontramos demasiados en la actual clase política…. no son creíbles.


Ante esta realidad, cuando se habita el país concreto, cuando más de un millón de pobres deben seguir viviendo con bonos de gobierno, urge levantar ahora y de forma consistente una propuesta de país diferente, con una plataforma/programa que coloque con punto de partida, la nacionalización del cobre y de todos los recursos naturales, y termine con nuestro derecho a la felicidad, eso… pero tampoco menos.


La voluntad popular existe, el CHILE  que necesitamos lo podemos conquistar….

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