Enero 24, 2025

Las mentiras de Krassnoff, Gisela Silva Encina, Hermógenes Pérez de Arce y Patricio Malatesta

krassnoff

krassnoffEn el discurso que pronunció en el homenaje a Miguel Krassnoff Martchenko, violador de los derechos humanos condenado a más de cien años de presidio por sus múltiples crímenes, el señor Hermógenes Pérez de Arce repitió las afirmaciones falsas y calumniosas en mi contra que figuran en el libro de la señora Silva Encina y que yo desmentí oportunamente cuando apareció la primera edición.

 

El señor Pérez de Arce reiteró sus palabras en su columna de El Mostrador. Paralelamente, la agencia informativa Orbe, cuyo presidente y gerente general es el oficial en retiro de la Marina Patricio Malatesta García, organizador del homenaje a Krassnoff y firmante de la controvertida invitación dirigida al Presidente de la República, divulgó las mismas falsedades en un despacho supuestamente “noticioso” del 21 de noviembre pasado, ocultando la fuente espuria de donde provenía. Para que estas acciones no vuelvan a quedar impunes evalúo las acciones judiciales pertinentes contra los autores y difusores de estas falsedades y calumnias difamatorias que me afectan. He denunciado ante el Colegio de Periodistas de Chile la grave violación de la ética profesional en que incurrieron los responsables de la agencia Orbe que han utilizado el disfraz periodístico para injuriarme y salir en defensa de un criminal. A continuación, me veo obligado a refutar una vez más las mentiras que pretende achacarme este grupo de personas:


La agencia Orbe titula su “información” así: “DECLARACIÓN JUDICIAL DE EX MIRISTA ERIC ZOTT NIEGA TODA PARTICIPACIÓN DE KRASSNOFF EN TORTURAS CONTRA DETENIDOS


FALSO: El 25 de septiembre de 1992 fui citado por la Ministra en Visita de la Corte de Apelaciones de Santiago Sra. Gloria Olivares para que ratificara la declaración que había prestado ante la policía. Frente a la Ministra reiteré mi testimonio acerca del verdadero rol de Krassnoff en el Cuartel Terranova o Villa Grimaldi, donde lo conocí y estuve secuestrado. Krassnoff, que en el juicio negaba su pertenencia a la DINA y afirmaba que ocasionalmente cumplía labores de analista para organismos de inteligencia, pretendió no conocerme. Pero en realidad, su verdadera destinación era la jefatura de la Brigada Caupolicán, responsable de dirigir en la DINA la represión contra el MIR. Esta Brigada tenía al menos dos unidades operativas – Halcón 1 y Halcón 2 – que dependían directamente del mando de Krassnoff y eran responsables de ejecutar la política de exterminio en contra de los sospechosos de pertenecer al MIR. Krassnoff  fue un obsesionado y eficiente ejecutor material de los secuestros, torturas y decisiones de asesinato o desaparecimiento que sufrieron la mayoría de los clasificados como miristas que no sobrevivieron. Esta fue, es y será siempre mi única declaración sobre el reo apodado entonces “Capitán Miguel”.


LA VERDAD SOBRE EL CAREO: El 28 de septiembre de 1992, dos días después de mi declaración, fui citado por la Sra. Ministra a un careo con el inculpado Miguel Krassnoff, para ratificar mis dichos. Cuando concluía el careo, Krassnoff aprovechó una pausa para dirigirme la palabra informalmente, mencionando el hecho de que yo viviera en Austria. Le contesté que comprendía su interés, pues sabía que él había nacido en ese país. Se mostró desconcertado, se desabrochó la guerrera y pidió permiso a la Ministra para fumar. La magistrada dijo que si queríamos podíamos conversar off the record. El intercambio de palabras tuvo lugar a corta distancia de la Ministra y el actuario. Krassnoff mostró mucha curiosidad y le conté que había consultado los archivos y viajado a Lienz, el pueblo donde él había nacido el 15 de febrero de 1946, y que tenía – aún tengo –  copia de estos documentos. Krassnoff me pidió que le facilitara esos documentos y mi repuesta fue categórica. Le dije que se los daría e incluso ampliaría mis investigaciones con una única condición: que él aportara antecedentes confiables sobre la suerte corrida por los detenidos desaparecidos cuyos casos ese tribunal estaba investigando. Krassnoff mantuvo silencio, hizo un gesto de insistencia y me dio su tarjeta de visita. Al recibirla le dije que la iniciativa quedaba en sus manos.


Hasta aquí el único contacto off the record que he tenido con Krassnoff. Todos los delirantes  y ridículos diálogos que menciona en su libro, que sirven de alimento a los discursos y artículos de sus seguidores, solo corresponden a la deplorable fantasía de un  criminal desesperado, que no cuenta con ningún testigo veraz, ni coartada creíble – de dentro o fuera de la DINA – en descargo de sus crímenes. Por el contrario, en los expedientes de sus procesos no escasean las declaraciones juradas de ex oficiales y subalternos que – a su manera – ratifican nuestros testimonios aplastantes contra él.


Esta es la repudiable y vergonzosa realidad de todos aquellos que se camuflaron en la impunidad para cometer sus crímenes en contra de mujeres y hombres indefensos, de aquellos que, como Krassnoff, convirtieron las salas de torturas en sus oficinas y que no han tenido la mínima dignidad para asumir sus responsabilidades, ni menos para pedir perdón por estos hechos. Muy por el contrario tratan de seguir parapetados en el anonimato de una institución, permitiendo con ello que la sospecha y el sentimiento de culpa se extiendan hacia el resto de los uniformados. Subsiste asimismo un grupo de desquiciados que aún añoran ese pasado y hacen su apología, organizan homenajes, dicen discursos y despachan informaciones en las que ni ellos mismos creen. Simulan así distraer sus conciencias, pero sus actos repudiables tienen el efecto de revivir el dolor y reabrir las heridas de sus víctimas y los familiares de esas víctimas.


A pesar de que en su momento,  también respondí lo relacionado con su controvertido pasado familiar, hoy prefiero cederle este capitulo a Gabriel Zaliasnik, Presidente de la Comunidad Judía en Chile, quien como victima sobreviviente del exterminio familiar ejecutado por los antepasados de Krassnoff,  tiene derecho propio y amplios conocimientos históricos de los crímenes cometidos por el abuelo, tío y padre de Krassnoff en Rusia, quienes terminaron siendo condenados y ejecutados en 1947 por crímenes de guerra, traición a la Patria y colaboración con el enemigo. La historia golpea dos veces, esta vez con un final anunciado.


* Ex preso político y funcionario jubilado de las Naciones Unidas 

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