Washington.- El soldado estadounidense que asesinó a 16 civiles afganos proviene de una base militar cerca de Seattle la cual registra antecedentes de irregularidades, indisciplinas y múltiples reportes de reclutas con desórdenes mentales.
Este domingo trascendió que un sargento de 38 años de la unidad Lewis-McChord recorrió las villas Alkozai y Najeeban, en la provincia de Kandahar, y mientras dormían acribilló a balazos a sus víctimas, muchos de ellos niños.
La instalación castrense en el estado de Washington es una de las más grandes en el norteño país y hace cuatro meses un jurado militar también la señaló por otra matanza de civiles en Afganistán.
En 2011 una docena de soldados de esa base se suicidaron y la senadora Patty Murray sugirió una investigación porque 285 casos de stress post-traumático fueron mal diagnosticados por su personal médico.
Críticos de la unidad aseguran que este campamento, con 40 mil militares, es un territorio con altas tasas de robos, abusos entre soldados, enfermedades mentales y suicidios.
En 2010 tropas de la Lewis-McChord destacadas también en Kandahar se drogaron, golpearon a un supuesto informante y luego mataron a tres civiles cuando hacían la ronda de guardia por una comunidad cercana. También hace dos años otro militar de esta misma base se involucró en un altercado de tránsito en Salt Lake City y disparó contra un policía de carreteras.
En enero último un veterano de la guerra de Iraq asesinó a un guardabosque.
Los talibanes juraron este lunes vengar la masacre de los 16 civiles afganos, un suceso que además provocó una crisis entre Washington y Kabul, donde el Parlamento reclamó un juicio público al autor.
Estos hechos se producen pocas semanas después de la quema de libros religiosos sagrados por soldados norteamericanos en la base de Bagram, un acto considerado como blasfemo el cual desencadenó violentas protestas.