Los estudiantes secundarios están invitando a la sociedad a sumarse a su movimiento y afirman que los problemas que afronta la educación son los mismos de la salud, vivienda, bajos salarios y mala calidad de vida en general. El fallido diálogo entre el gobierno y el movimiento por la educación está creando una situación de inestabilidad social y política, que deriva de la ineptitud del Ejecutivo para responder a las demandas formuladas por los actores sociales del sector y su incapacidad para ceder ante la voluntad de la inmensa mayoría de la población.
El ministro de Educación, Felipe Bulnes, se presentó a la mesa de diálogo con el argumento de que la gratuidad hará que los pobres financien la educación de los ricos. Pero no llevó respuestas concretas a las demandas planteadas en estos meses por el movimiento, en orden a terminar con el lucro en la enseñanza básica, media y superior. Luego de fracasar la segunda reunión de la mesa, el ministro Secretario General de Gobierno, Andrés Chadwick, motejó a los estudiantes de “ultras” y dijo que
Aunque el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, piense que constituyen “una manga de inútiles subversivos”, los estudiantes tienen sólidos fundamentos y una organización bien montada para sustentar su planteamiento de una educación pública gratuita y de calidad para Chile.
Propuesta
de
Alfredo Vielma Vidal, vocero de la organización conversó con Punto Final sobre esta propuesta, que tiene como eje el deber del Estado de proporcionar a los jóvenes un sistema educativo gratuito y financiado por el Fisco, que termine en el mediano plazo con personas o empresas que lucran con fondos que el sector público les asigna para colaborar en el proceso de enseñanza.
Lejos de sostener una posición intransigente, los estudiantes entienden que el cambio de sistema no puede realizarse de manera automática. En lo inmediato, proponen dos metas fundamentales: poner fin al lucro en todo el sistema educativo y lograr que el sector público, con apoyo de la comunidad, ejerza mayor control sobre los establecimientos particulares subvencionados o de educación superior que reciben fondos del Estado.
Organizados desde
la base
El vocero de
Alfredo Vielma agrega que “la sociedad ha comenzado a comprender que los problemas de la educación son los mismos de la vivienda, la salud, la precariedad de los salarios y las malas condiciones de vida de la población”. Por esta razón los estudiantes agrupados en
El vocero estudiantil rebate de manera frontal el argumento del ministro Bulnes de que los sectores más pudientes deben pagar por la educación. “El sistema debe ser gratuito en todos sus niveles; desde la educación de párvulos hasta la superior, porque la educación constituye a la vez un derecho social y un bien público”.
Participación y
control social
La propuesta de
Según este modelo, la comunidad debe ejercer control sobre la gestión de los colegios mediante consejos escolares y territoriales de la educación, que intervengan en la definición de los contenidos curriculares asesorados por pedagogos, sicólogos, docentes para talleres, asistentes sociales y otros especialistas. También proponen reformular, en conjunto con la comunidad escolar, los reglamentos internos y los manuales de convivencia de cada establecimiento.
Un aspecto relevante de la propuesta de
Los jóvenes ven la educación técnica del país vinculada con un “nuevo proyecto de desarrollo económico y productivo”. En el mismo sentido, proponen prácticas laborales pagadas en equivalencia con las horas trabajadas por los estudiantes, así como también reivindican el derecho de los practicantes a sindicalizarse. Aunque la propuesta estudiantil enfatiza los aspectos técnico-profesionales de la enseñanza, también pone en tela de juicio la educación concebida como bien de consumo y factor de inversión productiva, que concibe a los estudiantes como “capital humano” y mano de obra barata.
“Necesitamos saber sobre la historia de Chile y aprender a conocer del mundo actual. No es suficiente que el gobierno aumente los recursos presupuestarios. Estamos demandando un nuevo modelo de educación en el que conozcamos más sobre filosofía e historia”, señalan. En esta misma línea,
El objetivo es
cambiar el sistema
Alfredo Vielma afirma que la unidad del movimiento por la educación es fundamental para llegar a resultados efectivos y cambiar este sistema. Aunque reconoce algunas diferencias dentro del movimiento, ve a todos los participantes unidos en torno a los objetivos fundamentales y con una creciente coordinación con otros sectores sociales excluidos.
Dice que el gobierno “trata de criminalizar a los estudiantes, usando como pretexto el proyecto de ley anti-tomas, que es una medida desesperada para hacernos negociar con la pistola en la cabeza. Su conducta está mostrando improvisación; el gobierno no sabe cómo actuar ante un movimiento que tiene el apoyo de más del 80% de la ciudadanía. Se intenta mostrar a los carabineros como víctimas, en circunstancias que, haciendo uso de su investidura, han ejercido una violencia inusitada que incluso ha conducido a la muerte de nuestro compañero el estudiante Manuel Gutiérrez”
RUBEN ANDINO MALDONADO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 744, 14 de octubre, 2011
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