Noviembre 27, 2024

Augusto, el venerado

pinochet_decline

pinochet_declineChile es el país del mundo que más homenajes y ofrendas ha rendido y rinde al fascismo real. En Alemania el nazismo está minimizado. En Italia el fascismo está escondido.

 

Pero en Chile los cirios siguen encendidos en homenaje a Pinochet. En Argentina, Uruguay y Brasil hace mucho tiempo que se elige a destacados antifascistas en el gobierno. En Chile tenemos destacados fascistas en el gobierno.


Augusto parece ser augusto.


Nuestro fascismo real y contemporáneo, nacido en las universidades en la época de los años sesenta, goza aún de buena salud.


Sus herencias, al cabo de cincuenta años, impregnan nuestra institucionalidad, nuestra vida económica y, por cierto, nuestra vida política.


Son figuras destacadas del fascismo real chileno Jaime Guzmán, Pablo Rodríguez, Patricio Carvajal, Pinochet, Merino, Onofre Jarpa, Büchi, José Piñera, Lavín, Longueira, El Mamo Contreras, Michael Townley y Novoa.


Las elecciones de nuestro Congreso Nacional, de senadores y diputados, están regidas por un sistema –el binominal- que creó el fascismo en 1989, su último año de gobierno.


Nuestra Constitución fija quorum que el fascismo estableció para impedir reformas sustantivas.

Ella, además, establece, como permanente, un sistema socio-económico que el fascismo chileno restableció y actualizó entre 1973 y 1989, y que nos rige hasta hoy: el dominio del capital financiero y de los grandes empresarios sobre el país.

El país se nomina regionalmente y localmente como lo estableció el fascismo. Las regiones se llaman por números ordinales, de la Ia. a la XVIa, y a ningún congresista se le ha ocurrido proponer nominarlas como se llamaban en la antigua democracia. No hay caso igual en el planeta.

Hay monumentos al fascismo y los fascistas.

Un  gran monumento ha sido edificado en honor de Jaime Guzmán, el principal teórico del fascismo real chileno.

En el Museo Naval de Valparaíso se yergue, para ofrenda de todos, una estatua del miembro de la junta de gobierno fascista, almirante José Toribio Merino. Ella, por cierto, se le muestra a todos los que lleguen, en especial a los niños de las escuelas del puerto y de Viña del Mar.

En Providencia, en el mismo Santiago de Chile, la avenida principal lleva el nombre del día en que el fascismo llegó al poder: 11 de septiembre. En Berlín ha nadie se le ocurriría que una de sus principales calles llevara el nombre de 30 de Enero. (El 30 de enero de 1933 Hitler fue nombrado Canciller)

El gran edificio en que funciona el Congreso Nacional y en que se celebran los principales actos cívicos y “republicanos” como los llamó el Presidente del Senado, fue  delineado y construido por el régimen fascista.

Los pocos presos del fascismo, ya condenados, viven en recintos carcelarios excepcionales no por su seguridad sino por su lujo, con las más avanzadas comodidades, jamás han sido tratados como presos comunes, y gozan de tales beneficios que algunos de ellos pueden salir a organizar actos de homenaje a sus figuras ilustres, como el dictador fascista Augusto Pinochet.

Los tribunales de justicia de Chile no ordenaron la prisión de Pinochet ni su condena. Tampoco pidió su persecución el poder político que lo reemplazó.

El primer Presidente democrático, que sucedió al dictador fascista, señaló alguna vez que éste se anticipó al autogolpe que preparaba el ex Presidente Salvador Allende y que, con esa anticipación, salvó a Chile.

La familia del segundo Presidente democrático, electo en 1994, entregó joyas en 1973 a la primera junta de gobierno fascista.

El segundo Presidente, además, prohibió que el Consejo de Defensa del Estado llevara adelante una investigación por la entrega de dos millones de dólares de platas públicas, sin justificación alguna, al hijo mayor del ex dictador fascista.

El principal partido del país, la UDI, fue fundado por el principal teórico del fascismo, gobernó con la dictadura y aún hoy defiende su legado.

Otro de los grandes partidos políticos chilenos, cuya dirección apoyó el golpe de Estado en 1973, jamás ha hecho una autocrítica acerca de esa decisiva acción.

El segundo gobierno democrático, el que encabezó desde 1964 al 2000 Eduardo Frei Ruiz Tagle, se opuso a que el dictador fascista fuese detenido en Europa por crímenes contra la humanidad y el no cumplimiento del acuerdo internacional contra la tortura, y permitió su “triunfal” vuelta a Chile.

Algunos ministros de ese gobierno insistieron en la inventada tesis de que el dictador no podía ser objeto de penas judiciales ¡por tener más de 70 años de edad! El dictador de Argentina, Jorge Rafael Videla, condenado a perpetua, tiene hoy 87 años y está en la cárcel.

Hace dos años el país eligió un gobierno que fue apoyado por la misma base electoral del fascismo y que cuenta con una mayoría de autoridades que fueron o son fascistas declarados.

Numerosos poderes locales son encabezados por conocidos ex funcionarios y admiradores de la dictadura fascista: Las Condes, Providencia, Santiago, Ñuñoa, Viña del Mar, Valparaíso, La Florida, Puente Alto, Concepción.

El actual Presidente de la Corte Suprema fue fascista.

Hasta los principales dueños de clubes deportivos como Universidad de Chile, Colo Colo, Unión Española, O’Higgins y Universidad Católica, también.

El Encargado Estatal del deporte, también.

Varios candidatos a Presidente de la República en 2013 fueron fascistas.

El próximo homenaje a Pinochet en el Teatro Caupolicán, organizado por presos comunes, es, políticamente, un pelo de la cola, y sólo tiene de extraño y anormal precisamente el séquito organizador del evento.

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