Marzo 15, 2025

Enero no es un mes cualquiera para la colectividad judía argentina

auschwitz-birkenau-main_track

auschwitz-birkenau-main_trackPor un lado, la primera semana se recuerda la terrible “Semana Trágica” de 1919,  momento en que se produjo un verdadero pogrom en los barrios porteños de parte de los “niños bien” organizados en una de las primeras bandas parapoliciales: la Liga Patriótica Argentina. Obreros y judíos fueron perseguidos con saña por el solo hecho de serlo. El saldo fueron centenares de muertos, bibliotecas, periódicos y sindicatos destruidos, comercios asaltados, personas golpeadas y humilladas, todo bajo la “vista gorda” de las autoridades de entonces.


Por otro lado, el 27 de enero se conmemora un aniversario mas de la liberación en 1945 por parte de las tropas soviéticas del campo de exterminio de Auschwitz. Su cartel de ingreso, cínicamente daba la bienvenida (¿?) a los prisioneros traídos como ganado en vagones de ganado con el lema “Arbeit macht frei” (cuya traducción significa el trabajo libera o el trabajo nos hace libres). Auschwitz no era la antesala del infierno: era el infierno mismo. Casi 1.000.000 de judíos fueron asesinados allí, junto a miles de gitanos, homosexuales, prisioneros de guerra soviéticos, opositores políticos, testigos de Jehová; sumando en total 1.500.000 personas. Ese fue el resultado de las “selecciones” que conducían a las cámaras de gas y los hornos crematorios, del trabajo forzado esclavo, del hambre, las enfermedades, los castigos, el frío. Como símbolo, la chimenea siempre humeante.

Asimismo, en enero de 1942 se llevó a cabo la hoy famosa Conferencia de Wannsee, en la cual un destacado y selecto grupo de altos funcionarios civiles, policiales y militares del gobierno de la Alemania nazi (no mas de 15) trabajó y resolvió la “solución final al problema judío”, el que tuvo como conclusión el genocidio de las juderías europeas, cuya expresión mas acabada fue el campo de exterminio de Auschwitz.  La aniquilación de los judíos se llevó a cabo con una planificación muy rigurosa y precisa, “científica”(¿¿??) siguiendo los patrones de la producción industrial.

Al respecto, sería muy interesante explayarse un poco sobre el mismo, ya que en él actuaron –enriqueciéndose con el trabajo esclavo de millones de personas cautivas- grandes corporaciones monopólicas alemanas como IG Farben y Krupp (y sus actuales sucesoras), que hoy gozan de gran prestigio y poderío.

Auschwitz no era un solo campo de concentración; era todo un conjunto, un complejo sistema de campos mas pequeños y subcampos, con el único objetivo de extraer hasta la última gota de vida mediante la explotación a los prisioneros antes de exterminarlos. Este ejemplo se repitió hasta el cansancio en muchísimas oportunidades y lugares.

Grandes empresas y conglomerados industriales de aviación (Heinkel, Junkers, Messerschmidt), metalúrgicas (Krupp), de electricidad (Siemens), automotrices (Daimler Benz, Porsche, Volkswagen, BMW), químicas (I.G.Farben, el principal aliado industrial del régimen, cuyos sucesores son los laboratorios Hoescht [hoy Sanofi-Aventis, una de las compañías farmacéuticas líderes en el mundo, la primera en Europa y la tercera a nivel mundial.]- AGFA, BASF y Bayer), vestimenta (Hugo Boss) optaron por Auschwitz y sus copias, porque la existencia del campo de concentración les proporcionaba un sistema de mano de obra esclava a las empresas privadas: allí los reclusos eran alquilados por las SS, y no tenían costo adicional alguno para el empleador y así tratados, valiendo menos que esclavos, sin ningún tipo de reparo moral. Ni directivos ni planificadores podían tener dudas de cual sería el destino de esas decenas de miles de personas. Como dato ilustrativo, hacia finales de la guerra, la esperanza de vida en algunas minas de la zona era de apenas de 4 a 6 semanas debido a las horribles condiciones laborales y de vida impuestas.

Pero los grandes empresarios germanos no fueron los únicos colaboracionistas con los nazis. Es interesante destacar que durante los años de entre guerra (1918-1939) y durante la guerra misma existió una estrecha reciprocidad entre la IG Farben y la Standard Oil of New Jersey, así como con el magnate norteamericano DuPont, la U. S. Industrial Alcohol Co. y su subsidiaria Distilling Co. Es conocido que los motores de los camiones alemanes eran Ford y los de los aviones eran de marca Opel, subsidiaria de la General Motors; sucesivas investigaciones establecieron que algunos directores en ambas firmas, ciudadanos estadounidenses, no se opusieron a la conversión de las plantas de GM y Ford en Alemania y en Francia y Polonia ocupadas por Alemania, para servir el aparato militar alemán. Incluso el patriarca de la familia Bush, Prescott Bush, y el de la familia Kennedy, Joseph Kennedy, también tuvieron negocios y simpatías bien documentados con los nazis.

Caso similar sucedió en Francia, con empresarios como Peugeot, Renault, Citroen que fabricaron mas de 93.000 camiones para el ejército alemán, o en Italia con Giovanni Agnelli de Fiat en Italia con el régimen mussoliniano.

Estos sucesos, tan lejos en la geografía y el tiempo, tienen en común el antisemitismo, el odio, el horror, la muerte, la xenofobia, el racismo. Tienen detrás de si una concepción de supremacía y dominación de algunos sobre otros, de desprecio hacia el diferente, de negación de la condición humana.

El negacionismo del genocidio del pueblo judío (y de otros) y de las persecuciones sufridas  -sean quienes fueran sus ideólogos- tiene por objeto desvirtuar la historia, justificando así cualquier acción basada en el racismo o la discriminación. El negacionismo significa la trivialización, justificación o aprobación de crímenes contra la humanidad.

Por eso, cuando en el mundo actual resuenan amenazas de confrontación nuclear de parte de distintos tipos de fundamentalistas -religiosos, políticos, ideológicos- alertamos sobre el grave peligro que ello entraña y seguimos trabajando para la paz y el encuentro fraterno entre personas, pueblos, culturas, naciones, estados.

Traemos a la memoria estos acontecimientos con el objetivo de hacerlos presentes para desterrar cualquier manifestación de nazismo (abierta o encubierta) presente y futura, y aportar a la construcción de una sociedad de paz, igualdad, democracia y convivencia entre todos los seres humanos, independientemente de cualquier condición.

* Presidente de la Federacion de Entidades Culturales Judias de la Argentina (ICUF)

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