Diciembre 9, 2024

Nieto de Nicanor Parra recibe en su nombre el Premio Cervantes

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nicanor-parra_preima20111201_0151_10Madrid.- “¿Se considera usted acreedor al Premio Cervantes? Claro que sí. ¿Y por qué? X un libro que estoy X escribir.

 

Así agradeció Nicanor Parra, desde la distancia y con la encomienda a su nieto, Cristóbal Ugarte, de que diera lectura a varios de sus antipoemas, el Premio Cervantes 2011.


El escritor chileno, de 97 años y un sentido del humor inagotable –o autocrítica festiva–, hizo continuas referencias, mediante sus textos leídos, a Cervantes y al clasicismo de nuestro idioma, pero también a su figura como autor e individuo: Soy profesor en un liceo oscuro/ he perdido la voz haciendo clases. Y hasta alguna alusión a Chespirito, al afirmar que los premios son para los espíritus libres… y para los amigos del jurado. Chanfle, no contaban con mi astucia.


Parra se quedó en Chile, con sus amigos y sus libros, que no con la primera máquina de escribir que tuvo, la cual viajó junto con su nieto y fue donada al legado del Instituto Cervantes en gesto de agradecimiento por el galardón, considerado el máximo en lengua española.


La ceremonia siempre había sido presidida por el rey Juan Carlos. En esta edición, sin embargo, el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares no contó con la presencia ni del galardonado, Nicanor Parra, ni del anfitrión, el rey Juan Carlos. Este último se recupera de la operación de cadera a la que fue sometido hace dos semanas tras sufrir un accidente en una polémica cacería de elefantes en Botsuana.


Petición de prórroga de un año


Nicanor Parra pidió, primero, prórroga de un año para terminar de escribir el discurso de recepción, que se suele dedicar a la figura de Cervantes y su obra cumbre, El Quijote de La Mancha. Así lo leyó su nieto: “Mi abuelo me ha encargado que pida prórroga de mínimo un año, del 23 de abril del año 2012 al 23 de abril de 2013, para así poder pergeñar un discurso medianamente plausible. Él mismo dijo, hace algunos años: He llegado a la siguiente conclusión: hay que hablar por escrito. Yo demoro seis meses en armar un discurso que se lee en 45 minutos y que parece que estuviera improvisado. Y a mí me dijo, hace unas pocas horas: Don Quijote no cabe en un fin de semana”.


El nieto del galardonado explicó entonces que su abuelo se quedó en su casa de Las Cruces, en la costa chilena, rodeado de libros. La mayoría de ellos versiones y estudios del Quijote, pero también algunos volúmenes de la biblioteca de Don Quijote, como, por ejemplo, los seis tomos de La araucana, de Alonso de Ercilla. Y varias enciclopedias abiertas sobre las mesas y los sillones, con las páginas más importantes señaladas con bolsitas de té en reciclaje, relató Cristóbal Ugarte.


Y en el primer poema –o antipoema– que leyó se desplegó el humor y el espíritu transgresor de un autor que siempre ha considerado al idioma como un ente en movimiento, vivo y con autonomía: ¿Esperaba este premio?/ No Los premios son/ Como las Dulcineas del Toboso/ Mientras + pensamos en ellas/ + lejanas/ + sordas/ + enigmáticas/ Los premios son para los espíritus libres/ Y para los amigos del jurado/ Chanfle/ No contaban con mi astucia.


Incluso hubo alguna burla mordaz a la solemnidad de la Academia y su rigidez y vetustez: La seriedad del frac/ es una seriedad de panteonero:/ la verdadera seriedad es cómica. Como la seriedad de Kafka, Carlitos Chaplin, Chéjov y el autor del Quijote.


El nieto de Parra también recordó que su abuelo entregaría un poema inédito que se develará dentro de 50 años.


Entre los asistentes destacaban la cantante y escritora Patti Smith, el director de la Real Academia de la Lengua, José Manuel Blecua, y el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha.


En el discurso de entrega del galardón, Felipe de Asturias, quien sustituyó al rey Juan Carlos, manifestó que al ver llegar a Parra al parnasillo de poetas galardonados con este premio, Cervantes reconocerá en él un espíritu afín, un poeta desnudo de adornos, con atuendo de vecino de Chillán, y le dará la bienvenida como colega y raro inventor.


Parra publicó su primer libro, Cancionero sin nombre, en 1935. Otros títulos suyos son Poemas y antipoemas (1954), Versos de salón (1962), La camisa de fuerza (1968), Obra gruesa (1969), Antipoemas (1972), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985), Páginas en blanco (2001), Discursos de sobremesa (2006) y Obras completas I & algo + (2006).


Festejo de Parra, en pijama


Desde Santiago de Chile, reporta Dpa, Nicanor Parra festejó hoy en pijama el calificativo de rupturista que el príncipe Felipe le brindó en la entrega del Premio Cervantes en su ausencia.


Buena la palabra del príncipe, dijo a Radio Cooperativa el poeta, mientras caminaba a comprar diarios en el balneario de Las Cruces, con su ropa de dormir, chaleco y gorro.

 

Apoyado en un bastón, agregó que no sabía a qué hora era la ceremonia y que no la había seguido.


Nicanor Parra es el tercer chileno en ganar el Premio Cervantes. Antes lo recibieron el novelista Jorge Edwards, en 1999, y el poeta Gonzalo Rojas, en 2003.

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