Diciembre 8, 2024

Quemamos el guanaco, pero perdimos la batalla mediática

freirina_batalla

freirina_batallaMe ha preocupado desde el principio el modo en que íbamos a llegar a sus oídos y ojos. Me preocupaba mucho que apareciéramos como una especie de clon mal hecho de Aysén -mis respetos a Aysén- o como un montón de antisociales que quieren imponer sus demandas con violencia. Es por eso que escribí “El Contexto Íntimo del Conflicto en Freirina”, para darle contexto a las noticias que fueran viendo. Para muchos de ustedes compatriotas, empezamos a existir hace pocos días, y claro, con hechos de violencia. Por eso entiendo comentarios en mi cuenta de Youtube como: “ si queman un vehículo del bando contrario (…) cómo esperan que reaccione el otro lado? O este otro “Me da rabia esta gente. Está bien que exijan una mejor calidad de vida y protesten, pero debe ser con un debido orden, lo cual esta gente no conoce” Pero la realidad es otra mucho más completa. Llevamos meses quemando etapas. Hemos hecho infinidad de asambleas, y antes de eso múltiples cacerolazos, espontáneos y no espontáneos, actos artísticos en colegios y jardines infantiles, funas, declaraciones en la radio, intentos infructuosos de que nos ayudaran a difundir nuestro martirio diario mandando mails y tweets desde EstoNoTieneNombre o Mauricio Bustamante, hasta Florcita Motuda o incluso nuestro propio Alcalde. Y nada. Después, cuando ya no te pescan, viene la creatividad y las manifestaciones: carnaval en defensa del agua, con marionetas y multitudinaria asistencia, asamblea abierta en la plaza de armas, música, churrascas, mate, cacerolazos parados en la puerta de la casa, después cacerolazos en la plaza, después cacerolazos marchando… hasta que claro , por fin vino la Intendenta Matas a prometer cosas, y a las semanas vinieron los seremis y el gobernador a prometer más cosas, porque claro, ellos nos “entendían perfectamente”. Y nada. Todos los santos días olor a caca .Y eso que yo vivo donde menos arrecian los olores. Pero les recuerdo que hay gente que vive al lado de la planta. 

 

La situación empezaba a ser insostenible. Hasta que el miércoles 16 de mayo la escuela Emilia Shawaber tuvo que evacuar a los alumnos porque el olor era insoportable y los niños -nuestros hijos por cierto- presentaban vómitos y náuseas como consta en una entrevista al señor Eugenio Destefanni, director de la escuela y que pueden ver en mis videos de youtube y aquí en elquintopoder. En este punto ya desesperábamos, y no es un eufemismo. DE-SES-PE-RA-DOS nos tomamos la ruta C-46. Pero nuevamente los invito a ver los videos de nuestras “barricadas” las cuales no son mas que vecinos tomando té y cabros encapuchados que se cubren porque trabajan en la planta de Agrosuper, o para el gobierno, en la posta, en la municipalidad, en el puerto o en alguna actividad relacionada con la planta. 

Estos meses han sido un proceso enriquecedor para el pueblo y para nosotros como vecinos. Andamos con “el pecho parao” de orgullo, porque NO hemos bajado los brazos, porque nos hemos logrado poner de acuerdo y dejar de lado diferencias internas que nos dividían, y porque nos mueve la convicción de estar haciendo lo correcto para nuestros hijos y nuestro porvenir. 

Es en este contexto que al 3er día de toma llega FFEE a las 6am en medio del secreto y en la oscuridad, aplicando todo el poder que le otorga el estado para “restablecer el orden público” y desplegando todas sus estudiadas técnicas anti motines o anda saber tú que pasa por la cabeza de un carabinero cuando se lleva a 9 detenidos de los cuales 4 estaban durmiendo acostados, hieren gravemente a una joven que botan de un barranco y golpean a nuestros hijos, amigos, vecinos, papás, mamás…no entiendo. De ahí en adelante, la espiral de la violencia desatada. El descontento largamente rumiado, súbitamente regurgitado con el picor del gas lacrimógeno. Así y todo, cuando a carabineros se les quedo en panne su “zorrillo” y la reacción visceral fue agredirles, fuimos capaces de reprimir el instinto y dialogar, y nadie toco a ningún carabinero en ese instante en donde tuvimos el sartén por el mango, con dos vehículos inmovilizados custodiados por solo un puñado de carabineros y rodeados por cientos de nuestros vecinos enardecidos. El problema se suscita cuando carabineros intentaba negociar para recuperar sus vehículos y la moneda de cambio fue su retirada inmediata de nuestra posición. Aceptaron. Pero en cuanto se replegaron comenzaron a bombardear con lacrimógenas y perdigones sin previo aviso. De aquí en adelante todo fue confuso, explotó la ira y ahí sí que cundió la violencia. 

Sí, quemamos el guanaco y sí, quemamos el zorrillo. Pero ahora ya saben el camino que tiene que recorrer un vecino de pueblo para terminar haciendo semejante bajeza, y tener que aguantar que se le trate de delincuente, doloroso epíteto para mi gente de trabajo y que quedará mancillando una vez más nuestra honra y nuestra dignidad como el burlesco olor que respiro ahora mientras redacto esta humilde apología al Manifestante Freirinense.

 


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