Diciembre 3, 2024

La muerte de un carabinero no debe ser razón para la venganza racista

represion_mapuches

represion_mapuchesLa muerte de un carabinero, que automáticamente es atribuída a un cobarde (palabras del  Director General de Carabineros, General González) sin que exista una evidencia de como sucedió, no debe ser la razón para que se desencadene una violenta venganza racista sobre el pueblo Mapuche.

 

Los muertos mapuche nunca han recibido justicia. Ni ellos ni sus familias. El Estado chileno sigue manteniendo una forma de “justicia” inmoral: la Justicia Militar, es parte del crimen y domina el campo de esta ausencia de justicia. El no intentar poner estos procesos en manos de una justicia real, civil, quita todo valor ético y razonable a las Fuerzas Especiales (FE’s) de Carabineros, y al Gobierno en estas situaciones. Quieren abrir razias y persecuciones frenéticas muy ajenas a toda justicia. Muy al estilo de lo que el dictador practicaba e igualmente sin evidencias llevan su guerra sucia contra todo un pueblo.


Es importante saber que en la noche del sábado 7 al domingo 8 de enero de este año, por diez horas, las fuerzas especiales estuvieron disparando cerca de Wente Winkul Mapu, en el sector a la Comunidad Mapuche José Guiñón. Carabineros “acusaba a comuneros de haber quemado en Pidima, un galpón abandonado cerca de la medianoche” y que por eso se fueron a esa Comunidad a dispararles.


Ignacio Beltrán, periodista de MegaVisión, que curiosamente “acompañó todo el operativo” desde el lugar del galpón quemado, me mostró su vehículo (un 4×4 Nissan X-Terra) que tenía un impacto único de bala de calibre oficial, en una puerta. Los abogados Nelson Miranda y Lorenzo Morales, al igual que nosotros (un grupo de observadores de Derechos Humanos de la Comisión Ética Contra la Tortura que estábamos esa semana en el sector en observación en el sector y que fuimos llamados por el abogado Miranda), pudimos observar la enorme cantidad de pedazos de bombas lacrimógenas lanzadas a las casas y de cartuchos de escopetas anti-motines, cargadas con balines metálicos. Varios de esos mismos balines los vimos impactados en miembros de esa comunidad, en muros y tirados por todos lados. También habían cortado con moto-sierra varios árboles de esa comunidad.


Luego de diez horas de dispararles a la comunidad, las Fuerzas Especiales se fueron. Salvo los heridos de la comunidad, en esa “batalla” descrita por Carabineros, las FE’s no recuperaron nada, ni un sólo fusil, ni una escopeta… No entraron en las casas ni detuvieron a nadie. Fue un operativo de amedrentamiento abusivo, contrario a la norma de una policía democrática pero típico de los operativos de la guerra sucia que se llevan contra el Pueblo Mapuche. ¿El disparo al vehículo X-Terra “salió del aire”? Pero ese tipo de bala la tienen sólo los carabineros.  Esta historia debe ser recordada (que, claro, FE’s nunca mencionó). El periodista que me mostró su vehículo fue quien estuvo con carabineros (y que me entrevistó en su canal un par de días después) y es quien me contó los detalles. Curiosamente, el mismo periodista, que estuvo en el operativo no hizo esfuerzo alguno por tomar alguna información de los comuneros de José Guiñón. Por eso, las acusaciones, con “culpables ya designados” cuando carabineros hace este tipo de acciones no debe ser aceptada. Es una irresponsabilidad y, sabiendo que el pueblo mapuche no ha usado nunca ese tipo de armas ni muerto a nadie sino que, al contrario, sufre los ataques montados por parte de Carabineros, los fiscales deben terminar con sus montajes y mentalidad de cowboys. Es así cómo hicieron los juicios de Cañete, con cero evidencia, usando testigos protegidos y torturando a los detenidos para sacar “evidencias” nunca probadas de los absurdos ataques que habrían hecho cuatro comuneros a cerca de 100 carabineros en la Comunidad de Puerto Choque y que estaban armados hasta los dientes…


