El 6 de enero de 1918, en Argentina, un grupo de jóvenes provenientes de la izquierda socialista da vida al que poco tiempo después sería el PARTIDO COMUNISTA. Entre ellos se encontraban Victorio Codovilla, Rodolfo Ghiodi, José Penelon, el chileno Luís Emilio Recabarren, Juan Ferlini, Miguel Contreras, Pablo López. Esta corriente “internacionalista” se oponía a la postura oficial del Partido Socialista., la que, concordantemente con la 2ª. Internacional, estaba a favor de la guerra (1914-1918), apoyaba a Inglaterra y sus aliados y tenia concepciones reformistas en cuanto a la cuestión del poder, renegando de manera absoluta de la vía revolucionaria.
Fanny Edelman -luchadora por los derechos de la mujer, combatiente antifascista en la República Española, presidenta honoraria del Partido Comunista recientemente fallecida- sintetizó en estas palabras ese sentir: “El comunismo es una pasión del cerebro y del corazón”
Los comunistas celebran 94 años de vida, 94 años de lucha por la emancipación humana, la liberación de los pueblos y el socialismo. Y lo hacemos orgullosos del camino recorrido, pues esa trayectoria, que enlaza con aciertos y errores, implica coherencia y consecuencia en pos de los objetivos de construir una sociedad a escala humana.
Son herederos de las mejores tradiciones patrióticas y revolucionarias, desde la resistencia de los pueblos originarios a las heroicas jornadas de diciembre de 2001, desde la Revolución de Mayo al Cordobazo y el Chocón, desde la Patagonia rebelde a la creación de la CGT de los Argentinos y la Central de Trabajadores Argentinos, desde la Reforma Universitaria a las luchas por el boleto estudiantil, desde la Liga Argentina por los Derechos del Hombre –primera entidad argentina defensora de los derechos humanos- a la reivindicación de soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.
No son los únicos; están quienes vienen desde otros campos de lucha como el nacionalismo popular revolucionario, la teología de la liberación, otras corrientes marxistas. El Partido Comunista trabaja por construir una alternativa política y social autónoma, popular, democrática, antiimperialista, anticapitalista que nos hermane con esas compañeras y compañeros con los que compartimos sueños, historias, jornadas de lucha, perspectivas, esperanzas.
Son eso y mucho más. Son decenas de miles de mujeres y hombres del pueblo, jóvenes y ancianos que dieron y dan todo lo mejor de que tenemos –su conciencia, sus corazones, sus vidas- en aras de hacer realidad la utopía compartida por millones de construir una sociedad justa, equitativa, democrática, libre de cualquier tipo de opresión, explotación o sometimiento y de la amenaza de la destrucción del género humano, aquí y en el resto del mundo.
Su único compromiso es con los trabajadores, con los humillados, con el pueblo, con aquellos a los que el sistema capitalista agravia y sojuzga. Desde esa posición autónoma, crítica y movilizadora es que se trata de comprender los procesos transformadores que se desarrollan en “nuestra América” para que –en medio de la confrontación que se da con el imperialismo-, ser parte de los profundos cambios políticos, sociales, económicos, culturales que se están gestando. Hay un reconocimiento que muchos de estos procesos tienen límites y contradicciones, pero no se deja de distinguir que ellos han abierto nuevas puertas, nuevas alternativas y nuevas posibilidades.
El capitalismo ha dado vasta muestras de su decadencia y de su imposibilidad de resolver los problemas de los pueblos, de los seres humanos. Los pueblos de América Latina y el Caribe venimos marchando. No es un andar tranquilo ni sencillo; con dificultades propias y con lucha, se viene demostrando que hay otras maneras de vivir. La Historia nos compromete con el presente y hacia el futuro; el presente nos señala que -con sus paradojas – es posible marchar hacia otro tipo de forma de vida, alejada absolutamente del capitalismo, que hoy la perspectiva es, en definitiva, Socialismo o Barbarie.
Por todo eso, el Partido Comunista tiene motivos para celebrar estos 94 años de vida, 94 años que no son solo de existencia, sino 94 años de combates diarios que se encadenan en la lucha por un modo de vida no alienado, pleno y para felicidad del género humano: el Socialismo
* Historiador