El próximo 3 de mayo se conmemoran cien años del nacimiento de Matilde Urrutia, la tercera y última esposa del poeta Pablo Neruda, pero además, la inspiradora de Los versos del Capitán y los Cien sonetos de amor, de poemas y prosas contenidos en más de veinte libros, destinataria de las más bellas cartas y la compañera del último cuarto de siglo del Nóbel chileno, desde 1949 hasta su muerte, acaecida el 23 de septiembre de 1973.
Esta chillaneja (nacida en Chillán en 1912), tenía el don del “bel canto”. Existe una grabación de su voz, interpretando el poema “El monte y el río” acompañándolo con guitarra. Matilde no solamente cantaba en pequeñas veladas y hacía parte de bandas corales, sino que durante muchos años dictó clases de canto en Chile, en Perú, en Estados Unidos y en México.
Una noche de primavera de 1946, durante un concierto al aire libre que se realizaba en el Parque Forestal de Santiago de Chile, la cantante Blanca Hauser, amiga íntima de Matilde, le presentó a Neruda, presente en la velada, quien entonces se desempeñaba como senador por el Partido Comunista y comenzaba a ser perseguido por el gobierno de González Videla.
Pablo y Matilde quedarón “flechados”. El poeta la miró con “esos ojos que parecían mirar para adentro” y ella sintió una felicidad desconocida.
Al poco tiempo, Neruda fue desaforado como senador y se vio obligado a vivir en la clandestinidad. Los perros del infierno le seguían sus pasos, hasta que tres años después, logró cruzar la frontera argentina, iniciando un exilio que lo llevaría a viajar por tres continentes. Entretanto, Matilde Urrutia estaba viviendo en México.
Un día de septiembre de 1949, ella se entera por el diario “Excelsior” que Neruda acaba de llegar al D. F., en compañía del poeta comunista francés Paul Eluard, para participar en el Congreso Latinoamericano de Partidarios de la Paz, y no duda en ir a buscarlo. El reencuentro con la bella pelirroja lo estremece. Neruda cae enfermo de tromboflebitis y Matilde asume el papel de enfermera hasta que pocos días después el poeta se repone.
Desde entonces inician una relación afectiva que solo acabará la muerte. Los seis primeros años es una relación secreta, para no herir a Delia del Carril, la esposa maravillosa de los años difíciles de la guerra española y de los inicios del poeta como militante comunista. Sin embargo, la pareja se las arregla para encontrarse en distintos puntos del planeta: en Bucarest, Rumania, Neruda le escribe el primero de Los versos del Capitán, el titulado “Siempre”. (Ya antes, en dos líneas del Canto general, había expresado: “Paz para mi mano derecha / que sólo quiere escribir Rosario”, teniendo en cuenta que éste es el segundo nombre de la musa). Luego se encontrarán en Berlín Oriental, en Francia, en Italia y vivirán su luna de miel en la isla de Capri.
A su regreso del exilio, en 1952, Neruda construye una casa al pie del cerro San Cristóbal, a la que llamará “La Chascona” (que quiere decir despeinada, en idioma mapuche, como es el cabello de su patoja pelirroja) y cuando en 1955, Delia descubre la relación, Neruda “le pone nombre al amor” y comienza a publicar poemas dedicados “A Matilde Urrutia”. Desde entonces, los amantes de La barcarola se muestran al mundo, recorren ciudades y países, y enfrentan juntos las adversidades
propias de la vida pública.
Como todo el mundo sabe, Neruda fue candidato presidencial en 1969, honor al que renuncia para adherir sin condiciones al candidato de la Unidad Popular, Salvador Allende. Cuando éste es elegido presidente de Chile, nombra al poeta embajador en París. Obtiene el Premio Nóbel de Literatura en 1971 y poco después regresa a Chile, cuando se le ha diagnosticado un cáncer de próstata. Doce días después del golpe sangriento de Augusto Pinochet, y en circunstancias aún no bien aclaradas, Neruda fallece en la Clínica Santa María de Santiago a los 69 años de edad.
En adelante, Matilde enfrentó valerosamente las jaurías de esa tenebrosa dictadura, presidiendo mitines y manifestaciones, desafiando siempre las severas restricciones militares. Publicó las obras inéditas de su marido, guardó y defendió celosamente su memoria hasta el último día de su vida, la cual se extinguió el 5 de enero de 1985, víspera del Día de Reyes (Basoalto). Siete años después, ya caída la dictadura, los restos de la pareja fueron enterrados en su casa de Isla Negra, en el litoral chileno, siguiendo la voluntad del dueño, para que la amada otra vez lo acompañara en la tierra.
* JOSÉ LUIS DÍAZ-GRANADOS (Santa Marta, 1946), poeta, novelista y periodista colombiano, considerado uno de los mayores conocedores de la vida y obra de Pablo Neruda. Compiló una antología de su poesía en 1994, dictó cursos, cursillos y talleres sobre el mismo tema, publicó en Bogotá “El otro Pablo Neruda” (Planeta, 2003) y en La Habana “Pablo Neruda, periodista” (ed. Pablo de la Torriente, 2005). El gobierno chileno le otorgó la Medalla de Honor Presidencial “Centenario Pablo Neruda” (2004) y actualmente es regente del Foro Internacional “Pablo Neruda”. Su poesía se halla reunida en dos volúmenes titulados “El laberinto” (1968-1984) y “La fiesta perpetua. Obra poética, 1962-2002” (2003).