Las acciones de una guerra desatada contra la Comunidad de Wente Winkul Mapu, que sucedieron en noviembre del 2011 fueron denunciadas (entre otros, en El Ciudadano) pero el Estado y el Gobierno, que celebran siempre los abusos de las Fuerzas Especiales como si fueran actos de heroísmo contra un enemigo infecto y asesino, no sólo faltaron en entregar la información necesaria a la Comisión de Derechos Humanos del parlamento sino que se han negado en forma sistemática en asistir a las repetidas demandas de que el Ministro del Interior asista a dicha Comisión, como la incluso antidemocrática constitución ilegítima chilena lo indica.  La información de El Ciudadano en la que el material visual fue claramente mostrado – http://www.elciudadano.cl/2012/04/03/50545/testigo-relata-su-testimonio-del-violento-allanamiento-que-afecto-comunidad-mapuche-wente-winkul-mapu/ -, no fue explicado ni se hizo ni un esfuerzo por impedir que se repita. Este heroísmo que se pretende cuando Carabineros da muerte a un mapuche, y luego los intentos de hacer héroes de la triste muerte de un carabinero, sin tener evidencias, revelan una falta total de ética profesional de los diversos niveles del poder en Chile.


Ver esta información muestra de que no hay otra intención que la de mantener a todo un pueblo como el enemigo que ellos deben exterminar. Nada nuevo… excepto que nada hacen por resolver las demandas por sus derechos que han resultado del despojo sistemático, avalado y protegido por el Estado. Chile demoró 19 años en firmar el Convenio 169 de la OIT, y, cuando lo firmó, inmediatamente hizo todo lo posible para impedir que fuera implementado. El Convenio 169 de la OIT, precisamente, es  la  forma de prevenir este tipo de acciones ilegales, ilegítimas y repudiables. Los poderes del Estado siguen en colusión.


En cualquier país medianamente responsable y democrático ya habrían renunciados los responsables de estas políticas. Políticas que se expresan en una constante negación de la realidad y en colusión de intereses con quienes han sido los que se benefician del despojo, y están a la base de estas injusticias con las que se ataca a las verdaderas víctimas. Y así, aplican leyes anti-terroristas y nuevamente, llevan a más criminalización. En Chile falta mucho para alcanzar un nivel de capacidad y de valor ético social predecible. Los gobiernos desde el golpe no han alcanzado la altura necesaria para hablar con honradez… Su capacidad de intentar levantar vientos de violencia injustificable lo tienen a flor de piel.


El pueblo mapuche es acusado por quienes esconden sus propios crímenes. La colusión en que la misma Corte Suprema cae con frecuencia (caso de las condenas de los casos de Cañete, de la CAM ) muestra que la verdadera democracia y justicia están muy lejos de ser una realidad. Ni ahora ni por mucho tiempo. Por lo menos, hasta que tengamos una Asamblea Constituyente que sea efectivamente aceptada en el país y que los organismos que se suponen deben proteger a la población toda (y no ser los aliados de quienes más ganancias obtienen) incorporen los protocolos de prevención de la tortura y violencia contra la población que quiere ser respetada y que hoy lo exige con plena razón. Sin esto, seguiremos viendo más de los mismo: criminalización y represión. Además de las muertes injustificables y nunca efectivamente llevadas a la justicia. La violencia que propone y trata de desencadenar el Ministerio del Interior (tanto Hinzpeter como  Ubilla) es deplorable. Y anti-democrática.


La pregunta, entonces, es: ¿Qué está dispuesto el gobierno para hacer algo justo y democrático en vez de seguir con estas manipulaciones mediáticas en las que inútilmente se pierden vidas acusando injustamente a un enemigo pre-fabricado por el establecimiento político, latifundista y empresarial?


José Venturelli, Pediatra, Vocero CECT del secretariado europeo 

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